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Política

La templanza de Pastor y las "sucias manos" de Rufián

El diputado de ERC, Gabriel Rufián, junto a Ester Capella (i).

"No me gustaría estar en su lugar", confiesa quien se ha sentado en el sillón que ocupa de la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Son tiempos difíciles en la Cámara Baja para dirigir con exquisita imparcialidad los debates de los diputados en la recta final del referéndum ilegal de Cataluña.

Los nervios crecen a medida que se acerca la fecha del 1 de octubre y la cuestión catalana se cuela en todos los plenos y comisiones. Lo independentistas están agitados y descolocan a los demás por momentos. Cuentan con el respaldo de los nacionalistas vascos y de los diputados de Unidos Podemos. Todos salen a hacerse la foto. Esta semana ha habido mucha tensión en los pasillos, pero la tormenta está por llegar. Pastor se mantiene firme.

Pero a menos de siete días para la cita, el polémico Gabriel Rufián amenaza con no ponerle las cosas fáciles. "Dejen de perseguir impresoras", le dijo a Sáenz de Santamaría la semana pasada mientras sostenía una "humilde Samsung republicana". "Le exijo que saque sus sucias manos de las instituciones catalanas", le espetó en tono más agresivo a Rajoy en la sesión de control del miércoles. El Presidente no movió ni la ceja. La frase ya fue pronunciada por Jon Idígoras hace 27 años, aunque en versión vasca. 

No es fácil atar en corto al diputado de Esquerra (ERC), acostumbrado a la performance política y a la oratoria de brocha gorda. "Con los sentimientos a flor de piel, no queda le otra que lidiar", aseguran fuentes cercanas a la presidenta. Con ese fin colocó Rajoy a una de las mujeres de su círculo más próximo. Fiel, discreta y cumplidora, la definen. "Lo está haciendo bien y con mucha inteligencia", apuntan desde filas socialistas.

"Un segundo, señora Capella. Le recuerdo el cumplimiento del artículo 102.1. Muchas gracias. Puede continuar". Es la frase que no se harta de repetir Pastor con los separatistas. El Reglamento le obliga a llamar la atención a los diputados que se van por las ramas. Calcula bien sus palabras. Pero no duda.

La diputada de ERC Ester Capella aprovechó este jueves el debate de la denominada 'ley mordaza' para animar a los catalanes a votar en la consulta ilegal. "Catalans, catalanes, ara més que mai, aneu a votar, anem a votar. Per salvaguardar la democracia i les llibertats publiques de tothom. La dels catalans i la del conjunt de demòcrates espanyols. Moltíssimes gràcies", concluyó la arenga haciendo caso omiso a la advertencia de Pastor. Esta lo dejó pasar. 

Pero después llegó el portavoz republicano Joan Tardà. Con el brazo en cabestrillo y haciendo gala de la indignación por las detenciones de altos cargos del Govern en Barcelona no aportó ni un argumento desde el atril. "Compañeras y compañeros, companyes i companys, os pido solidaridad, os pido que compartáis con nosotros solidaridad para con nuestros compañeros detenidos. Llibertat detinguts, libertad detenidos", se limitó a decir antes de abandonar el Hemiciclo junto a los diputados de su grupo. 

La semana que viene se presenta caldeada. La vicepresidenta del Gobierno deberá batirse el cobre con los diputados de la oposición ante la batería de preguntas sobre la actuación del Ejecutivo en Cataluña. Por lo pronto, el portavoz de los populares en el Congreso, Rafael Hernando, ya ha hecho llegar a pastor una carta para pedirle que adopte las medidas oportunas para que no se repitan los insultos y el "acoso" vividos esta semana en el Pleno. "Entiendo la libertad de expresión, pero no comparto la libertad de insulto", llegó a decir el diputado no conocido precisamente por su fina oratoria.

Pero la irritación que este diputado genera entre las filas populares queda patente en el Diario de Sesiones. "Sinvergüenza" le llegó a espetar uno de los parlamentarios mientras abandonaba la bancada el pasado miércoles en protesta por la macrooperación de la Guardia Civil en Barcelona contra los presuntos organizadores del referéndum. Rufián está "deseando dejar el Congreso". 

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