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Análisis

La venta del 20% de Gas Natural Fenosa, un movimiento que acelera la llegada de Fainé

Isidro Fainé, presidente de Criteria y de la Fundación La Caixa.

El veterano presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró (80 años) lleva meses anticipando su salida de la energética: "Yo estoy aquí de propina. Espero irme más pronto que tarde, pero me iré cuando me dejen ir. Y, por el momento, no me dejan ir", reconoció de forma rotunda a finales de junio. La inminente venta de un 20% de GNF al fondo de inversión GIP por parte de Repsol y Criteria podría acelerar la marcha del máximo responsable de la compañía, a quien sustituiría Isidro Fainé, presidente también, a día de hoy, de la propia Criteria y de la Fundación Bancaria La Caixa.

Fainé (74 años), quien fuera presidente hasta hace apenas dos meses de Caixabank, viene preparando desde entonces su desembarco en la gasista, de la que Criteria es accionista de referencia con un 35% (que quedará en un 25% una vez que se firme la operación). El relevo de Gabarró, que lleva meses pactado, según ha informado Vozpópuli, se aceleraría con la finalidad de dotar a la compañía de una presidencia fuerte tras la entrada de un nuevo accionista significativo.

Fainé, desde el sillón de presidente, jugará un papel crucial para garantizar la estabilidad de una compañía cuyos accionistas de control ya no poseen la mayoría de control

Fainé, que es actualmente consejero dominical de Gas Natural en nombre de Criteria, llegaría a la presidencia de la gasista como resultado de un pacto entre el hólding industrial del grupo La Caixa y la petrolera Repsol, el otro accionista de referencia. Ambas compañías mantienen desde 2000 un pacto parasocial para actuar de forma coordinada.

El propio Gabarró ha confirmado públicamente que está esperando la llegada de Fainé y deseando que eso ocurra.

La entrada de Global Infraestructure Partners (GIP) en el accionariado de Gas Natural Fenosa con un 20% de las participaciones supondrá la llegada a la gasista de un fondo especializado en las infraestructuras y en las inversiones a largo plazo. Se trata de una institución que, en principio, plantea una inversión estable en el tiempo, algo que otros fondos interesados en adquirir una participación de GNF no están en condiciones de garantizar.

Tanto los dos accionistas de referencia como los inversores ven con buenos ojos la llegada de Fainé, que además tendrá que bregar con un statu quo de poder desconocido hasta ahora en la compañía energética catalana. La Caixa y Repsol ha tenido tradicionalmente la posición de control con el 64% conjunto, pero con la venta del 20%, los accionistas de referencia se quedan por debajo de lo que es tradicionalmente un paquete de control (más del 50%).

El fondo GIF (20%) tendrá la misma cuota de poder en el capital que Repsol (20%) y como accionista experto en energía tendrá voz y voto en las principales decisiones del grupo

Nadie duda de que con un 44% se puede seguir teniendo el control de la compañía y menos dudas hay aún de que el nuevo accionista, un fondo especializado en el sector y con vocación de permanencia, se alineará con los planteamientos de gestión y estrategia de los propietarios históricos. Sin embargo, el pacto parasocial tendrá que ser ahora revisado y surgen las dudas sobre si sigue teniendo sentido y si, de mantenerse, tendría que dar cabida al nuevo accionista de referencia, con su flamante 20%.

El papel de Fainé en este tipo de tesituras será crucial y desde el sillón de presidente tendrá que trabajar para garantizar la estabilidad de la compañía energética y sus planes de crecimiento.

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