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Política

Ni Puigdemont ni Junqueras: El independentismo colapsa ante la investidura del 'president'

Imagen de archivo de Oriol Junqueras y Carles puigdemont

El día 17 es la fecha señalada por Mariano Rajoy para que se constituya el Parlamento de Cataluña. Un paso trascendental en el escenario surgido de las elecciones del 21 que está envuelto en todo tipo de incertidumbres y misterios. Tanto que se habla ya incluso de un posible boicot, un bloqueo institucional y hasta la posibilidad de nuevas elecciones.

La permanencia de Oriol Junqueras en prisión, por orden del Tribunal Supremo, ha provocado una sensación de desánimo y abatimiento en ERC, que habían aireado la posibilidad de poner en marcha un 'plan B', con su líder como candidato a la investidura. Truncada esta posibilidad, el secesionismo lleva a cabo reuniones de emergencia para superar el actual impasse. No hay solución clara. Carles Puigdemont no desvela cuales son sus planes, caso de tenerlos. Empieza a cundir la idea de que tanto el expresidente como el propio líder republicano estarían tentados de no colaborar en la formación de la Cámara, de que sus diputados no asistan a esa sesión solemne y así dar largas a la actual situación a la espera de alguna solución que nadie es capaz de perfilar. 

El primer paso para poner en marcha la nueva etapa surgida de las urnas será la formación de la Mesa del 'Parlament'. Ciudadanos se postula a la presidencia en virtud de su victoria en los comicios. La mayoría separatista no lo permitirá. Si hay acuerdo entre el bloque de la DUI, podría avizorarse alguna pista sobre quién encarnará la candidatura a la investidura. Otro territorio insondable. Hay razones que impiden creer en una solución. Si ERC asume la presidencia, se daría por hecho que la Generalitat le corresponde a JxCat. Este es el nudo gordiano del problema. ¿Quién será investido? El calendario avanza a ciegas.  

Un escenario de bloqueo

-Descartada la opción Junqueras. ERC tenía un plan B en el caso de que su líder pudiera sortear las medidas cautelares y abandonar la prisión. El TS ha desbaratado esta vía. Junqueras tendrá muy difícil presentarse como candidato a la investidura estando en prisión. Podría pedir permiso para acudir a votar, y hasta para resultar elegido. Pero la plataforma de Puigdemont ni siquiera se lo plantea. Junqueras está descartado. "Sería el presidente del 155", dicen en Bruselas. Una puerta que se cierra.

-Puigdemont no va a regresar. Dijo el expresidente de la Generalitat durante su campaña que, de resultar vencedor, regresaría Barcelona para ser investido. No hay ni asomo de que tal posibilidad se concrete. En su plataforma, JxCat, se asegura que Puigdemont no regresará a España salvo que el Estado le garantice que no ingresará en prisión. Pretenden que Rajoy dé insrucciones a la Fiscalía. Un disparate. Algo impensable en un Estado de derecho con división de poderes. Con Puigdemont en Bruselas, no cabe imaginar una investidura 'telemátia', como alguien ha deslizado. La vía del expresident, por tanto, también está cerrada.

-Un candidato alternativo y de consenso. En el círculo de Puigdemont se ha sugerido la posibilidad de que otro candidato asuma la investidura. Se ha hablado de Jordi Sánchez, exlíder de la ANC. No parece razonable. También está en prisión. Y se menciona en nombre de Elsa Artadi, jefa de campaña de JxCat y mano derecha de Puigdemont. No lo apoyarían ni ERC ni la CUP, cuyos votos son imprescindibles.

-La salida constitucionalista. Dado que los posibles aspirantes del separatismo están,a hora mismo, anulados por la decisión judicial, se mira hacia el bloque constitucionalista. Sólo sería posible una investidura de Inés Arrimadas en el caso de que los ocho electos que ahora están fugados o en la cárcel no retiraran sus actas y por lo tanto no pudieran votar. Pero nadie imagina que Puigdemont o Junqueras renuncien a su escaño. La decisión última le correspondería a los diputados de Podemos, que por ahora se mantienen en silencio. 

-Elecciones a la vista. ERC no quiere ni pensar en una nueva convocatoria. No le fue bien en diciembre. Quedó tercera fuerza pese a que Junqueras había arrancado como gran favorito. En JxCat no descartan esta opción. Pero la temen. Puigdemont ha quedado retratado Prometió regresar si vencía el 21D. No ha cumplido. ¿Qué iba a decir en la campaña? Sería tan sólo una fórmula para ganar tiempo. Esos nuevos comicios los tendría que convoar de nuevo Mariano Rajoy, es decir, otras urnas del 155. La CUP dice que no se presentaría. También amenazó con lo mismo en noviembre y al final se plegó. 

El tiempo pasa y la solución no se adivina sencilla. Los fieles a Puigdemont hablan de recurrir a la 'astucia'. Palabra maldita. Así le fue a Artur Mas, su inventor. El plazo límite para el debate de investidura es el 31 de enero. Con la primeras votación, de producirse, el reloj comenzaría a contar y empezarían a correr los dos meses de plazo para investir al 'president'. Puigdemont, Junqueras o "quien sea", como dicen voces del independentismo. Y si no, a las urnas. 

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