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Análisis

El PP aguanta el tirón y confía a ciegas en la remontada

El director de campaña popular para las próximas elecciones, Carlos Floriano

El partido de Rajoy está aún a tres puntos de ese 30 por ciento que persigue Arriola, donde se encuentra la frontera de la tranquilidad, donde se sitúa la linde para poder gobernar. Pero mantiene firme su base, un aspecto considerable, lo que evidencia que no experimenta desgaste con la acción de Gobierno.

En Moncloa se observaba ayer con evidente inquietud este nuevo ascenso de Podemos, que se sitúa 1,5 puntos por encima con relación al último sondeo, el de octubre. Una fuerza que acaba de cumplir apenas un año de existencia y que ya ha desbancado al histórico socialismo, con 135 años de historia, no es una casualidad.

Hay que ayudar a Sánchez

Los estrategas del Gobierno justifican este hundimiento de PSOE en que la muestra, celebrada tras las vacaciones navideñas, coincidió con la pugna intestina en las filas socialistas por el liderazgo del partido: los famosos codazos entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Estiman que esos episodios han lastrado la intención de voto socialista. Confían sin embargo en que la nueva línea emprendida por Sánchez, con iniciativas arriesgadas como el pacto contra el yihadismo o su oferta de más acuerdos con el Gobierno, como el de la Educación, le hagan recuperar ese elector que quizás ahora ha empezado a abandonarle. En cualquier caso, Rajoy cree que hay que echar una mano a Sánchez, al PSOE, para evitar un Parlamento difícilmente gobernable, que es lo que de momento anuncia este sondeo. El bipartidismo, en efecto, parece haber pasado a la historia.

Piensan en el PP que la 'podemización' en la que incurrió Pedro Sánchez en los últimos meses le ha restado credibilidad. Algo que no beneficia nada a la estabilidad del país, a criterio de estos analistas, que consideran prácticamente inamovible la estructura del nuevo mapa político nacional, con tres grandes fuerzas donde antes había dos. Dan por hecho estas fuentes que, finalmente Podemos pierda su estado de gracia y en el futuro se sitúe en una posición menos destacada. Pero ha llegado para quedarse, eso es un hecho. Y esa es la mala noticia para el Gobierno.

El PP se mantiene muy estable. Un buen dato, a su criterio, ya que piensan que durante este año empezarán a apreciarse las buenas noticias económicas, lo que le permitirá llegar a las generales en una situación de remontada. El voto directo, pese a ser muy poco fiable, le concede un crecimiento de dos puntos, igual que a Podemos. También aquí el PSOE cae. Pero este apartado no suele resultar ni siquiera indicativo, ya que es un dato en crudo, sin pasar por los tamices necesarios de ajuste.

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