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Política

La fractura del independentismo favorece a Colau para aspirar al Govern

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, votando en el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre.

La declaración unilateral de independencia (DUI) en diferido por la que ha optado el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha fracturado el bloque secesionista hasta el punto de cobrar cada vez más fuerza la hipótesis de un adelanto electoral en Cataluña. Los diputados de la CUP ya han amenazado con retirar su apoyo al Govern de Junts Pel Sí (PDeCat y ERC) si no hay una "República catalana" dentro de un mes aproximadamente. Es en este río revuelto donde está pescando apoyos la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con un discurso a favor de un "referéndum pactado" y en contra de una aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno central (el PSOE no se opone).

La alcaldesa de Barcelona y líder de Catalunya en Comú está concitando apoyos entre el nacionalismo a base de una ambiciosa campaña de imagen a favor del "diálogo". Un diálogo que la regidora cree oportuno incluso con los independentistas situados al margen de la legalidad. Además, está tratando de que su discurso tenga una fuerte proyección europea. Ahí se enmarca la carta que remitió a los alcaldes europeos y al diario The Guardian en la que instó a la Comisión Europea a "abrir un espacio de mediación" entre Gobierno y Generalitat para encontrar "una solución negociada y democrática al conflicto". El PSOE, al igual que el PP, sólo acepta conversaciones con los secesionistas "en el marco de la legalidad".

Colau celebró ayer la "desescalada de tensión" en el problema catalán después de que Puigdemont no siguiera los postulados más radicales de la CUP, ANC y Ómnium Cultural para proclamar una "República catalana" de pleno y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no aplicara de inmediato el artículo 155. "En este respiro es urgente que todos trabajemos para lograr diálogo y soluciones reales", manifestó la regidora.

Colau hizo así otro guiño a los nacionalistas (ahora instalados en la vía eslovena), uno más de los que les ha lanzado en estas últimas semanas de especial trascendencia. Por ejemplo, la líder de Catalunya En Comú acudió a votar el pasado 1 de octubre en el referéndum ilegal convocado por la Generalitat. Así mismo, días antes organizó una recepción oficial a los alcaldes independentistas para trasladarles su respaldo tras ser citados por la Fiscalía por participar en los preparativos del referéndum de autodeterminación, suspendido por el Tribunal Constitucional. En aquella recepción, Colau manifestó: "Catalunya es un solo pueblo, la libertad la defenderemos con unidad". Puigdemont utilizó luego ese mantra de "un solo pueblo" en su respuesta al Rey el 4 de octubre.

Colau está tratando de que su discurso tenga una fuerte proyección europea. Ahí se enmarca la carta que remitió al diario 'The Guardian' en la que instó a la CE a "abrir un espacio de mediación" entre Gobierno y Generalitat"

Si la CUP cumple finalmente su amenaza y dejar caer al Gobierno de PDCat y ERC, podría haber un acercamiento entre estas fuerzas soberanistas y el partido de Colau. Cabe recordar que el pasado 26 de agosto el hombre de la alcaldesa de Barcelona en Madrid, el portavoz de En Comú en el Congreso, Xavier Domènech, ya mantuvo una cena privada con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras (ERC), y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en casa del multimillonario dueño de Mediapro Jaume Roures. 

Espaldarazo de Agbar

Desde el mundo empresarial, Colau recibió ayer el espaldarazo del presidente de Aguas de Barcelona (Agbar), Àngel Simon. A través de una carta en El Periódico, el directivo elogió la postura de la regidora y pidió a los actores implicados que "vuelvan a la sensatez y a velar por el interés del conjunto de la sociedad".

"Alcaldesa, sepa que cuenta con nosotros en esta situación decisiva... Nuestros hijos nos lo agradecerán. Cuente con nosotros siempre que quiera abrir vías de diálogo", subrayó Simon.

Además, advirtió de que la cohesión social y el progreso económico alcanzados en Cataluña pueden verse afectados "de un día para otro", derivando hacia una situación de "incertidumbre" que vendría acompañada por "un desprestigio internacional nada favorable a nuestro desarrollo", sentenció.

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