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Sociedad

La ruptura de Belén Esteban, las fotos de Mariló Montero y una gran serie española

El estreno de 'Vis a vis' ha sido la mejor noticia de la semana televisiva.

España no estaba preparada para esto. Después de sufrir con los vaivenes de su musa en el penúltimo reality de Telecinco, los adictos a la televisión se desayunaron a principios de esta semana con una bomba de neutrones: Belén Esteban ha roto su relación con el tal Míguel. Otro drama nacional. Una presunta infidelidad del susodicho está en el origen de la trágica ruptura de la princesa de algún pueblo. Los motivos, sin embargo, no importaban a nadie en su sano juicio. Tan compungidos como sorprendidos, los fanáticos de la tele ardían en deseos de saber cómo estaba realmente esa mujer inconmensurable que obtuvo la victoria en ese producto demencial llamado Gran Hermano Vip

Si, como parece, los tormentos de esta mujer son un asunto tan decisivo como las semifinales de la Champions, definitivamente estamos en la senda de la recuperación

Los estados de ánimo de Belén se han convertido en una suerte de termómetro de la indignación patria. Queremos decir que la honda preocupación de tantos y tantos espectadores por la vida de la ex de Jesulín de Ubrique evidencia que en este trozo de planeta ya se han acabado los problemas, la crisis y el paro (esta afirmación es demagogia, sí, pero resulta necesaria para no exiliarse). Si, como parece, los tormentos de esta mujer son un asunto tan decisivo como las semifinales de la Champions, definitivamente estamos en la senda de la recuperación. En todo caso, en Telecinco ya se frotan las manos y, de hecho, este viernes por la tarde, cuando se escribe esta pieza irresponsable, se anunciaba a bombo y platillo la lacrimógena visita de Belén a Sálvame Deluxe para explicar los pormenores de sus problemas amorosos. No es arriesgado pronosticar un monumental éxito de audiencia. Porque tú lo vales, princesa. 

En otro orden de cosas, permanece inalterable e incluso muta en creciente la controversia por una imágenes jugosas de la inefable Mariló Montero. Se conoce que las fotografías en topless robadas por los paparazzi en Bora Bora son tan enormemente impactantes que los letrados de la presentadora se han visto obligados a reclamar medidas cautelares para que algún juez impida la publicación. Este asunto, amén de cansino, empieza a rozar lo esperpéntico. Pero tratándose de nuestra querida Mariló, todo es posible. De hecho, esta semana, cuando se habló de un hipotético reality sobre los Sanfermines, más de uno y de dos imaginaron a la periodista navarra como maestra de ceremonias. Sería tan apoteósico como aquel inolvidable El pueblo más divertido. Y, por supuesto, tendría menos audiencia que La alfombra roja palace, ese producto fallido que acaba de ser eliminado de la parrilla de TVE.  

Una serie que dejará huella 

Arrumbamos estos hechos deprimentes para referirnos, por fin, a la mejor noticia de la semana televisiva. Resulta que el pasado lunes en Antena 3 se estrenó Vis a vis, una ficción española ambiciosa (qué recurrente es este adjetivo en toda crítica) producida por Globomedia. La cosa va de cómo Macarena (la rubísima Maggie Civantos) acaba en prisión porque un amante se aprovecha de ella. Y en la cárcel de Cruz del Sur empieza a vivir una aventura plagada de peligros, traiciones y sorpresas. A priori, y más teniendo en cuenta el atuendo amarillo de las presidiarias, cualquiera pensaría que se trata de un drama carcelario a la española, en el peor sentido de la palabra. O sea, una imitación cutre de un género archiexplotado en multitud de películas y series estadounidenses. Nada más lejos de la realidad. 

El suspense que se le supone a este tipo de ficciones está bien dosificado. El primer capítulo se ha rodado con la tensión y el ritmo necesarios: acción permanente y sin hueco para ñoñerías

Además de la trama que se cuenta, bien construida y con fuerza suficiente para enganchar al espectadorVis a vis posee todos los elementos de un thriller clásico. El suspense que se le supone a este tipo de creaciones está bien dosificado. El primer capítulo se ha rodado con la tensión y el ritmo necesarios: acción permanente y sin hueco para ñoñerías. Asombra su escenografía, con unos decorados más que convincentes, sin olvidar los planos y la iluminación, que también funcionan. Y, por encima de todo, este producto cuenta con un reparto acertado para interpretar a unos personajes luctuosos que tal vez se conviertan en inolvidables para sus seguidores. No por casualidad, fue un estreno triunfal, con 22,4% de share y 4 millones de espectadores. Un éxito para la ficción nacional, siempre tan maltratada por quienes acumulan lacerantes prejuicios que nacen del desconocimiento de la industria. Si la calidad del primer episodio continúa y si los guionistas no intentan caminar por terrenos demasiado inverosímiles, esta serie dejará huella. No se la pierdan. 

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