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Política

El calvario de dar Historia de España a los 'cachorros' de la CUP

Estudiantes catalanes en una imagen de archivo.

Francisco Oya lleva más de tres décadas siendo profesor de Historia de España en Cataluña, pero el clima de incertidumbre política y de tensión que atraviesa la comunidad autónoma desde el auge del independentismo ha provocado que su relación con el equipo directivo del centro escolar en el que "trata" de dar clase se deteriore tanto o más que la que mantiene con un grupo de alumnos afines a Arran, la organización juvenil vinculada a la CUP.

Llegó al IES Joan Boscà, situado en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, junto al barrio barcelonés de Pedralbes, hace un año y ya desde entonces fue tratado con cierta "frialdad", según cuenta a este diario. Su lucha contra la imposición del catalán en las aulas le había llevado a presidir la Asociación de Profesores por el Bilingüismo, una entidad cívica formada por docentes de diversos niveles educativos que no encaja bien con el discurso nacionalista.

El manual de Alcoberro

"Solo llevaba poco más de una semana dando clase cuando me citó el director. Me comentó que había visto algunos artículos que yo escribía y también algunos comentarios que pongo en mis redes sociales, no le hacían gracia y me pidió prudencia", recuerda Oya. Sin embargo, este último defiende que en el instituto se limita a dar clase y que no habla sobre sus opiniones políticas. Eso sí, añade: "Evidentemente, fuera del centro participo en los actos que quiero".

Pero el rechazo del director no era la única dificultad que encontraría en el centro. La piedra más difícil de sortear son los manuales de Historia fijados para los estudios desde 1º de ESO hasta 2º de Bachillerato, del historiador y portavoz de la Asamblea Nacional Catalana, Agustí Alcoberro. Unos libros que algunos estudiantes parecen abrazar.

"Quise que mis alumnos tuvieran una visión más amplia de la Historia, así que decidí repartir un dossier con textos supremacistas del catalanismo político. Era una forma de que vieran otra cara del catalanismo", pero un grupo de ellos, afines a Arran, se quejaron al director y el resultado fue, según Oya, una suerte de "tribunal de la Inquisición".

El director me prohibió dar otro tipo de material didáctico distinto al contenido que aparecía en el libro"

"El director me prohibió dar otro tipo de material didáctico distinto al contenido que aparecía en el libro y terminamos discutiendo", dice. De acuerdo al testimonio del docente, nunca le había pasado "nada parecido" con otros directores y tuvo que recordar a su superior que existía "la libertad de cátedra". Fue entonces cuando empezó el desfile de inspectores en las clases del profesor Oya.

"En dos meses vinieron hasta tres inspectores, así que a partir de la visita de la primera, que hizo un informe que no se ajustaba a la realidad según mi opinión, pedí que hubiera testigos, en concreto el jefe provincial del sindicato Csif", cuenta. Sin embargo, las visitas continuaron "por sorpresa", así que Oya se habría negado a hacer manifestaciones.

Cruce de protestas

En este contexto, la Asociación de Profesores por el Bilingüismo decidió organizar un acto de protesta este lunes enfrente del centro en contra del adoctrinamiento en la escuela pública catalana y en defensa de "los profesores que están siendo represaliados por no participar en el juego". Pero otra manifestación trató de reventar el acto.

El Front de Defensa del instituto, junto con el CDR de Les Corts, convocaron una protesta en repulsa al discurso de la organización de Oya y a favor del director del instituto, señalado por adoctrinamiento independentista tras el 1-O por asociación. Y los mismos gritos de "Fuera el fascismo de nuestras aulas" que protagonizaron el acto se plasmaron en forma de cartel al día siguiente en clase.

Me recibieron con pancartas amenazantes en las que se me llama fascista, tanto en las verjas de fuera como en el interior del aula"

"Me recibieron con pancartas amenazantes en las que se me llama fascista, tanto en las verjas de fuera como en el interior del aula", cuenta Oya. Antes de comenzar a dar clase, continúa, un grupo de alumnos me llamó fascista y salió del aula. "El director me abrió un expediente y me han retirado de impartir clase de Historia de España en 2º de Bachillerato, que son los alumnos que dentro de poco tienen Selectividad", explica.

"No he venido a buscar problemas pero siempre defenderé la plena libertad en los centros a nivel de lengua y de libertad de cátedra. Quiero dar Historia científica, no una propaganda, pero actualmente parece imposible en la escuela pública catalana", denuncia. Fuentes de la comunidad docente catalana aseguran a este diario que el caso de Oya no es el único. "Hay varios profesores que son señalados en los centros por cuestiones políticas, pero no lo denuncian públicamente por miedo a represalias", comentan.

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