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Ciencia

¿Comprarías un coche programado para sacrificarte?

El dilema del coche autónomo: ¿a quién sacrificas?

"Quiero que los coches autónomos se programen para hacer el menor daño posible en caso de accidente, aunque eso suponga un daño al conductor, pero quiero que el mío me proteja a mí". Con esta frase se podría resumir la opinión generalizada entre los usuarios consultados por el equipo de Jean-François Bonnefon, que conduce a un dilema ético de difícil solución.

En un trabajo publicado este jueves en la revista Science, el equipo de Bonnefon presenta el resultado de seis encuestas, realizadas entre junio y noviembre de 2015, con las que intentan desentrañar cuál sería la opción ideal para programar a los futuros coches autónomos que circularán algún día por nuestras carreteras. Cuando esto suceda, se calcula que el número de accidentes se reducirá hasta en un 90%, pero aun así habrá situaciones en las que conductores y peatones sufrirán daños. Las compañías fabricantes deben introducir el set de normas para que el coche reaccione en estos caso, y en muchas ocasiones estas normas entrarán en conflicto entre sí, de modo que hay que prever estos escenarios y darles una solución.

Los fabricantes deben introducir el set de normas para que el coche reaccione en distintos escenarios

Imaginemos, por ejemplo, que un coche sin conductor se topa con uno o varios viandantes en mitad de su camino y debe  elegir entre atropellarlo o desviarse y chocar, aunque eso provoque el daño de los ocupantes del vehículo. ¿Qué instrucciones deberíamos darle al coche? Cuando Bonnefon consultó a la gente, la mayoría (76%) creía que lo correcto era que el coche se desviara, y que siempre es mejor que choque contra algo antes de llevarse por delante a diez personas, por ejemplo. Pero cuando se les preguntaba si estaban dispuestos a conducir uno de estos coches con esas normas, la cantidad de partidarios de ese código se reducía en un tercio.

En esencia, resumen los autores, la gente quiere coches autónomos que sean lo más seguros para los peatones, salvo en los coches que ellos querrían conducir. "La mayoría de la gente quiere vivir en un mundo donde los coches minimicen las bajas", asegura Iyad Rahwan, coautor. "Pero todo el mundo quiere que su propio coche les proteja a ellos a cualquier coste". ¿Cómo se resuelve este "dilema social"  para que el mundo de los coches autónomos sea futuro? Los autores avisan de que no será fácil diseñar algoritmos que concilien los valores morales del bien común con los intereses particulares. En su opinión, la opción será regularlo por ley, pero puede tener efectos contraproducentes (en el sentido de que los usuarios rechacen este tipo de coches).

Una opción será regularlo por ley, pero puede tener efectos contraproducentes

En un artículo publicado también en Science, Joshua D. Greene, explora otros posibles dilemas que supondrá este cambio. Por ejemplo, dice, los fabricantes de coches con la regla utilitarista serán criticados por estar dispuestos a matar a sus propios conductores mientras que los que opten por la regla auto-protectora serán criticados por menospreciar la vida de otros. Determinar cómo se deben construir en el futuro estas máquinas autónomas, concluyen los autores, es "uno de los desafíos más retorcidos de la inteligencia artificial hoy en día".

Referencia: The social dilemma of autonomous vehicles (Science)

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