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Banca

El catering de las 'black' y los dardos contra Goirigolzarri y Terceiro

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, entidad hoy criticada por Blesa.

Después de las dos primeras jornadas del juicio, los acusados de las 'tarjetas black' han vivido hoy su primera gran prueba de fuego: el interrogatorio a Miguel Blesa, expresidente de la caja y principal responsable del escándalo según las acusaciones. El ambiente era cordial, pero la tensión se palpaba en la Audiencia Nacional, como reflejó el abrazo entre Blesa y el empresario Arturo Fernández poco antes de arrancar el juicio.

Quizás por ello, una abogada decidió llevar su propio catering con sándwiches para que los acusados se relajaran durante el receso. Durante algunos minutos, se especuló con que el ágape pudiera venir de algunos de los restaurantes de Arturo, algo que con lo que muchos bromean desde el primer día del juicio. En cualquier caso, este cóctel improvisado es algo que nunca se había visto en la Audiencia Nacional. No sólo los acusados se tienen que adaptar al tribunal, también a la contra.

El interrogatorio ha subrayado algunas de las cosas que ya se habían visto en el juicio durante su arranque. La primera, que los duros reproches del fiscal Alejandro Luzón contra las defensas el martes han levantado ampollas. Y la segunda, que los 65 acusados no van a dejar títere con cabeza durante sus declaraciones, después de dos años siendo objeto de críticas institucionales.

Durante mi época en Caja Madrid no se destruían documentos"

El malestar de los abogados se puso de manifiesto durante un momento del interrogatorio de Carlos Aguilar, abogado de Blesa, a su cliente. El fiscal le interrumpió para pedir una aclaración. Ante lo que Aguilar le cortó para aclararle, con tono seco, que esa duda estaba resuelta desde un rato antes. Todo en referencia a un manuscrito de la Comisión de Retribuciones. También se notó un tono mucho más áspero de la jueza Ángela Murillo hacia el fiscal, al que cortó en varias ocasiones y reprochó algunas preguntas.

En cuanto a los dardos, Blesa tuvo para casi todos, pero en especial para su predecesor en el cargo, Jaime Terceiro. En todo momento sostuvo la tesis de que las 'tarjetas black' nacieron en 1988 y que él simplemente las mantuvo cuando llegó a la presidencia en 1996 porque no tenía motivos para dudar de esta práctica. El expresidente de Caja Madrid señaló que él disfrutó de una tarjeta opaca cuando era consejero de una de las filiales de la entidad, a comienzos de los años 90. Algo que no comparte el fiscal.

Dentro de sus argumentaciones, Blesa expuso que el Banco de España, Hacienda y Deloitte tenían pleno conocimiento de las tarjetas opacas, y nunca "se opusieron a las mismas ni a su contabilización". Aunque tuvo un desliz, al afirmar, en referencia a la auditora, que tuvo "pistas" para detectar esta remuneración vía tarjetas. No es lo mismo tener pistas que evidencias de un sistema de retribución que, según el acusado, era legal y una práctica habitual en la caja durante 23 años.

Blesa también puso de manifiesto su ganas de revancha contra Bankia, a la que los acusados critican por ocultar o manipular información en su contra. El expresidente de Caja Madrid fue más lejos, al afirmar que "en su época no se destruían documentos en la entidad", un dardo dirigido a José Ignacio Goirigolzarri. Se refería en concreto a los contratos firmados con Visa para las tarjetas investigadas.

Nunca leí el correo de De la Torre. Sólo estaba en copia, y mis colaboradores sabían que no podía leer 90 correos diarios"

Uno de los argumentos que más chocó de Blesa es la explicación de por qué fue aumentando el límite de las tarjetas cuando llegó a la presidencia. Lo hizo porque "había que acompasar las retribuciones" al buen desempeño que estaba teniendo Caja Madrid, con un gran crecimiento del balance. Algo que unos años después y tras una fusión con Bancaja y otras cinco cajas provocó el mayor rescate financiero de la historia de España.

También llamó la atención que Blesa dijera no haber leído nunca (hasta el estallido del escándalo) el correo del secretario del consejo, Enrique de la Torre, en el que se aludía a una "tarjeta para consejeros black a efectos fiscales". "Yo estaba en copia y no podía leer 90 correos al día, ya le dije a mi equipo que si querían algo me escribieran a mi directamente", expone.

Con unas y otras cosas, los acusados han terminado muy contentos con la declaración de Blesa, al que muchos felicitaron. El martes será el turno de Rodrigo Rato, que ha tenido la suerte mediática de su lado. Ese mismo día arranca el juico de la Gurtel, con lo que los focos apuntarán menos al exvicepresidente del Gobierno.

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