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Política

El PSOE quiere vender su sede en Valencia por más de 5 millones para aliviar su deuda

Sede del PSPV en la calle Blanquerías, en venta

El PSOE y el PSPV han colgado el cartel de 'Se vende' en su sede en la calle Blanquerías de Valencia, un céntrico edificio de cuatro plantas por el que esperan obtener más de cinco millones de euros que aliviarían considerablemente lo que debe la federación que lidera Ximo Puig, que contribuye con algo más de 7,5 millones a los más de 57 millones de deuda acumulada por el partido a nivel federal. 

La operación se empezó a plantear en serio hace un año y el pasado marzo la federación le dio el visto bueno, pero finalmente se decidió congelar, cuando ya habían recibido ofertas importantes que rondaban los cinco millones de euros. Sin embargo, según explican fuentes del PSPV a este periódico, se decidió pararlo hasta que se resolvieran los procesos internos en el partido, para que la venta fuera lo más transparente posible y no generara ningún tipo de suspicacias.

Entonces, no se consideró oportuno tomar una decisión de tal calado con el PSOE en manos de una Gestora y a las puertas de unas primarias en la Comunidad Valenciana y ahora, con los liderazgos resueltos, con Pedro Sánchez en Ferraz y Ximo Puig en Blanquerías, se ha decidido retomar la venta para resolverlo con rapidez.

Cinco días para recibir ofertas

De hecho, el proceso se lanzó esta misma semana y según el pliego, al que ha tenido acceso Vozpópuli, los interesados tienen cinco días para enviar sus ofertas: la recogida se cierra este lunes, día 16, y el 30 de este mismo mes se espera una decisión. Y si hace unos meses había operaciones encima de la mesa en torno a los cinco millones, ahora se esperan ofertas al alza, porque "el interés ha aumentado".

Entonces, ya se habló de la posibilidad de que el nuevo destino de la sede socialista fuera un hotel. La ubicación es idónea y el edificio también: 3.352 metros cuadrados en siete plantas (dos en sótano) y 33 plazas de garaje. Tanto en Madrid como en Valencia cuentan con que la venta no ofrecerá ninguna dificultad y los tiempos previstos apuntan a ello.

El resultado será más que un alivio para sus cuentas. En su primer mandato, Ximo Puig heredó una deuda de casi nueve millones de euros del anterior secretario general, Jorge Alarte, y, aunque hasta ahora ha conseguido reducirla en alrededor de 1,5 millones de euros, la situación es complicada, según admiten fuentes socialistas.

Por eso, la venta será todo un balón de oxígeno. Aunque les cuesta dejar una "sede emblemática", y se ha intentado mantener, el PSPV considera que lo más eficiente es trasladarse a un edificio de alquiler que se amolde más a sus necesidades actuales, un lugar más pequeño y con un coste que les permita hacer frente más desahogados a la acción política. 

Y en Ferraz también lo celebrarán. El PSOE tiene un único CIF como persona jurídica, de manera que responde ante la situación económica de sus federaciones, a las que, en ocasiones, tiene que ayudar en el pago de sus gastos, incluso de personal. 

En 2016, según los datos que entregó el partido el pasado julio al Tribunal de Cuentas, acabó con una deuda con los bancos de 57,24 millones de euros, un 9,52% menos que el ejercicio anterior, pero un volumen todavía muy considerable. La venta de la sede de Blanquerías se restaría de este 'debe'.

Éste no es el primer cambio de sede en el PSOE para ahorrar. Hace algo más de dos años, los socialistas madrileños se marcharon de su sede en el Palacio de la Prensa, en Callao, a los pocos meses de que Tomás Gómez fuera defenestrado de la Secretaría General. La Gestora que le sustituyó, con Rafael Simancas al frente, se mudó a la calle Buen Suceso, a un espacio mucho más pequeño a pocos metros de la sede de Ferraz.

Entonces se estimó que el cambio generaría un 50% de ahorro para el PSOE de Madrid, que pasó a compartir gastos con el federal: usan sus espacios para eventos propios y se centralizan servicios como mensajería o reprografía. El objetivo, también aquí, era aliviar una deuda que hace año y medio llevó a la entonces secretaria general, Sara Hernández, a solicitar un esfuerzo extra de dos euros mensuales a sus afiliados a pesar de que sólo el cambio de alquiler ya les suponía ese año un ahorro de 120.000 euros. 

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