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Hambre emocional: por qué comer una tarrina de chocolate alivia las decepciones sentimentales

El estrés y la hormona de la grelina se encuentran detrás la explicación científica

  • El hambre emocional, la explicación tras los atracones

El trabajo, la familia y las numerosas ocupaciones del día a día someten a millones de personas a un ritmo frenético del que es difícil escapar. En estas situaciones la hormona del cortisol, también conocida como la hormona del estrés, se dispara, algo que tiene un importante impacto sobre la salud en el caso de convertirse en algo crónico. Estar 'estresado' va más allá de estar nervioso, sentir ansiedad momentánea o 'agobiarse'. Expertos de la salud como Ángela Quintas, licenciada en Ciencias Químicas y especializada en Dietética y Nutrición Humana, advierten de la importancia de mantenerlo a raya para evitar complicaciones.

El cortisol es el encargado de poner el cuerpo alerta: cuando el organismo comienza a producirlo, este se prepara para huir o solventar una situación de peligro. Entrar en este estado entraña diversos efectos, como el aumento de los niveles de glucosa en sangre para responder rápidamente a una amenaza, motivo por el cuál los médicos recomiendan a las personas diabéticas tomarse la vida con calma y realizar actividades de relajación, como la práctica de técnicas de respiración. Además, el estrés crónico conlleva otros problemas para la salud:

• Suprime el sistema inmunológico.
• Aumenta la presión arterial.
• Facilita el aumento de peso y acumulación de grasa abdominal.
• Ralentiza el metabolismo.
• Provoca la pérdida de masa muscular.
• Causa insomnio y fatiga.
• Aumenta la irritabilidad y los cambios de humor.

Así se confirma la veracidad de la frase "el estrés engorda". Además, la grasa abdominal se considera una de las más peligrosas. Esta se asocia a enfermedades cardiovasculares y el desarrollo de diabetes tipo 2, afección más frecuente entre las personas mayores de 45 años, enfermos con antecedentes familiares o personas con una vida sedentaria. Aún así, esto tan solo son indicadores: puede surgir en todo tipo de pacientes.

Qué es el hambre emocional

Como ya ha sido mencionado, el estrés también afecta al apetito, pero el cortisol no es la única hormona culpable de ello. La leptina es la encargada de la aparición de la sensación de saciedad, y la grelina es la encargada de todo lo contrario: la aparición del hambre. Los niveles de esta última tienden a aumentar en periodos de estrés, lo que desencadena el conocido como 'hambre emocional'

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El hambre emocional no responde a necesidades fisiológicas, sino a la búsqueda de alivio o descanso emocional a través de la comida. Esto es de lo más frecuente, pero hay un ejemplo de lo más claro: películas y series de todos los tipos muestran la popular escena de una persona en búsqueda de una tarrina de chocolate para buscar consuelo tras una ruptura o desengaño amoroso. Y el alimento escogido tampoco es aleatorio.

En este tipo de situaciones, la persona que busca consuelo o poner fin a su malestar lo hace a través de alimentos altos en azúcares y grasas, pero el placer es momentáneo y tiene un coste: la energía y bienestar a largo plazo. Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regular y dormir bien serán los hábitos que realmente ayudan, aunque el alivio no es tan inmediato como en las prácticas anteriores.

 

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