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Internacional

Julian Castro, la nueva estrella del Partido Demócrata en Estados Unidos

El Partido Demócrata estadounidense ha aprovechado la convención de Charlotte (Carolina del Norte) para lanzar a su nueva estrella, Julian Castro. Con 37 años, Castro es el acalde de San Antonio (Texas) y fue el encargado de dar el discurso de apertura en la convención. Para algunos, este político de ascendencia mexicana ya se perfila como el sucesor de Barack Obama, quien dio el discurso de apertura en la convención de 2004, con John Kerry como candidato a la presidencia.

Los demócratas atraen en las urnas a más hispanos que los republicanos. Sin embargo, el partido de Obama no cuenta entre sus filas con figuras latinas de renombre, al contrario que sus rivales. La convención republicana celebrada en Tampa (Florida) contó con la presencia de algunas de estas estrellas, como Susana Martínez, gobernadora de Nuevo México; Brian Sandoval, gobernador de Nevada; Luis Fortuño, gobernador de Puerto Rico, o Ted Cruz, candidato al Senado por Texas.

A pesar del éxito electoral, los demócratas echan en falta un líder latino capaz de arrastrar a todos esos votantes con raíces en el centro y sur de América de los que Obama depende para su reelección. La convención de Charlotte ha sido la oportunidad de oro para presentar a Julian Castro, que en su discurso no dudó en sacar a relucir sus raíces. El alcalde de San Antonio habló de su abuela Victoria, inmigrante mexicana, y aprovechó la historia de su propia familia para comparar el progreso de una nación con una carrera de relevos y enlazar así con la necesidad de invertir en educación y servicios básicos para dar oportunidades a las generaciones venideras.

Su propia familia es todo un ejemplo de esa "carrera de relevos". En tan sólo dos generaciones, ha pasado de Victoria, inmigrante analfabeta que aprendió a leer y escribir en español e inglés por su cuenta, a los gemelos Julian y Joaquin, políticos con formación universitaria. Entre la abuela inmigrante y los nietos políticos está Rosie, una activista política perteneciente al grupo La Raza Unida, que lucha por los derechos civiles de los mexicano-americanos en Texas.

Conviene prestar atención a los hermanos Castro: Julián podría ser la figura latina que los demócratas necesitan y Joaquin está actualmente en campaña para la Cámara de los Representantes por el Distrito 35 del Congreso. Los dos gemelos han aprendido cómo funciona la política y han conocido a las figuras clave en Chicago.

Castro, ¿el próximo Obama?

El joven alcalde texano deberá triunfar donde otros han fracasado. Otros nombres ya se barajaron como ese líder hispano que tanto ansían los demócratas. Pero no llegaron a serlo. Es el caso de Henry Cisneros, exalcalde de San Antonio y secretario de Urbanismo con Clinton; Antonio Villaraigosa, actual alcalde de Los Angeles, y Bill Richardson, exgobernador de Nuevo México. Todos ellos tenían una prometedora carrera política que se vio truncada por distintos casos de corrupción y algún que otro escándalo personal.

"Julian Castro tiene una oportunidad muy buena de convertirse en el primer presidente hispano de los Estados Unidos", explicó el consultor político Mark McKinnon, responsable de varias campañas electorales republicanas, a la publicación digital The Daily Beast. Castro tiene la ventaja respecto a sus predecesores de ser el primer hispano que pronuncia el discurso principal en una convención demócrata pero eso no es suficiente.

"Como Obama, Castro es brillante, educado, frío, sereno, tranquilo y culto: un graduado en Harvard y Stanford que se sumerge en los detalles de la política", dfiende The Daily Beast. La diferencia con el Obama que dio el discurso de apertura en la convención demócrata de 2004 es que el alcalde de San Antonio tiene aún mucho camino político por recorrer.. Y es que Julian Castro aún es una figura local, por mucha publicidad que le haya dado la cita de Charlotte. Según los analistas, aún debe conseguir un puesto estatal, ya sea Gobernador o Senador.

Su propio hermano, Joaquin Castro, apoya esta tesis y asegura que "un demócrata que puede ganar el gobierno de Texas estará automáticamente bajo consideración para una plaza en la candidatura nacional". Pero la tarea es difícil: Texas no ha elegido un senador demócrata desde 1995.

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