La manera de comprender el trabajo de los nacidos entre los años 1997 y 2012 es muy distinta a la de los 'baby-boomers'. La Generación Z comprende la faceta más como una más necesaria para poder vivir y llevar a cabo sus deseos o ambiciones. Así, tan solo es un medio para conseguir un fin, por lo que esa misma es la importancia que le dan. La rigidez entendida hasta ahora de horarios, producción y formalidad queda muy atrás, y en su lugar, los veinteañeros incorporan novedades en las empresas.
Un estudio realizado por PapersOwl afirma que los jóvenes llegan para cambiar la cultura laboral. Tras entrevistar a 2.000 jóvenes de entre 18 y 34 años hay una clara conclusión: no ven ningún problema en no cumplir los horarios de trabajo establecidos, y muchos de ellos ya lo han hecho en varias ocasiones al no entenderlos como un requisito fundamental para desarrollar bien su labor.
Vacaciones silenciosas
Los jóvenes no solo no tienen problema en llegar más tarde de lo establecido a la oficina, sino que además introducen nuevos conceptos como las 'vacaciones silenciosas'. Comprender su significado es sencillo: en ocasiones hacen creer que están activos trabajando -esto solo es posible en variedades como el teletrabajo-, cuando en realidad disfrutan de un día libre. Así, con este mismo objetivo, el 11% de los encuestados asegura que en varias ocasiones ha dicho sufrir una enfermedad o problema de salud para descansar y no acudir al trabajo.
La lista de cambios continúa al hablar de la siesta. A los más mayores, así como a la generación de sus padres o incluso los millenials -generación anterior a ellos nacidos en los 90- esto les parece una locura, pero lo cierto es que es un concepto que se ha popularizado entre los veinteañeros: dormir en el puesto de trabajo. El 11% de los encuestados asegura haberlo hecho.
Finalmente, es importante recalcar la importancia que esta nueva generación le da al estrés y búsqueda de bienestar emocional. Su prioridad no es ganar el mejor salario o escalar lo más rápido posible, sino tener unos ingresos que les permitan vivir tranquilos, desarrollándose así en muchos otros ámbitos, y no solo en el laboral. Además, los jóvenes son más individualistas, y tienen mucho más claros sus derechos como empleados a pesar de trabajar desde hace poco tiempo: saben poner límites y fronteras. Esto se refleja en aspectos como trabajar fuera de su horario laboral, algo muy poco popular entre ellos, así como evitar coger llamadas de teléfono de sus jefes o responder mensajes fuera de su jornada.
gwy
09/02/2025 12:17
En resumen: el niñato hace como que trabaja y la empresa hace como que les paga... cuando llega a contratarles
fede_merino
10/02/2025 10:36
Triple Z de zánganos zoquetes zarrapastrosos. Que duerman la siesta hasta que hereden el pisito paterno a los 60 años.