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La enfermedad del trabajador de Metro de Madrid fallecido puede tener un origen diferente al amianto

Metro de Madrid.

Metro ha pedido este lunes en el juicio que se ha celebrado en el Juzgado de lo Social número 10 de Madrid que se desestime la demanda presentada por un trabajador de la compañía, fallecido en 2018, por entender que el cáncer de pulmón que padecía puede tener unos orígenes distintos a la exposición al amianto.

Julián Martín Rebate, fallecido el 4 de octubre de 2018, fue el primer trabajador de la compañía al que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) le reconoció una enfermedad profesional por exposición al amianto en su puesto de trabajo y el primero que presentó una demanda para reclamar una indemnización de casi 400.000 euros al suburbano madrileño.

En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, el abogado del trabajador, Fernando Morillo, ha solicitado que se estime la demanda, por considerar que el reconocimiento de la enfermedad profesional es una prueba "más que suficiente" para acreditar la relación de causalidad entre el daño que ha sufrido el trabajador y la exposición al amianto.

Contacto con amianto durante 700 horas

En la sesión, ha comparecido Juan Navarro, del servicio de prevención de Metro de Madrid, quien ha reconocido que, en las tareas de mantenimiento de los trenes clásicos, el fallecido pudo haber tenido interacción con materiales con amianto como los "apagachispas" durante 700 horas entre los años 2003 y 2017.

Navarro ha asegurado que en la compañía se han seguido los protocolos de vigilancia de la salud de los trabajadores, establecidos por el INSS, y se han hecho 1.100 reconocimientos médicos, que han permitido descartar enfermedades relacionadas con el amianto.

Antes de las tareas de retirada del amianto en la red de Metro, se han hecho mediciones ambientales que han dado niveles por debajo del valor límite, ha explicado.

Testificación de otros trabajadores

También han testificado tres trabajadores de Metro de Madrid, oficiales de mantenimiento de ciclo corto y compañeros del fallecido, quienes han señalado que, antes del año 2017, manipularon a diario y sin protección piezas de los trenes que contenían amianto, como los "apagachispas", que lijaron, soplaron y limpiaron, una actividad que desprendía polvo de asbesto.

Los tres han apuntado que, a partir de septiembre de 2017, se empezaron a etiquetar las piezas con amianto, que ahora manipulan los empleados de una empresa certificada y homologada, que llevan monos, guantes y mascarillas especiales.

Asimismo, el perito Juan Antonio Merino, especialista en medicina legal y forense, ha aseverado que el fallecido tuvo un cáncer de pulmón por una prolongada exposición al amianto sin equipo de protección y fue fumador, aunque había dejado el tabaco siete años antes de la aparición de la enfermedad.

Ha detallado que en el pulmón del paciente aparecen signos de exposición al amianto (placas pleurales) y que 700 horas de serían "suficientes" para que contrajera la enfermedad.

La letrada de la compañía ha argumentado que la revisión del expediente médico es fundamental en la tramitación de esta demanda

La letrada de la compañía ha argumentado que la revisión del expediente médico es fundamental en la tramitación de esta demanda para determinar las causas de la enfermedad del trabajador que podían ser diferentes a la exposición al amianto, como por ejemplo que era fumador o que tenía un familiar directo que murió de un cáncer de pulmón.

"La mera presencia de amianto no supone ningún riesgo", ha recalcado la abogada, quien ha admitido que en el año 2002 se prohibió el uso de este material, aunque no se fijó una obligación de retirada de este mineral, del que "estamos rodeados" en edificios e infraestructuras.

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