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Política

Sánchez resiste el asedio a Ferraz mientras los barones echan el resto para que no sobreviva a esta noche

La elección de la Mesa del Comité Federal no ha sido posible pactarla entre los dos bandos enfrentados, lo que ha hecho que la reunión del máximo órgano del PSOE entre congresos haya comenzado con más de cuatro horas de retraso bajo la presidencia de la andaluza Verónica Pérez –“yo soy la única autoridad” – fiel a Susana Díaz y la presencia de dos personas cercanas a Pedro Sánchez: el vasco Rodolfo Ares y la catalana Nuria Marín. Al final, nadie ha querido una votación para renovarla puesto que anticiparía quien está en condiciones de ganar la partida definitiva, de la que dependerá si se forma una gestora o, por el contrario, si Sánchez pilota el partido hasta la celebración del congreso extraordinario.

Pedro Sánchez intentar alargar lo más posible el comité para demostrar su fuerza

Esta decisión es la más importante que se ventila, puesto que si del comité federal de hoy, en el que hay 150 peticiones de palabra, saliera una gestora, Mariano Rajoy tendría grandes posibilidades de ser investido como presidente con la abstención de los socialistas. En cambio, si Sánchez saliera vivo de la reunión y continuara como secretario general “en funciones”, España iría a terceras elecciones.

En la reunión de hoy se dirime también la fecha de las primarias que valdrán como antesala del congreso. En ellas se elegirá el secretario general y por esta razón Sánchez quiere jugar con ventaja para repetir en el cargo. Ello explica que esta mañana su hombre fiel en la Mesa del Comité, Rodolfo Ares, haya pedido que no solo se vote si se forma una gestora o se celebra el congreso, sino también si el PSOE está dispuesto, o no, a respaldar la investidura de Rajoy. El objetivo de Sánchez es obvio: quiere que en caso de que Susana Díaz salga hoy a hombros por la puerta grande de Ferraz, lo haga con plomo en las alas como principal defensora de dar el Gobierno de la nación al PP.

El cisma que sufre el Partido Socialista se ha reflejado esta mañana en numerosas anécdotas. Aparte de los graves insultos que han recibido algunos dirigentes identificados con los planes de Susana Díaz, entre ellos Eduardo Madina y el eurodiputado José Blanco, Pedro Sánchez ha encarado algunas humillaciones como la que ha protagonizado el presidente aragonés, Javier Lambán, a instarle a que no se dirigiera a los miembros del comité en calidad de secretario general, porque ya no lo es.

La ejecutiva en funciones quiere que si Susana Díaz gana, salga con la bandera del PP

Algunos miembros del comité federal llegados a Madrid del País Vasco, Baleares, Murcia, La Rioja, y la propia federación madrileña, defensores de Sánchez, creen que alargando la reunión se demuestra de forma clara que los barones del resto de las federaciones no tienen la mayoría. Con esta intención, Sánchez ha llegado a proponer como gesto de conciliación que regresen al comité federal los 17 miembros de la ejecutiva dimitidos, invitación a la que se han negado los partidarios de Susana Díaz. La ambición de la presidenta andaluza consiste en rematar a Sánchez esta misma tarde mediante una votación que de paso a la formación de una gestora presidida por el presidente asturiano, Javier Fernández. Sin embargo, después de siete horas de asedio, Sánchez resiste, lo que revela que las fuerzas dentro del partido pueden estar repartidas casi por igual.

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