Acudir a un cajero automático a realizar distintas operaciones y comprobar el estado de las cuentas bancarias es un gesto imprescindible y de lo más habitual. Además, la tecnología ha hecho que se convierta casi en una obligación, un verdadero problema para muchos. Las oficinas y atención personalizada son cada vez más escasos, y los mayores y personas dependientes deben afrontar complicaciones en todo este proceso. Sin embargo, a esto se suman otros tipos de riesgos, como los robos y las estafas.
Los profesionales y autoridades tratan de lanzar mensajes de alerta en sus redes sociales y en los distintos medios de comunicación al comprobar la proliferación de distintas estafas o timos. Así, ahora advierten que un habitual gesto en los cajeros automáticos puede entrañar importantes problemas y poner en peligro los datos personales y bancarios. Se trata de un hábito que muchos tienen automatizado al realizar cualquier tipo de operación en estas máquina: imprimir el recibo.
Peligros de imprimir el recibo
Todo ocurre tras confirmar que el usuario ha terminado de realizar todas las operaciones necesarias, y responder de manera negativa a la pregunta "¿Vas a realizar otra operación?". Después de esto, lo más habitual es que en la pantalla aparezca la siguiente cuestión: "¿Desea un recibo de la operación?". Es en este momento cuando los profesionales aconsejan no acceder y obtener el recibo, ya que deja un importante rastro de información confidencial.
Es habitual encontrar este tipo de papeles tirados por el suelo cerca del cajero, o incluso en la basura sin romperlos y tomar las precauciones debidas. En estos documentos hay datos como el saldo de la cuenta o detalles de los núeros de tarjeta, algo especialmente valioso para los que llevan a cabo fraudes o robos. Además a todo esto se suma una práctica también de lo más extendida: la implantación de cámaras escondidas o mimetizadas con el cajero, capaces de grabar estos datos en el mismo momento en que el recibo es impreso.
Finalmente, es importante recordar que los hábitos en los cajeros automáticos también varían en función de la edad y generación del usuario. La costumbre de obtener el recibo impreso para comprobar que todo es correcto es más propio de las personas de edad avanzada, ya que afirman que se encuentran más cómodos de esta forma y no obteniendo la información a través de la pantalla. Pero también es importante tenerlo en cuenta: aquello que puede dar seguridad también puede entrañar peligros.
esnalar
23/01/2025 15:54
Resulta que el problema no está en pedir imprimir el recibo o el estado de los últimos movimientos, si no en el mal uso que se puede hacer de ese recibo. Yo aconsejo imprimirlo, guardarlo con la tarjeta hasta volver a utilizar el cajero para volver a sacar más dinero. Aprovecho para aconsejar no tirar a la basura ninguna referencia a lo que recibas por correo, o paquetería sin antes romper concienzudamente la dirección y el nombre.
Enrique25
Pobre inane