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Internacional

Turquía, en el punto de mira del terrorismo

Asistentes al funeral por las víctimas del atentado de Estambul.

El terrorismo golpea por enésima vez a Turquía. El atentado contra una discoteca esta Nochevieja en Estambul, reivindicado por el Estado Islámico, se suma a la fatídica lista de ataques contra este país que vive en un contexto complejo por su ubicación geográfica, a caballo entre Oriente Medio y Europa. Turquía está doblemente amenazada: por un lado, por el dilatado conflicto que mantiene con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y sus diferentes escisiones, con el que rompió el pasado mes de julio una tregua de dos años. Y, por el otro, por los terroristas del Estado Islámico, que tienen al país en su punto de mira por la intervención de Ankara en la guerra de Siria.

La posición del Gobierno turco con respecto al conflicto sirio ha mutado de manera notable. Si en un primer momento mantuvo una actitud permisiva, con una frontera permeable, Turquía pasó posteriormente a luchar contra los terroristas yihadistas con artillería pesada y cediendo sus bases a la coalición que lidera Estados Unidos.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha intensificado desde el pasado verano los bombardeos contra las milicias del Estado Islámico situadas en el norte de Siria. En agosto puso en marcha la Operación Escudo del Éufrates para tratar de derrotar, junto con al opositor Ejército Libre Sirio, a los terroristas del ISIS. Pero su objetivo es doble, ya que trata también de evitar que los grupos kurdos se hagan con el control de la zona limítrofe con Turquía.

La respuesta de los yihadistas no ha sido otra que la de atacar de manera sangrienta y continuada al país turco, dando por terminada la anterior política de no agresión contra la Turquía musulmana. En los últimos 18 meses, los terroristas han perpetrado seis grandes ataques en suelo turco. El pasado mes de junio, mediante un ataque suicida contra el Aeropuerto de Estambul en el que murieron 45 personas. Y, en octubre de 2015, con la peor matanza de la historia del país durante una marcha por la paz en Ankara, con 102 fallecidos. "Están intentando desestabilizar nuestro país y destrozar la moral del pueblo creando el caos. Pero estamos decididos a eliminar estas amenazas en su punto de origen", aseguraba este mismo domingo el jefe de Estado turco tras el atentado de Estambul.

Por otro lado, Erdogan mantiene una política de mano dura contra los rebeldes kurdos del PKK, imponiendo incluso el toque de queda en zonas del Kurdistán turco. El pueblo kurdo es el mayor pueblo sin Estado en la tierra y ocupa un territorio repartido entre cuatro países. Con 20 millones de habitantes, los kurdos suponen un 28% de la población total de Turquía y son mayoría en 14. Desde el comienzo de la lucha armada por parte de la guerrilla kurda contra las fuerzas de seguridad turcas en 1984, el saldo de víctimas mortales supera las 45.000.

Por otra parte, Turquía se erige como un enclave estratégico para los intereses de la Unión Europea y mantiene su anhelo de adhesión al club comunitario. De hecho, el pasado mes de marzo la UE rubricó con Turquía un polémico acuerdo para tratar de frenar la llegada de emigrantes a Europa. Durante 2015, los refugiados provenientes sobre todo de Siria, cruzaban desde Turquía a las islas griegas.

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