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Política

Puigdemont recibirá el acta en Bruselas y solo volverá para ser investido presidente

El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont.

El huido Carles Puigdemont no va a acudir en persona a recoger el acta de diputado del Parlament de Cataluña antes del 23 de enero, fecha de constitución de la Cámara, para evitar así su entrada en prisión sin saber si será reelegido posteriormente presidente de la Generalitat con los votos de su partido, JuntsxCat, de ERC y de la CUP.

Por sorprendente que parezca, puede enviar a un tercero a recoger en el registro la documentación que acredita su elección el 21-D, pero tiene que volver -y será detenido- para asistir ese día a la constitución de la Cámara y elección del presidente/a de la misma, o, posteriormente, al debate de investidura que quiere protagonizar. Según fuentes del Gobierno consultadas por Vozpópuli, la condición de diputado -y por tanto, de elegible como presidente de la Generalitat- se adquiere tras haber votado en, al menos, una sesión, según doctrina constitucional. Hasta entonces se sigue siendo electo.

De hecho, los exconsejeros prófugos con él en Bélgica: Antoni Comin (Salud), Lluís Puig (Cultura), Meritxell Serret (Agricultura), y Clara Ponsatí (Enseñanza), también tendrán que viajar a Barcelona para votar al menos una vez en el Parlament, en cualquiera de las sesiones. Eso, o que corra la lista de Junts per Catalunya (JxCat) y de ERC que, de momento, no parece la opción elegida por ninguna de las dos formaciones soberanistas.   

De hecho, la prerrogativa de recogida no presencial está utilizándola el candidato presidencial de JxCat para meter presión a su socio ERC durante las negociaciones de investidura que está llevando a cabo su equipo de confianza capitaneado por Elsa Artadi, directora de campaña, y el portavoz de Junts per Catalunya, Eduard Pujol al margen de la estructura del PDCat.

ERC se ha aliado con el sector del PDCat que quiere quitarse de enmedio a Puigdemont de una vez y poner a Junqueras; Artur Mas y Marta Pascal quieren refundar el partido sin lastres

Sabe que quienes mueven los hilos del partido: su secretaria general, Marta Pascal y David Bonvehí, (fuera del las listas al Parlament por expreso deseo de Puigdemont) con Artur Mas en la sombra están compinchados con ERC para retirarle de la circulación. Todos, unos pública y otros secretamente, confiaban en que el líder republicano, Oriol Junqueras, encarcelado en la prisión de Estremera (Madrid) desde hace dos meses, ganara a un expresident al que consideran "descontrolado".

Pero no ha sido así y ahora aspiran a una inversión de papeles para lograr por la vía de los hechos lo que no han logrado en las urnas: quitarse de enmedio a Puigdemont con la excusa de que, aún investido presidente, no podrá ejercer. Y cargarse de razones para que Junqueras, quien va a ser puesto en libertad provisional por el magistrado del Supremo Pablo Llarena el próximo 4 de enero, se haga con las riendas del gobierno catalán.

A este respecto, la secretaria general de ERC y líder provisional del partido, Marta Rovira, ya se ha encargado de aclarar que el apoyo de los republicanos será exclusivamente a la investidura Puigdemont, no a la del número dos de Junts per Catalunya, Jordi Sánchez, encarcelado como Junqueras y pendiente de salir en breve en libertad provisional.

Puigdemont estaría pensando en nombrar un 'conseller en cap' para cubrir el vacío que él deje en la Generalitat mientras esté en prisión provisional a la espera de juicio

Este fin de semana, la Dirección de ERC dio una nueva vuelta de tuerca instando al expresidente huido a que no espere a la investidura y venga a recoger el acta; pero tanto el aludido como Artadi y su equipo de confianza se han negado. Quieren tener antes cerrado el apoyo de los republicanos -el de los cuatro diputados de la CUP lo tienen- a la reelección del que hoy se denomina president "en el exilio".

Puigdemont cuenta con que él, como Junqueras, saldrá también de la cárcel en libertad provisional a la espera de juicio y tanto él como su equipo creen que ese período de interinidad se puede solventar con el nombramiento de "un conseller o consellera en cap", figura de fuerte tradición en la Generalitat Catalana, aseguran fuentes soberanistas consultadas por este periódico.

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