Quantcast

Sociedad

Eduard Punset: "Ha llegado el momento en el que los partidos políticos tienen que ceder poder"

Eduard Punset

Eduard Punset es un tipo con gran actividad pública a pesar de sus 77 años. Cuando acude a algún acto multitudinario, el divulgador científico con pelos a lo Einstein apenas puede avanzar un metro sin que lo aborden para decirle lo mucho que le admiran, lo mucho que les ha cambiado la vida sus libros o si se hace una foto con ellos. Punset (Barcelona, 1937) responde a todos ellos con paciencia y amabilidad.

Vozpópuli abordó al divulgador científico, escritor y expolítico catalán a la salida del evento 'Inventarte', organizado por 'El Ser Creativo' este fin de semana en Madrid. Entre codazos y empujones, se le pudo sacar una entrevista:

Usted ha asegurado en su ponencia que es "un momento fabuloso y que no hay tiempo para el llanto". Me gustaría que explicara cómo puede defenderse esto, teniendo en cuenta la situación política y económica del país.

Bueno. Este es un país que aunque parezca extraño es el segundo país más endeudado del mundo. El único que le supera es Estados Unidos, pero ellos tienen dólares, y todo el mundo acepta dólares como reserva, algo que no pasa con el euro y mucho menos antes con la peseta. Es un país que tiene un problema específico, como Chipre, como Italia, como Portugal o Irlanda. Y esto ha ocurrido en un país que estaba acostumbrado al milagro económico, lo que se llamaba el milagro económico español. La llegada de los primeros turistas, en los años 60 y la inacabable construcción de apartamentos y de pisos que ha dado una sensación de que el milagro económico era inacabable, pero eso nos ha hecho daño.

Ahora ya estamos en otra situación. ¿Qué consejo daría a los desahuciados, parados o mayores de 50 años que ven difícil encontrar trabajo?

Yo lo único que puedo hacer es hablar de mi propia experiencia y en el año 59, cuando yo salí de España, hubo más de un millón de parados que venían del campo, no tenían ni idea de idiomas, de geografía ni de nada. Gente que era inculta totalmente y que salieron encantados a buscar trabajo en Alemania, en Inglaterra, en Francia, en Italia. Fue bueno para los que se quedaron también, porque les trajeron luego cantidad de cosas. A los jóvenes, a mis estudiantes, cuando oigo que les da pereza irse a Alemania a buscar trabajo, creo que han olvidado cómo estaba la gente que en los 50 y 60 tuvo que salir del país.

Usted dejó su escaño político el 5 de diciembre de 1983. Lleva casi 30 años alejado de la política pero, ¿cómo ve la situación de la política ahora?

"En España no existe la separación de poderes de Montesquieu, con un poder judicial y un poder político. El político elige y controla el organismo judidial"

Lo he repetido 20 veces. Yo estuve en el último Gobierno de Suárez, que fue el último Gobierno de la Transición, en donde se iniciaron una serie de reformas, algunas de ellas fundamentales, que no se llevaron a cabo del todo de común acuerdo. Casi siempre, para que los partidos políticos, que eran inexistentes hasta entonces, tuvieran cierto poder. Por eso se permitió la tropelía de que los ciudadanos no pudieran elegir a sus propios representantes, sino los representantes dictados por los propios partidos políticos. Esto todo el mundo sabía que la única razón por que se aceptaba esa situación era porque a los partidos políticos había que darles un poder que no habían tenido nunca y que tenían que tener en ese momento. Y lo que ocurre es que estos partidos políticos y estas mismas personas, 40 años después han olvidado que aquello era sólo el inicio de una reforma y que tenían que culminarla, y lo mismo le digo de la separación de poderes. En España no existe la separación de poderes de Montesquieu, con poder judicial y poder político. El poder político elige y controla el organismo judicial. Esto se hizo por la misma razón, se permitió que durante un tiempo hubiera esta mezcla de poderes para dar más poder y más fortaleza a los partidos políticos. Pero con el sentimiento de que un día los partidos políticos tendrían que ceder poder, y este momento ha llegado.

¿Qué le queda a la ciudadanía para intentar revertir esto?

Le queda todo. Es el momento de que la ciudadanía lo pueda imponer, pero tiene mil maneras de imponerlo salvo la violencia.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.