El Gobierno "transparenta" todo el recuento del 21-D para borrar dudas de pucherazo

Si algo va a ser el recuento electoral de esta noche en Cataluña es lento, porque el Gobierno tiene la firme determinación de hacerlo transparente "mesa a mesa" con el fin de evitar un posible pucherazo. Así lo confirmó el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, quien advirtió contra los recuentos paralelos del independentismo. El único con garantías será el oficial que, por primera vez, ofrecerá las actas de cada una de las 8.247 mesas de votación.

Es tal la tensión independentistas vs constitucionalistas, son tantas las miradas de reojo en busca de un pucherazo nunca visto en 40 años de democracia, que el Estado y el Gobierno se han visto en la obligación de desplegar todo tipo de controles para evitar que el independentismo deslegitime el resultado. 

Escuchar a una responsable de ERC, en una grabación tomada en la sede de ese partido en el barrio barcelonés de Guinardó, expresarse en los términos que publicaba ayer el diario El Mundo: "Legalmente, no podéis hacer nada, pero con mano izquierda podéis hacer todo. Podéis colocar papeletas, podéis participar en el recuento... En teoría no podríais participar, pero el presidente de la mesa puede ser vuestro vecino o el frutero. Y si os ofrecéis...", ha encendido todas las alarmas.

Aún así no será fácil un pucherazo entre tanto testigo ocular. Porque junto al interventor de ERC en cada mesa estarán otros del PSC, del PP, de Ciudadanos, de Catalunya en los Comú, vocales, presidentes -que no todos serán fruteros afines a ERC-... y ninguno va a dejar que los republicanos distorsionen el recuento oficial de las papeletas, por mucho que haya repartido 16.000 apoderados e interventores por las mesas.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, pidió en la jornada de reflexión que el Ejecutivo impida a los de Oriol Junqueras hacer "trampas". Para ello, Interior dispone de una patrulla de agentes de la autoridad en cada colegio -el doble que en cualquier otra elección-. En total, 15.000 funcionarios: 10.000 Mossos, y 5.000 policías y guardias civiles, sin contar las policías locales.

Un pucherazo sobre el recuento oficial es muy difícil porque se hace con papel y lápiz, se firma por todos, se remite a las juntas electorales junto con las papeletas y el BOE no lo publica hasta cinco días después

Eso por lo que respecta al recuento oficial, el que se hace papeleta a papeleta, remitido por cada mesa en acta a su junta electoral provincial respectiva, y luego por las cuatro territoriales a la Junta Electoral Central. Ésta no publicará el resultado definitivo en el Boletín Oficial del Estado (BOE) hasta cinco días después.

Pero lo que de verdad preocupa en La Moncloa, las posibles interferencias en la noche electoral por medio de ciberataques, tras la preocupación suscitada por la desinformación con origen en servidores rusos, van a tener un tratamiento especial durante la jornada de hoy.

La Vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo el pasado lunes en el Senado que la empresa Indra, encargada del recuento electrónico entre las 20.00 y las cero horas del viernes, el que se nutre de una comunicación telefónica de la mesa al centro de datos, el célebre volcado, ya ha hecho un simulacro en días pasados sin novedades.

Indra hará hoy una doble auditoría informática, antes de las 20.00 y al acabar el recuento, y el CNI vigila para que la telefonía del centro de datos no pueda ser intervenida ni la web 'clonada' con datos falsos

Hoy, como informó Vozpópuli este fin de semana, Indra hará una doble auditoría informática para comprobar que el sistema no ha sido hackeado: una antes de las 20.00, y otra cuando acabe el recuento. Y el Centro Criptológico Nacional (CCN), adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), supervisará todo el proceso en el marco de un plan contra la desinformación en redes sociales.

El CCN ha preparado respuestas a diferentes escenarios de interferencia: desde un ataque de denegación de servicio (DNS) a la centralita telefónica digital, la cual irá comunicando los datos tanto a la Junta Electoral como al sistema de procesado de datos provisionales, hasta la clonación de la web para que haya dos idénticas, una con los resultados verdaderos y otra con los falsos.