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Política

Puigdemont estudia un golpe de efecto antes de proclamar la independencia

Puigdemont

Una parte del sector secesionista le anima. Le intenta convencer de que lo haga. Daría así fe de valentía. Incluso agrandaría los argumentos para el martirologio. El Senado requerirá esta semana a la Generalitat un pliego de alegaciones antes de someter a votación el 155. Sería la ocasión para que el 'president' se desplace a Madrid, posiblemente este jueves, y exponga ante el pleno de la Cámara Alta sus argumentos, quizás sus planes y, por supuesto, su rechazo frontal a la acción anunciada por el Gobierno de Rajoy.

"Es una decisión personal, no sabemos lo que va a hacer", señalan fuentes del PDeCat, que no verían en este paso de presentarse en Madrid una muestra de debilidad, sino todo lo contrario. "No saldría humillado, como en su día le ocurrió a Ibarretxe. Sería un gesto necesaro y de firmeza, que se apreciaría en Cataluña como un último intento de defender el autogobierno". 

El sector más vehemente del independentismo, ahora mayoritario, considera que, a estas alturas del proceso ya no hay demasiado margen para la rectificación. Puigdemont,sin embargo, está aún a tiempo, recuerdan los espíritus más sensatos. Es posible evitar lo que ahora se antoja inevitable. Puede disolver el Parlament y convocar elecciones. Se suspendería así la puesta en marcha del 155. Incluso podría proclamar antes la independencia, un gesto testimonial, y luego anunciar la cita con las urnas. Miquel Iceta, líder del PSC, se lo demandó en su encuentro privado del pasado viernes. Quizás con poco éxito según fuentes socialistas. 

El margen de rectificación

"No hay paso atrás, la calle no lo entendería", le empujan desde la CUP, la ERC y esas "entidades" que Artur Mas y él mismo utilizaron como palancas de agitación y se han convertido ahora en los cancerberos de la secesión. Carme Forcadell, que pronunció el sábado el discurso más vitriólico de las últimas jornadas, convocará este lunes la Junta de Portavoces para designar el día del pleno que, según algunas versiones podría señalarse para este viernes, en coincidencia con el momento mismo en el que el Senado vote el 155. Otro gesto dramático y desafiante, otro paso hacia la tensión. Las dos Cámaras, la Alta y la catalana, votando al mismo tiempo sendas iniciativas drásticas, que marcarán el futuro de la nación durante los próximos años. 

Nada ha trascendido hasta la fecha sobre qué decisión tomará Puigdemont. El Gobierno de Rajoy le ha invitado, en numerosas ocasiones, a acudir a Madrid para exponer ante el Congreso su proyecto, para debatirlo y escuchar la posición de otros presidentes autonómicos. Nunca ha aceptado esa invitación. El jefe del Gobierno catalán no se ha movido nunca de su posición que, en lo referido al 'diálogo' pasa tan sólo por una conversación 'de tú a tú' con Rajoy para debatir exclusivamente la forma de proceder para llevar adelante un referéndum sobre la independencia.

El Senado, esa Cámara olvidada, asume esta semana el protagonismo en el tablero político. La presencia de Puigdemont sería un golpe de efecto. Por eso el 'president' se lo está pensando. Dará la respuesta en las próximas horas. 

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