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Sociedad

Las activistas de Femen durante en su primer juicio en España: "Queríamos protegernos a nosotras mismas porque fuimos atacadas"

Tres de las activistas de Femen, a su llegada al Juzgado de lo Penal número 19 de Madrid, donde se celebra la vista oral contra ellas por irrumpir semidesnudas en una marcha antiabortista.

La rama española de Femen se ha enfrentado este martes a su primer juicio en nuestro país. Cinco activistas de la organización se han sentado en el banquillo acusadas de los delitos de desórdenes públicos, exhibicionismo, resistencia a la autoridad y un delito contra el derecho a la manifestación por irrumpir semidesnudas en una marcha provida celebrada en Madrid en noviembre de 2013.

La líder de la organización en España, Lara Alcázar, ha defendido en la vista oral que actuaron de forma "pacífica" y ha acusado a los manifestantes de atacarlas, pese a que los policías y testigos han señalado que su actitud fue muy violenta y nada dialogante. "En ningún momento agredimos ni a las personas allí presentes ni a la policía. Queríamos protegernos a nosotras mismas porque fuimos atacadas", ha señalado Alcázar.

Como acusación particular del juicio, que se ha pospuesto en dos ocasiones, se ha presentado el colectivo católico y antiabortista Enraizados en Cristo y en la Sociedad, que está representado por Abogados Cristianos y solicitan penas de seis años y medio de prisión para las cinco activistas. Mientras que la Fiscalía solo les acusa de los delitos de desórdenes públicos y resistencia a la autoridad, para los que pide una pena de nueve meses de prisión para cada una de ellas y multa de 1.800 euros.

La líder de Femen, que como el resto de acusadas solo ha respondido a las preguntas de su letrado, ha destacado que su intención "era llevar a cabo una acción pacífica no violenta para visibilizar el problema que había en ese momento, que era el debate de la despenalización de la Ley del aborto". Para ello, se situaron a "una cierta distancia" de la cabecera con el fin de tomar una "fotografía" de los manifestantes "sin ninguna intención de perturbar ni de interrumpir nada". Alcázar ha insistido en que sus "protestas siempre son absolutamente pacíficas y no hacemos uso de la violencia", ha subrayado Alcázar.

Las versiones de las activistas contrastan con la de testigos y policías

Según ha sostenido Alcázar, fue en el momento en que pusieron el pie en la calle, cuando varias personas se abalanzaron sobre ellas. "Nos zarandearon, nos dieron con paraguas y no rociaron con botes de pintura roja", ha añadido la procesada, que ha definido la escena como "un caos" y ha alabado la actuación de la policía. "Nos sentimos ciertamente reconfortadas cuando nos llevó la policía porque las personas que estaban allí nos estaban atacando y si no hubiera sido por esa intervención hubiéramos salido pero paradas", ha precisado. Las otras cuatro acusadas han corroborado la narración de la líder del grupo al afirmar que "sólo pretendían tomar fotografías y vídeos" para abrir un debate sobre la Ley del aborto de una manera "absolutamente pacífica y no violenta", cuando fueron agredidas repentinamente por los 'provida' y salvadas por la policía.

Sus versiones contrastan con los testimonios de los testigos, como el de una mujer que ha relatado que las procesadas "iban a lo bestia" hacia la cabecera de la marcha "sabiendo que había niños". Otra testigo ha subrayado que "las señoritas desnudas" irrumpieron en la manifestación al grito de "joderos" y "aborto es sagrado" sin dejar de dar "manotazos y hacer cortes de mangas". "Daban patadas que iban dirigidas a cualquiera que estuviera allí", ha agregado la testigo, que ha acusado a las activistas de vulnerar su derecho a manifestarse porque interrumpieron la marcha de una forma que violentó sus derechos y los de sus hijos.

