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Cambios en la normativa sobre perros de asistencia: espacios a los que pueden acceder

Derechos Sociales anuncia nuevas garantías para las personas con discapacidad y perros de asistencia

  • Una mujer, con su perro guía, en una imagen de archivo.

Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 36 millones de personas son ciegas en todo el mundo, pero esta no es la única discapacidad que hace necesario un perro guía. Son muchos los españoles que se benefician de este servicio día a día, y que han convertido al animal en su mejor amigo y compañero de vida. Así, ahora Derechos Sociales anuncia nuevas garantías para ellos al ampliar los espacios y ámbitos a los que podrán tener acceso, siempre teniendo en cuenta que para ellos es una ayuda esencial e imprescindible para realizar cualquier tipo de labor o acción cotidiana.

Todo aquel que necesite estar acompañado de un perro de asistencia o perro guía podrá hacerlo, tanto en espacios públicos como privados. Así, estudiantes y los más pequeños podrán ir junto al animal al colegio o centros sanitarios, pero los derechos también se extienden entre los trabajadores y empleados en todo el territorio nacional: podrán asistir a sus centros de trabajo o desplazarse en medios de transporte junto al animal. Además, al hablar de esta normativa es importante poner énfasis en un detalle de lo más relevante: todo ello sin costes ni ningún tipo de pago adicional.

Lugares y accesos permitidos

El acceso de perros de asistencia estará garantizado en todos los lugares públicos, aunque estos sean de titularidad privada en cualquier lugar de España. Además, tendrán las puertas abiertas de todos los centros educativos, culturales, deportivos o sanitarios, solo a excepción de quirófanos u otras áreas en las que deban garantizarse condiciones higiénicas especiales. De la misma forma, los propietarios de pequeños comercios, supermercados, mercados o comercios de alimentación tampoco se podrán negar a ello, así como alojamientos turísticos, establecimientos de hostelería y restauración, museos o teatros.

Imagen de archivo de un perro

La entrada a playas y áreas recreativas también queda contemplada y recogida en la normativa, además de las piscinas y parques acuáticos, estos últimos con una única excepción: el animal no podrá entrar al agua. Asimismo, queda permitida su estancia en el puesto de trabajo junto a la persona con discapacidad, que podrá mantenerlo a su lado en todo momento. Además, podrán viajar junto a ellos en todo tipo de medio de transporte, como los aviones, previa notificación a la compañía u operador.

Accesibilidad e igualdad

Además de las personas ciegas, miles de personas con discapacidad auditiva o sordoceguera, discapacidades físicas que presiden de la asistencia de perros adiestrados como apoyo y auxilio, además de aquellos con trastornos del espectro autista o patologías que impliquen la desconexión sensorial podrán beneficiarse de esta medida. Y en esta línea, también es importante hablar del bienestar del animal. La política recoge que, tras cumplir los 10 años, estos tienen el derecho a dejar de prestar servicio a la vez que podrán continuar accediendo en todos estos ámbitos.

Los impedimentos o denegaciones de acceso que sufra una persona que necesita un perro de asistencia deberán ser considerados actos de vulneración del derecho a la accesibilidad, igualdad y no discriminación. Finalmente, las personas usuarias de este servicio, así como los profesionales encargados de su adiestramiento, deben asumir también sus obligaciones: el cuidado y respeto del animal son indiscutibles, y deben estar siempre presentes en su día a día.

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