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Análisis

Convertir Grecia en la Extremadura de Europa

Un hombre frente a un puesto de carne en un mercado de Atenas

Una docena de funcionarios repartidos por Washington (FMI), Bruselas (Comisión) y Fráncfort (BCE) elaboraron en el mayor de los secretos un plan de salida de Grecia del euro desde el convencimiento, según el analista Peter Spiegel (1), de que no había que intentarlo, a pesar de que el FMI había llegado a diseñar un plan de 20 hojas. La salida suponía unas dificultades inconcebibles según los artífices. Era la 'Operación Z', aunque no sabemos si el nombre de esta operación tiene que ver con la gran película de Costa-Gavras del mismo título.

La canciller Angela Merkel ante el consejo dividido de sus asesores -cuatro eran de la "pierna cortada", que era Grecia y así el resto de Europa se saneaba, y los otros cuatro los del dominó, gran contagio que acababa en catástrofe- tomó una decisión conservadora. "No sabemos lo que puede ocurrir, luego no vamos a arriesgarnos", saldó la canciller.

La bomba del déficit griego

Mayo 2010, un episodio que va a marcar el futuro del país. Papandreu denuncia que el déficit público es tres veces mayor que el que se había declarado, pasando del 3,75 al 12,5%. Los estadísticos europeos llevaban años quejándose de la poca fiabilidad de los datos griegos, pero esto supuso una auténtica bomba.

Merkel, ante la indecisión de sus asesores, decidió dejar las cosas como están y no forzar una salida del euro griega

Con la convicción de que Grecia no podía sostener su deuda, era el momento clave para reestructurarla, como plantearon algunos políticos principalmente alemanes, pero tanto el FMI como el BCE y la CE se opusieron por la trascendencia que pudiera tener en los bancos alemanes y franceses. La deuda griega con los bancos europeos ha descendido de 300.000 millones de euros, en aquella época, a 54.000 millones en los momentos actuales. La restructuración se realizó dos años después pero de forma insuficiente, siendo los bancos griegos y los fondos de pensiones los más afectados.

Mejoras hasta la llegada de Tsipras

Las cifras de crecimiento griego venían mejorando en los dos últimos años, recibiendo Grecia en mayo del 2014 la primera mejora del rating del país desde que estalló su crisis y las primeras emisiones de deuda en el mercado. Tambien superó por primera vez, en la crisis en dicho año, los 20.000 millones de euros en imposición directa. Pero a final del año se produce un giro negativo en la economía por la convocatoria de elecciones y el triunfo de Syriza.

Tras la llegada de Tsipras, la economía se precipita a un decrecimiento, se debilita el ajuste fiscal y se acelera la salida de capitales

En el 2015, ante la no admisión por el gobierno griego de las condiciones para el rescate (alegando humillación, chantaje, terrorismo, etc…) y la negación de la troika de desembolsar lo pactado y escuchar las peticiones griegas de restructuración de deuda, la economía se precipita a un giro de crecimiento a la baja, se debilita el ajuste fiscal y se acelera la salida de capitales (pierde 30.000 millones, el 20% de los depósitos en el 2015) colapsado por un 40% de morosos de los que solo están cubiertos el 49%. Atenas recibe la puntilla de no incluirle el BCE en su programa de compra de activos, precisamente el país en el que más bajan los precios, y el que más lo necesitaba.

El referéndum ha dado lugar a más vueltas a la tuerca para la ya castigada población griega. El BCE ha bloqueado la línea de emergencia a los bancos griegos (89.000 millones de euros), un tema grave si pensamos que en cuanto se levante el corralito, seguirá la evasión de capitales (2) y estará en la mano de Draghi evitar el colapso de la economía griega (los alemanes se han opuesto a dicha línea de emergencia porque señalan que en gran parte es usada para comprar deuda publica griega a corto plazo).

La Extremadura de Europa

La esperanza para Grecia sería aumentar la integración europea por vía de la unión bancaria para equilibrar su situación, luego con una unión fiscal y luego política. Con suerte, y salvando las distancias, sería convertirla en la Extremadura o la Sicilia de Europa. Nadie se fija en esas regiones, en cómo se distancian en renta per cápita de la media, en paro, en número de funcionarios, en déficits y deudas, en transferencias de sus depósitos a créditos a otras regiones en el sector privado. Nadie se fija porque funcionan integradamente con las instituciones del país, dentro de un estado de derecho.

Ahora, en las relaciones después del fuerte shock, se va imponer el nulo margen de maniobra que tiene cualquier gobierno en Grecia, en emergencia total de necesidad de fondos. Queremos creer que lo sucedido, sin embargo, va a provocar un acercamiento positivo de posturas. Mayor aceptación de Grecia de reformas y mayor flexibilidad europea, ajustes a la baja mas graduados, reestructuración de la deuda, aparición positiva de un plan de inversiones fuera de presupuesto para Grecia, etc.

El pueblo griego necesitará de algo más que unos años, tal vez de una generación, para recuperarse de este shock

La actual situación del euro, sin unión fiscal ni económica ni política llega a ser casi inviable. Es difícil que el pueblo griego pueda aguantar social y políticamente los ajustes necesarios adicionales en los tiempos marcados para ser un país que pueda valerse por si mismo sin incrementar, no ya devolver, una deuda que supera los 300.000 millones de euros, dados en condiciones privilegiadas rompiendo el principio del euro de que cada palo aguante su vela, con lo cual la frustración de los organismos de la Unión Monetaria es cada vez mayor. 

Tras el triunfo de Tsipras, paradójicamente cualquier modificación sobre la oferta europea que se firme será presentada como una victoria para el país independientemente del contenido. La admisión europea de la oferta es más complicada. Esperemos no llegar a emisiones alternativas de moneda y acumular impagos el día 20 de julio, en el que vencen 3.500 millones de euros del BCE.

Todos saben que si continua en el euro, la nueva restructuración que se realizará sobre la deuda griega no va a ser la última. La cultura de comportamiento y respeto a las instituciones de un país no se cambia en cinco años y apretando así a una sociedad frágil puede llevar más de una década, siendo optimistas, pues otros hablan de un cambio de generación. El futuro se presenta muy problemático.

La salida del euro como hemos visto, queda para los servicios de espionaje político. Esperamos no verla.

(1) Según Peter Spiegel, la canciller Merkel preguntó al presidente de la Comisión Europea, por aquel entonces Durao Barroso, si había un plan de salida de Grecia, al contestar éste que sí , y ofrecerle mostrárselo, ella rehusó, solo quería saberlo, el conocerlo le hubiera supuesto la obligación de informar al Bundestag si lo requiriera.

(2) La evasión de capitales, además de la salida de depósitos de particulares y empresas de los bancos y la anulación de los créditos bancarios del euro y de fuera del euro, incluye el efectivo de dinero, billetes que se llevan al colchón o a la caja fuerte. Los organismos europeos consideran que el exceso de billetes emitidos en Grecia, por encima de la proporción sobre el total de recursos monetarios mantenida por los demás países del euro se considera crédito de emergencia con el BCE y se va acercando a los 20.000 millones de euros, superando el 10% de los depósitos bancarios.

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