Dos activistas de Femen en la protesta provida del 17 de noviembre de 2013. (GTRES)

Los policías señalan que "no fue fácil reducirlas"

Por otra parte, los policías desplegados en la manifestación han avalado la versión de los testigos. "Salieron corriendo de una esquina por sorpresa y se abalanzaron sobre la cabecera de una forma que no fue ni pacifica ni dialogante", ha destacado uno de ellos. "Hubo empujones, zarandeos, codazos e intentos de quitar las pancartas", ha señalado otro agente, que ha admitido que "no fue fácil" reducirlas porque había muchos niños. Tardaron 20 minutos. Los policías han querido dejar claro que "hubo resistencia" y que las acusadas no les recibieron con los brazos abiertos como así han manifestado ellas. "No cooperaron en ningún momento", han dicho. Tampoco vieron a manifestantes atacarlas ni rociarlas con spray.

La presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, ha señalado que Femen se sienta en el banquillo de los acusados por su "nulo respeto a las libertades más básicas, ya que irrumpir en una manifestación con el propósito de reventarla es una forma de no querer debatir, algo que hacen quienes quieren imponer sus ideas por la fuerza".

Además Castellanos ha señalado que le parece "contradictorio" que colectivos feministas hayan celebrado una concentración ante la puerta del juzgado antes del juicio cuando "precisamente las Femen no respetaron el ejercicio de los derechos fundamentales en la manifestación provida de 2013". Detrás de esta actitud, ha añadido Castellanos, "hay un deseo evidente de presionar al juez".

En su escrito, relatan que la concentración organizada por Hazte Oir y Derecho a Vivir y que partía desde la Puerta del Sol se vio interrumpida por las cinco mujeres que "se abalanzaron sobre la cabecera de la manifestación, comenzaron a exhibir y lanzar gritos con consignas abortistas e insultos como 'joderos'" en presencia "de numerosos menores de edad" ante los que también realizaron "gestos obscenos".

"Cinco mujeres no pueden parar una marcha"

Antes del juicio Alcázar señaló que iban a ir "con la cabeza muy alta, muy orgullosas de haber realizado esa acción pacífica que se limitó a hacer uso de la libertad de expresión por parte de nuestro cuerpo y en un espacio público". Alcázar sostiene que los argumentos "no concuerdan con los hechos", puesto que la manifestación siguió funcionando muy a su pesar, ya que "cinco mujeres no pueden parar una marcha".

Además, Alcázar ha defendido que "todo es un boicot del lobby cristiano. Es una cruzada. El abogado de las activistas, Endika Zulueta, también sostiene que sus clientes pusieron aquel día en peligro su integridad física, y ahora su libertad, "en defensa de un derecho tan básico como es el de las mujeres a decidir sobre su cuerpo".

Juicio suspendido en dos ocasiones

El juicio, que ha quedado visto para sentencia, se fijó para el pasado 25 de mayo pero que tuvo que ser suspendido debido a que Enraizados se enteró la víspera por la prensa de que tenía juicio contra las acusadas. En aquél momento la magistrada María Dolores Moure señaló como fecha el 27 de junio, pero el juzgado fue elegido por sorteo para participar en la noche electoral, de modo que la magistrada se vió obligada a posponerlo por segunda vez.

En las conclusiones finales, tanto la fiscal como la acusación particular han pedido que se condene a las acusadas porque ha quedado acreditado que vulneraron un derecho fundamental al "reventar una manifestación" de una forma muy violenta. Mientras que la defensa ha pedido la libre absolución de las procesadas porque ha considerado que los hechos no son delictivos sino que, como mucho, son objeto de una falta. El juicio ha quedado visto para sentencia

Femen tiene otra segunda causa abierta en Madrid en el Juzgado de Instrucción número 29, contra las dos activistas que se encadenaron al crucifijo del altar mayor de la Catedral de la Almudena con el lema "Altar para abortar" escrito es su torso semidesnudo el 13 de junio de 2014. Esta causa está a la espera de la presentación del escrito de acusación de la Fiscalía y de defensa de la representación legal de las procesadas para fijar la fecha del juicio.

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