Quantcast

Opinión

Los riesgos de otra 'Operación diálogo'

Así han dejado los coches de la Guardia Civil los manifestantes de Barcelona

La casualidad -o no, que diría Mariano Rajoy con su retranca habitual- quiso ayer que la Mesa del Congreso diera luz verde a la Comisión propuesta por el PSOE sobre el problema territorial, a la misma hora (17.28) en que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, colgaba un significativo tuit dando instrucciones para burlar a los jueces y a las Fuerzas de Seguridad en el referéndum de independencia del uno de octubre:

El mundo al revés: El Estado ofreciendo una pista de aterrizaje para la inexorable vuelta a la legalidad, y el beneficiario de tan magnánima oferta, dadas sus circunstancias (decenas de cargos y empresarios catalanes detenidos, y media Generalitat imputada incluido él), haciendo gala del desafío a la Justicia.  

Viene esto a cuento de los riesgos que entraña no ya para Rajoy y el PP, sino para la dignidad del Estado, el simple anuncio siquiera de otra "Operación diálogo" y esta vez nada menos que en el Congreso, con luz y taquígrafos, antes de saber qué pasará el domingo 1-0: si hay referéndum ese día y, sobre todo, si el Parlament de Cataluña usa el resultado para justificar una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) el día 3, como creen los pesimistas de uno y otro lado.

Al fin y al cabo, la primera "operación diálogo" estuvo protagonizada por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con Oriol Junqueras y a ellos se circunscribió el fracaso de la misma. Imagínense el ridículo si se confirma el portazo independentista -ERC ya ha dicho que no participará y las CUP ni siquiera están en la Cámara- 

Aunque parece claro que los trabajos de esa comisión parlamentaria empezarán después de la consulta -solo faltaba, dado que la Generalitat no retira el referéndum-, la música y la letra -"diálogo"- que empieza a emitir el Gobierno revela a las claras que está dispuesto a hablar hasta con el diablo para que no ver repetidas el 1-O por toda Cataluña las imágenes de Barcelona el miércoles: guardias civiles cercados en la Consejería de Economía, a la que habían acudido por mandamiento judicial, y los manifestantes asaltando sus vehículos. 

El pacto fiscal, que en 2012 cuando lo exigió Artur Mas era imposible por la crisis, hoy es viable

El primero en dialogar fue el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien, en Financial Times, deslizaba ayer "Cataluña ya tiene una gran autonomía, pero podíamos hablar sobre la reforma del sistema de financiación y otros asuntos"; e iba un paso más allá, señalando que el pacto fiscal -un sistema de concierto similar al vasco y al navarro-, que en 2012 cuando lo exigió Artur Mas era imposible por la crisis, hoy es viable.

"En 2012 estábamos en el medio de la crisis y nuestro objetivo era evitar el rescate de España... pero ahora la situación ha cambiado, tenemos más margen fiscal, tenemos una recuperación, y eso abre nuevas oportunidades de discusión", se sinceraba De Guindos con el rotativo londinense. Luego no quiso repetirlo en Madrid cuando fue preguntado por los periodistas españoles. No sea que Susana Díaz y los barones del PSOE y el PP se enteren y arruinen el plan. 

Sin entrar en el detalle del titular de Economía, también los ministros Rafael Catalá e Íñigo Méndez de Vigo, y el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo insistieron en la necesidad de dialogar. Que el PNV aprieta en la negociación de los Presupuestos 2018 y los de Íñigo Urkullu no los aprobarán si hay una solución "traumática" en Cataluña como sería suspender su autonomía.  

Sólo queda pues esperar al día uno de octubre, y luego al 2, y al 3... pero está claro que algo se movió en La Moncloa el miércoles por la noche, concretamente entre la campanuda advertencia del presidente del Gobierno a Puigdemont -"está a tiempo de evitar males mayores"- y las imágenes de los guardias civiles acosados por la multitud.

¿Por qué Mariano Rajoy ha esperado años a que la situación se pudriera? ¿Para hacer inevitable su cesión a ojos del resto de los españoles?

Y la duda que me asalta en esta hora es: si la solución va a ser apaciguar al secesionismo catalán con la chequera o con más competencias en una reforma constitucional a medias con el PSOE y el resto de los grupos ¿Por qué Mariano Rajoy ha esperado años a que la situación se pudriera? ¿Para hacer inevitable su cesión a ojos del resto de los españoles?

Pues, cuidado señor presidente, porque Winston Churchill ganó la Segunda Guerra Mundial... y perdió las elecciones un año más tarde. Simplemente, los británicos, hartos de sufrimiento, no creyeron que era el hombre para guiarles en la paz.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.