Quantcast

Política

Íñigo Errejón, el portavoz parlamentario más efímero desde Francisco Frutos

Íñigo Errejón, en la sala de prensa del Congreso.

Hay que remontarse casi dos décadas para encontrar un precedente al visto y no visto que ha sido el paso de Íñigo Errejón por la portavocía parlamentaria de Podemos, el tercer grupo más grande del Congreso. La asumió tras las elecciones del 20-D, en enero de 2016, y le fuerzan a dejarla en febrero de 2017, unos días después de que las bases moradas avalaran mayoritariamente las tesis del líder, Pablo Iglesias, frente a las suyas en la asamblea de Vistalegre. El siguiente paso natural era ajustar la Ejecutiva del partido y la dirección del grupo parlamentario a la nueva realidad, cosa que se ha hecho este sábado pese a que Errejón había mostrado voluntad de seguir con sus responsabilidades. 

Abandonará el puesto de portavoz en el Congreso en beneficio de Irene Montero, así como la Secretaría Política del partido, que desaparece. Ha estado poco más de un año en el puesto, tiempo del que habría que descontar del lapso de 2016 en que las Cortes estuvieron disueltas por la repetición de las generales (del 3 de mayo al 19 de julio). Entre los partidos de ámbito nacional con grupo propio en la Cámara, no se daba un caso así desde Francisco Frutos, candidato de Izquierda Unida a las elecciones del 2000 y rostro de esta coalición en el Congreso durante apenas siete meses (de abril a noviembre de ese año). El fiasco en las generales condenó a Frutos, que perdió más del 50% de los votos que Julio Anguita había logrado con las mismas siglas en la cita de 1996.

Errejón abandona ahora la primera línea víctima de la nueva correlación de fuerzas surgida en Podemos. Su apuesta por la transversalidad y el aperturismo en busca de un ensanchamiento de la base electoral que permita al partido disputar el poder no casa con el rupturismo sin concesiones que predica Iglesias. La formación ha buscado una salida de consenso: postular al hasta ahora portavoz parlamentario como candidato a la presidencia de Madrid en las elecciones de 2019. Montero, jefa de gabinete y fiel lugarteniente de Iglesias, será la encargada de trasladar al Congreso el nuevo rumbo elegido por la formación morada.

Frutos estuvo apenas siete meses al frente de IU en el Congreso después de perder más de la mitad de los votos obtenidos por Anguita

Como portavoz adjunta, tiene ya rodaje en el despacho de asuntos parlamentarios con otras fuerzas políticas, aunque en adelante deberá liderar el trabajo de Unidos Podemos junto al presidente del grupo -Iglesias-. Rafael Hernando (PP), Antonio Hernando (PSOE), Juan Carlos Girauta (Ciudadanos), Joan Tardá/Gabriel Rufián (ERC), Aitor Esteban (PNV) y los representantes del Grupo Mixto tienen desde ahora nueva interlocutora de referencia.

Las zozobras del Grupo Socialista

El próximo cambio en la Junta de Portavoces del Congreso podría producirse en las filas socialistas. El 39 Congreso de este partido se celebra en junio y de él saldrá un nuevo líder -designado en primarias en mayo- y una nueva Ejecutiva que podría relevar las portavocías, como suele ocurrir después de estos cónclaves. Las del Senado y el Parlamento Europeo cambiaron en octubre, tras la defenestración de Pedro Sánchez, pero Hernando mantuvo su lugar en el Congreso deslizando que sería por unos meses, mientras se prolongara la interinidad.

El Grupo Socialista ha tenido 15 portavoces en la Cámara baja desde 1977, de los cuales solo cuatro duraron menos que Errejón. Todos ellos fueron protagonistas en la década de los 90, cuando el PSOE vivió las hieles de la pérdida del poder y sufrió importantes convulsiones internas. Carlos Solchaga tomó las riendas tras las elecciones de 1993, con el guerrismo en contra de su nombramiento, y las dejó once meses después.

Le sucedió Joaquín Almunia, que se mantuvo tres años (1994-1997), antes de dar paso a un carrusel de idas y venidas en la cúspide del grupo, fruto de la zozobra en que se sumió el socialismo tras pasar a la oposición. Juan Manuel Eguiagaray (1997-1998), Josep Borrell (1998-1999) y Luis Martínez Noval (1999-2000) se sucedieron en el puesto en aquella primera legislatura de Aznar. Los socialistas no definirían un rumbo hasta la llegada de Zapatero a la secretaría general y de Jesús Caldera a la dirección parlamentaria.

La fugacidad de Errejón tiene escasos precedentes incluso en los grupos minoritarios, que han apostado por líderes duraderos como Anasagasti, Duran i Lleida o Puigcercós

Más estable ha sido el puesto de portavoz en el Congreso para el Grupo Popular. De Manuel Fraga a Rafael Hernando, diez personas han pasado por ahí y solo una lo hizo durante menos tiempo que Errejón: Luis Ramallo (1989). La fugacidad del primer portavoz de Podemos tiene escasos precedentes incluso en los grupos minoritarios, que tradicionalmente han apostado por líderes parlamentarios duraderos como Josep Antoni Duran i Lleida (CiU, 2004-2016), Iñaki Anasagasti (PNV, 1986-2004) o Joan Puigcercós (ERC, 2000-2006). Pero ya se sabe: Podemos siempre dijo que venía a hacer política de otra manera.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.