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Internacional

Las elecciones serbias, las europeas más desapercibidas pese a su importancia

Seguidores del antiguo líder ultranacionalista, Tomislav Nikolic, ondean banderas serbias en un mítin

Mientras media Europa estará este domingo pendiente de los resultados que ofrezcan las urnas griegas y francesas, los cerca de 7,3 millones de habitantes serbios (excluyendo Kosovo) estarán decidiendo sobre su futuro en una confluencia de votaciones. Ellos están eligiendo un parlamento, unas administraciones locales, una asamblea regional en la provincia de Vojvodina, y a su presidente, la cabeza de un país que lleva años intentando avanzar hacia una integración europea. 

El actual presidente serbio, Boris Tadic, hacía pública el pasado 4 de abril su dimisión para adelantar las elecciones y hacerlas coincidir con los otros dos niveles de la administración. En un anuncio por radio el 13 de marzo anticipaba que "las elecciones darían a la gente una nueva oportunidad para ratificar la democracia y elegir su futuro". 

Tadic es el líder del Partido Democrático (DS), nombrado tras el asesinato del ex primer ministro reformista Zoran Djindjic en marzo de 2003, y lleva dos mandatos en el cargo. Fue el primer presidente serbio procedente de las filas de la oposición democrática que derrocó al autoritario Slobodan Milosevic, y pasó por la carcel por sus ideas políticas. Periodista, psicólogo e investigador, se presenta como reformista y proeuropeo, partidario de las soluciones de consenso en la complicada zona balcánica. 

El principal aval de Tadic son sus años en el cargo, bajo los cuales su país ha dado muestras de su intención integradora con la Unión Europea. Con él como presidente se arrestó a Radovan Karadzic y Ratko Mladic, y fueron puestos a disposición del Alto Tribunal de La Haya para ser juzgados por crímenes de guerra, algo que recordaba esta semana The Times en un editorial a favor de una nueva victoria de Tadic.

El reformista y proeuropeo Tadic y el antiguo líder ultranacionalista Nikolic se mantiene igualados en los sondeos electorales

El principal oponente de Tadic es el populista Tomislav Nikolic, un antiguo líder ultranacionalista que ha moderado notablemente su discurso y que también aboga por el futuro europeo del país tras haber perdido en dos ocasiones la batalla contra el actual presidente. Actualmente es el líder del Partido Progresista Serbio (SNS) y se presenta como abierto al mundo, con la intención de que Serbia sea un puente entre el Este y el Oeste. Defensor de los perdedores de la transición económica y de los afectados por la crisis, fue uno de los viceprimer ministros cuando Milosevic llegó al poder, algo que muchos se esfuerzan por recordar. 

Sin embargo, ambos comparten un principio rotundo: se niegan a reconocer la independencia de los vecinos kosovares, algo que podría llegar a poner en peligro sus aspiraciones europeas -90 estados miembro de las Naciones Unidas ya lo han hecho-. 

Los sondeos publicados hasta ahora otorgan poco más de un 36% a Nikolic -36,1%- y poco menos del 36% a Tadic -35,7%-, algo que evidencia la igualdad entre las dos fuerzas políticas. Sin embargo, como ya recogía The Economist, los resultados son impredecibles, y muy probablemente se decidirán en la segunda vuelta el 20 de mayo. La clave podría estar en Ivica Dacic, líder del Partido Socialista y antiguo portavoz de Milosevic. Según los analistas, podría adherirse al DS de Tadic, pero del mismo modo también podría cambiar de bando si el SNS le hace una oferta mejor que la que ostenta -es ministro de Interior, aparte de maestro populista-. 

Kosovo, la piedra en el zapato

El pasado lunes se hacía público el acuerdo alcanzado para que la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) facilitase el proceso de votación en Kosovo. Durante semanas Belgrado, Pristina y Bruselas estuvieron negociando para buscar la mejor opción que permitiese ejercer su derecho al voto a los serbios de Kosovo que tienen doble nacionalidad -cerca de 100.000-, electores en las presidenciales y parlamentarias. 

La antigua provincia serbia se declaró independiente en 2008, algo que Serbia se niega a reconocer, y el propio gobierno kosovar se ha mantenido firme en su postura de no permitir que sus vecinos serbios jueguen ningún papel directo en la organización de las elecciones dentro del país. Finalmente será la OSCE quien se encargue de la logística en los 90 puestos móviles de votación en Kosovo que sólo llevarán símbolos de la organización, aunque el recuento de votos tendrá que hacerse en Vranje y Raska -Serbia- porque "no hay embajada del país en la república kosovar", como declaraba su primer ministro, Hashim Thaci

Los casi 100.000 serbios de Kosovo votarán en los 90 puestos habilitados por el equipo electoral de la OSCE

El acuerdo fue celebrado desde diferentes organismos, tras conocerse que Serbia no intervendría en las votaciones en el país vecino y que Kosovo apoyaba la decisión de la OSCE de facilitar y organizar las votaciones. La OTAN, por medio de su secretario general, urgía a los líderes políticos y a las comunidades kosovares a mantener la mayor moderación durante las elecciones, y desde la embajada de EEUU, portavoz de los llamados 'países Quint' -Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y EEUU- se emitía un comunicado para agradecer a la OSCE su voluntad de llevar a cabo la difícil tarea. "Hay que felicitar a los gobiernos de Kosovo y Serbia por su voluntad de asegurar que los electores tengan la opción de ejercer sus derechos democráticos", concluía. 

El equipo electoral serbio

Además de facilitar la votación en Kosovo la OSCE contará con una misión de observación que velará por la normal práctica del voto de los serbios. El 'equipo electoral serbio' estará formado por más de 35 miembros, encabezados por el italiano Matteo Mecacci, nombrado coordinador especial por el viceprimer ministro irlandés Eamon Gilmore. Además la OTAN ha enviado cerca de 700 observadores más para disuadir de posibles altercados violentos en la zona. 

Mecacci entregará su valoración el día después de las elecciones, y la OSCE determinará en qué medida el país ha logrado cumplir los objetivos enumerados en la Declaración de Copenhague de 1990 sobre sistemas democráticos, que recoge requisitos básicos que deben cumplirse como primer paso a la adhesión europea. 

Difícil situación económica

Las elecciones se centran por primera vez en más de una década en la complicada situación económica que atraviesa el país, con un ambiente generalizado de descontento. Los grandes temas políticos han sido reemplazados por la economía. Con una tasa de desempleo del 24%, un sueldo medio por debajo de 400 euros, unos 400.000 puestos de trabajo destruidos y hasta el 40% de la producción en economía sumergida, los serbios tienen como prioridad su situación nacional antes que el trasfondo europeo que promueven los políticos. 

En un país donde la principal actividad sigue siendo la agricultura y que está viviendo de cerca los efectos de la crisis mundial, la elección de gran parte de sus representantes políticos, incluido su presidente para los próximos cuatro años resulta clave. Los resultados los hará públicos la Comisión Electoral en los tres días siguientes a las votaciones, y el parlamento quedará constituido antes del 9 de junio. 

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