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Prácticas no remuneradas y cotización a la Seguridad Social: casi un millón de afectados

Los jóvenes sufren la precariedad al cursar sus estudios y carreras universitarias

  • Una joven estudia y trabaja en una cafetería

La situación económica de España coloca a la juventud en una situación complicada. Mientras día a día millones de estudiantes tratan de abrirse un camino en el mundo laboral, son muchos los retos que se encuentran durante el proceso. La mayor parte de ellos, antes de terminar sus carreras universitarias, optan por realizar unas prácticas y obtener algo de experiencia. En ocasiones obligatorias y en ocasiones optativas, lo cierto es que la precariedad llega a todos los sectores, y muchos de ellos trabajan durante largas jornas -a veces más largas de lo estipulado- de forma gratuita: casi un millón de jóvenes cotizaron a la Seguridad Social por realizar prácticas no remuneradas durante el pasado 2024.

En concreto, el pasado año 944.547 estudiantes han estado dados de alta en la institución pública sin recibir ningún tipo de remuneración, tal y como ha informado el Ministerio de Inclusión. Así, a pesar de no haber sido recompensados con pago alguno y de no computar en los datos generales de afiliación, sí ha generado derecho a prestaciones como la jubilación y protección frente a accidentes durante el desarrollo de su actividad.

Un cambio de rumbo

La situación cambiaba el 1 de enero de 2024. Aunque las empresas podían continuar sin pagar a los estudiantes -algo que se extiende hasta el día de hoy- estas ahora se ven obligadas a cotizar a la Seguridad Social por todos los alumnos universitarios y de formación profesional que realizan prácticas formativas o prácticas académicas externas incluidas en los programas de formación. Aún así, son muchos los que lanzan sus quejas y solicitudes para recibir algún tipo de compensación ya que, al fin y al cabo, en muchas ocasiones traban como uno más y aportan valor a la empresa.

Una joven trabajando

Algunas provincias destacan en el número de altas de alumnos en prácticas no remuneradas desde dicha fecha. Madrid lidera el ránking con 170.028 altas, seguida de Barcelona, Valencia, Murcia y Sevilla. En este mismo contexto, los estudiantes se enfrentan día a día a la búsqueda de viviendas de alquiler para poder cursar sus estudios, muchos de estos fuera de sus comunidades autónomas o lejos de sus familias. Así, compartir piso se convierte en la mejor opción para muchos, y continúa sin ser nada fácil. En el mes de septiembre de 2024, el precio medio para hacerse con una habitación en la capital ascendía a 552 euros.

Salarios bajos y alta competitividad

En este contexto, cada vez son más los jóvenes españoles que luchan por hacerse con un puesto de trabajo, y la competencia va en aumento. Según el informe Panorama de la educación 2024, el pasado año aumetaron las jóvenes con estudios superiores un 41,1%. En contraste con este dato se encuentra la población de los adultos españoles que sí han completado la ESO y estudios superiores: solo un 22,7%. 

La alta competitividad y el aumento de jóvenes de lo más preparados contrasta con los bajos salarios a los que pueden optan en el caso de hacerse con el ansiado puesto de trabajo. Según el informe de Adecco Group Insitute, el salario medio bruto en España el pasado 2024 es de 1.981 euros al mes, calculado para 12 pagas anuales. Además, las cantidades son superiores o inferiores en función de la comunidad autónoma: en Madrid la cifra asciende a 2.885,14, mientras que Canarias se encuentra a la cola del ránking con 1.877,11 euros.

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