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Sociedad

Aznar como artífice de la popularidad de Nicolás: “Fran, por favor, acércate”

El pequeño Nicolás acudía clases de inglés a un piso en la zona de Moratalaz en el coche de un concejal del Ayuntamiento de Madrid, según dijo a este periódico una persona que conoce las andanzas de Francisco Nicolás Gómez-Iglesias. Concejales del PP y cargos públicos del partido han reconocido que Nicolás era una persona “deseada” por muchos por los gestos que habían hecho con él los máximos líderes del partido.

Una de estas personas explicó que en una ocasión presenció cómo José María Aznar “en sus buenos tiempos” entraba en una sala en la que había decenas de personas y llamaba desde lejos a Nicolás. “Fran, por favor, acércate”, le decía. Y estaba hablando con él largo rato.

“Todos pensábamos que tenía influencia por lo que veíamos y lo que nos imaginábamos”

Esos gestos fueron acrecentando su nombre “y todos pensábamos que tenía influencia por lo que veíamos y lo que nos imaginábamos”. Nos peleábamos por estar con él y algunos, como un concejal que trabaja cerca de la carretera de La Coruña, le dejaban el coche para ir a clase de inglés”. Esa misma persona afirma que el joven Nicolás alardeaba de que podía hacer gestiones para agilizar licencias municipales, “algo que no dependía de él y por lo que ningún concejal se atreve a mojarse desde lo del Madrid Arena”.

Todas las personas que conocen las hazañas de Nicolás insisten en el apoyo que el joven tenía del secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz. El secretario de Estado no ha hecho aún ninguna declaración pública sobre su relación con este joven, con el que sale en numerosas fotografías. También se destaca el hecho de que no lo quisieran afiliar, a pesar de su influencia, en las Nuevas Generaciones del PP de Chamartín, y lo intentara en Moncloa, donde al parecer tampoco lo logró.

Los policías municipales comentaban en los últimos días en la red un incidente que tuvo el pequeño Nicolás. Según los agentes hizo una reclamación en el mes de junio en un local de la calle Orense. Les dijo a los policías que era “de las juventudes de FAES” y les pidió los números de identificación “para felicitar a su jefe por lo bien que habían hecho su trabajo”.

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