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Internacional

El ministro del Interior francés: "Mi Gobierno ha expulsado a 5.000 gitanos y ha reducido su delincuencia"

El ministro de Interior Manuel Valls (c) charla con el prefecto de policía de París Bernard Boucault (i).

El ministro francés de Interior, Manuel Valls, cifró este domingo en 5.000 a los gitanos rumanos y búlgaros expulsados por su Gobierno, en funciones desde junio de 2012, y subrayó que desde entonces han disminuido los actos de delincuencia que se les atribuye.

Valls, en un debate en la cadena "BFM TV" con el diputado de la oposición de derechas Éric Ciotti, señaló que cuando los socialistas llegaron al poder tras concluir el mandato de Nicolas Sarkozy se encontraron "una situación muy difícil (...) con más de 20.000 gitanos" en campamentos ilegales.

Explicó que la circular sobre el desmantelamiento de esos campamentos que aprobó en agosto de 2012 el Ejecutivo del actual presidente, el socialista François Hollande, suprimió las ayudas para el retorno a sus países de esos gitanos, que podían suponer 1.000 euros para algunas familias y que "organizaban un verdadero circuito gestionado por redes mafiosas".

También insistió en que, tras el anterior aumento en París de los delitos atribuidos a esos gitanos, que durante el mandato de Sarkozy se multiplicaron por seis hasta superar los 8.000 en 2011, han empezado a bajar y en 2012 fueron unos 7.700 casos.

Valls descalificó como "caricaturas" las afirmaciones de un artículo publicado por el diario español 'El País', titulado "La Francia de Hollande convierte a los gitanos en mercancía electoral", sobre el que se le preguntó. Hizo notar que el periódico español hacía "amalgamas" entre los gitanos rumanos y búlgaros que viven en asentamientos ilícitos y los gitanos franceses.

El ministro socialista también señaló que "Francia no es favorable a la entrada de Rumanía y Bulgaria en el espacio Schengen", que supondría la eliminación de controles fronterizos con esos países, y que votará en consecuencia en diciembre cuando se aborde la cuestión en Bruselas.

Sobre ese punto, puntualizó que lo que ahora se debate a nivel europeo no es la apertura total de fronteras con esos países, que "no están preparados", sino únicamente la posibilidad de eximir de controles de pasaportes en los aeropuertos, una medida dirigida a facilitar el tránsito de "los hombres y las mujeres de negocios".

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