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Política

Sánchez espera a la próxima semana a reunirse con sus 'barones' para fijar posición sobre Cataluña

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tiene previsto reunir la próxima semana a sus 'barones' para hablar de la situación en Cataluña y fijar una posición ante las medidas que pueda adoptar el Gobierno para frenar el desafío independentista. Será la primera vez que convoca al Consejo de Política Federal en esta nueva etapa como líder de los socialistas.

Según ha adelantado El País, y confirma Ferraz, la cita tendrá lugar la próxima semana, en una fecha aún por cerrar. El Consejo que preside el jefe del Ejecutivo extremeño, Guillermo Fernández Vara, será convocado después de que se conozca la decisión del Pleno del Parlament catalán, del que podría salir la declaración unilateral de independencia (DUI) o una vez el Gobierno de Mariano Rajoy anuncie su respuesta. 

A día de hoy, según fuentes de la dirección socialista, se espera que la reunión tenga lugar el martes o el miércoles. El jueves, los presidentes autonómicos están también convocados en Madrid, pero para asistir al desfile por la Fiesta Nacional, que presidirán los Reyes. 

Pese a la crisis catalana, Sánchez no había querido reunir hasta ahora a su Consejo de Política Federal argumentando que quería esperar a que terminaran los procesos internos en su partido. Después de las primarias federales, han continuado los congresos en las federaciones y aún faltan por resolver los liderazgos en Galicia y Aragón.

En ese órgano están los siete presidentes autonómicos, que en las pasadas primarias, a excepción de la balear Francina Armengol, apoyaron a Susana Díaz. También incluye a los secretarios generales de las federaciones, en los que ahora hay mayoría 'pedrista': se mantienen los que ya le apoyaron y en algunos territorios ha habido cambios favorables a Ferraz. 

Ahora, Sánchez considera que ya no puede esperar más y quiere reunirlos a todos para hablar de la posición del partido ante el desafío independentista, después de una semana en la que los equilibrios de la dirección federal han generado muchas tensiones internas y han aflorado las discrepancias en el discurso entre los territorios

Desde que estalló el pulso, a principios de septiembre, Sánchez ha garantizado al Gobierno que le apoyará en la respuesta a los independentistas, pero el pasado domingo inició un desmarque con Moncloa y, aunque se comprometió con la "estabilidad" del país, criticó abiertamente las cargas policiales. Trató de tomar distancia e incluso le trasladó ese malestar al presidente, Mariano Rajoy, en la reunión que tuvieron el lunes. 

Un día después, anunció su intención de reprobar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y se terminó de revolucionar el patio en el partido. Un sector amplio del partido, principalmente en las federaciones de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, junto a la vieja guardia, cree que el PSOE debe situarse claramente en el apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad y a la respuesta de Rajoy a los independentistas.

En este debate y, en concreto, en la aplicación del artículo 155 ya son muy visibles las diferencias. Mientras en el PSC se trata de evitar llegar a ese extremo, en Extremadura o Aragón se ha pedido ya su aplicación sin tapujos. Ayer, quien expresó con más contundenia las diferencias que hay en el partido fue el exvicepresidente Alfonso Guerra, que cargó contra Ferraz por reprobar a la vicepresidenta en lugar de a "los golpistas" y defendió que el PSOE tiene que apoyar la defensa de la Constitución, con todos sus artículos.

Y, en medio de estas disensiones, y entre presiones de los otros partidos de izquierda, Ferraz intenta aguantar en el equilibrio entre una posición propia y el compromiso con el respaldo al Estado de Derecho. Después de la semana de distancias, el secretario de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos, mostró anoche, después del discurso de Puigdemont, una firmeza mayor en apoyo al Gobierno.

De hecho, dejó de lado la exigencia de que se emprenda ya una negociación entre Rajoy y Puigdemont y avisó al president de que si quiere diálogo, primero tiene que volver a la senda de la legalidad. Un discurso con el que, en esta ocasión, se distancia del PSC, que no renuncia a la opción de lograr un acuerdo cuanto antes para evitar el choque final. 

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