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Opinión

El espejismo del PSOE

Pedro Sánchez, en la clausura del 39 Congreso

No se crean eso que leen sobre la paz interna en el PSOE tras el 39 Congreso. En Ferraz sí, en el PSOE no. Es un espejismo. Lo que hay es desistimiento de Susana Díaz y los barones que la apoyaban a seguir peleando... por ahora. Van a replegarse a sus territorios para dejar hacer a Pedro Sánchez; que "se estrelle" solo, se han dicho a sí mismos después de fracasar estrepitosamente en la maniobra de desembarco más calamitosa y larga -nueve meses- de la historia política reciente.

Una maniobra que ha dejado al partido dividido en dos bandos irreconciliables: los que creen, de verdad, que este es un "nuevo" PSOE "de la militancia", y que la catarsis llevada a cabo por Sánchez en la Ejecutiva y el Comité Federal era más que necesaria -purga de ex secretarios de Organización incluida-, y quienes ven en lo sucedido nada más que "la típica maniobra para hacerse con el control absoluto y sin contrapesos".

Estos últimos representan a ese 30% de los delegados que el domingo votó en blanco a ambas listas, gesto inédito en los últimos 25 años, para dejar constancia de que a Sánchez le habrá votado, sí, el 50% de la militancia pero sus órganos de gobierno salen con el menor respaldo de la historia reciente del PSOE. Y esa no es precisamente una señal de paz.

Así que, aunque lean y escuchen que el socialista es hoy un partido más en sintonía con "la militancia" toda, permítenme que lo dude. Estará en total y absoluta sintonía con... el 50,02% de los afiliados que votaron a Pedro Sánchez el 21 de mayo. La otra mitad, los que apoyaron a Díaz y a Patxi López, estarán a la espera, con toda la carga explosiva que esta expresión conlleva.

El sábado a medianoche, en la confidencia de los pasillos ya casi vacíos del Palacio de Congresos de Madrid, dos veteranos muy preocupados formulaban por separado esta misma reflexión: "El todopoderoso Felipe nunca hizo la Ejecutiva que quiso, tenía que pactar con Alfonso (Guerra) y las federaciones; y lo asumía. Y Zapatero lo mismo. Pero cuando tú (Sánchez), sabiendo que te hemos dejado las manos libres, haces una dirección de nada menos que 49 miembros es, primero, porque tienes que pagar los apoyos en las primarias y, segundo, porque no quieres que se note que vais a dirigir tú y tres más".

El primer reto electoral de Pedro Sánchez y los suyos serán las elecciones autonómicas y municipales de 2019. Por eso resulta, sí cabe, aún más incomprensible, que a la furia del 39 Congreso Federal pudiera sucederle un verano de tormentas en los congresos regionales, empezando por el valenciano PSPV, para dar munición al PP en su operación reconquista del poder autonómico perdido en 2015.

Ximo Puig no sale de su "asombro". No es el único. Si de algo necesita Pedro Sánchez es del apoyo de sus barones, especialmente de aquellos que son presidentes autonómicos, por más que todos -excepto la balear Francina Armengol- cerraran filas con Susana Díaz en las primarias. El líder socialista no es diputado en el Congreso y se le va a hacer muy larga la política de rueda de prensa y acto público con la que va a tener que suplir esa importante carencia; y eso contando con que Margarita Robles esté a la altura de Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera en los debates parlamentarios.

Cualquier merma de apoyo electoral en esas elecciones de mayo de 2019 se la van a imputar a él y a sus maniobras los mismos que ahora callan.  

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