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Mémesis

Curso acelerado de ética periodística contra la violencia de género

Curso de ética periodística contra la violencia de género

El tratamiento informativo de los medios sobre las noticias de violencia de género incide directamente en cómo la sociedad percibe los delitos. Si se utilizan atenuantes lingüísticos u operaciones discursivas para suavizar realidades o para no comprometer al periodista variará la forma en que la sociedad se enfrenta luego al problema.

Por eso es muy importante llamar a las cosas por su nombre. Si hay definido un problema estructural específico de violencia contra la mujer el lenguaje usado para acotarlo puede y debe ser también distintivo y fiel a los principios de protección de todo un colectivo.

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Cuando un medio no pone énfasis en el crimen machista no solo se ofende la memoria de la víctima o a la de sus familiares, ofende a todo un colectivo en riesgo por esa misma violencia. Los crímenes machistas no deben ser crónicas aisladas en la página de sucesos del medio, es violencia estructural y así hay que advertirlo cuando se hable de él.

“Morir a manos de tu pareja” suena a novela romántica adolescente no a un problema de terror transversal con 60 homicidios dolosos al año

En redes sociales se pueden encontrar por cientos los titulares torticeros, con falta de compromiso o que no han pasado por el libro de estilo antimachista de ningún medio. Repasamos los lugares comunes de estos errores en los medios, recordando el método del inefable Juanjo de la Iglesia.

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Abuso de eufemismos. No son muertas, son asesinadas.

En una sociedad abrumada por el exceso de violencia machista la estética, construcción y gramática de las crónicas deberían ser modélicas, ecuánimes y sin ofensas (sin necesidad de faltar a la veracidad de los hechos).

Las mujeres que ‘mueren’ acuchilladas parecen hacerlo con una cierta complacencia final hacia su asesino. Se minimiza el delito. Para morir no siempre hace falta un tercero, para asesinar o matar sí, y ahí hay que poner el foco para denunciar la base del machismo asesino. Todas las mujeres que mueren acuchilladas son asesinadas porque hay ensañamiento o alevosía, no cabe ni el eufemismo ni la duda etimológica, y si la hubiera, podemos hablar de homicidio pero nunca de una muerte anónima que acabe perjudicando a la víctima.

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Morir a manos de tu pareja” es aún peor, suena a novela romántica adolescente no a un problema de terror transversal con 60 homicidios dolosos al año. Mejor "Un hombre mata a su mujer"

Ahorrarse o suavizar el delito con la pérdida de estos matices no ayuda a luchar contra la violencia de género al vulgarizar los hechos con rodeos y ambigüedades. Sobre todo cuando en el mismo titular se refiere la causa implícita de esa muerte y hay certezas del crimen.

rtve

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Tampoco es muy apropiado el "Un hombre mata a una mujer a cuchilladas…”. Mientras se pueda la mujer debe ser el sujeto y la protagonista de la noticia porque es el centro informativo y la verdadera víctima. Por no hablar del respeto a su memoria. La empatía debe escorar siempre hacia el lado oprimido sin vacilaciones ni hacer concesiones estéticas para intentar evitar las oraciones pasivas. No se puede leer el currículo del asesino obviando hasta el nombre de la víctima.

Y es que el orden de los factores altera este producto. El suicidio de un machista no debería ser JAMÁS el sujeto y centro de una noticia de violencia de género donde, además, hay dos víctimas inocentes.

ElEspañol

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Con el paso del tiempo supimos que —en esta noticia— el hombre mató a su hija tras amenazar a su mujer. Lo que empezó siendo un parricidio (mal contado) acabó por convertirse en un doble crimen machista. El titular final de la noticia quedaría mejor así:

"Un hombre mata a su hija tirándose por una ventana tras avisar a su mujer: 'Te voy a dar donde más te duele'"

Sin embargo, en el título de noticia del mismo medio todavía no queda claro.

Lo más desconcertante es que estos errores no ocurren siempre. Los mismos medios que meten la pata regando de eufemismos un supuesto crimen son correctos en otros titulares con evidencias similares [sin juicio y con presunción]. Cabe la posibilidad que sus tropiezos sean una 'actitud controlada' para llamar la atención o generar polémica con el titular. Y esto da aún más miedo.

Por ejemplo, un titular correcto: Describe los hechos, no ofende a nadie y mantiene la presunción:

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Lidiar con la presunción de inocencia

La excusa del periodismo indolente. No atentar contra la presunción de inocencia de un crimen machista debe ser un patrón irrenunciable pero no a costa de culpabilizar o ignorar a la víctima. En caso de duda siempre es preferible ponerse del lado del débil antes que del tirano. Basta proteger el titular adjetivando correctamente: “presunto”, “posible” o “supuesto”. El castellano es muy rico.

A veces, los rodeos que se hacen en periodismo para evitar culpar a un asesino ofenden más que el error de no saber lidiar con la presunción de inocencia.

RTVE1

El titular alternativo es sencillo y no compromete a ningún periodista.

RTVE

Y es que la ley también tiene mecanismos preventivos. Tras una denuncia por violencia machista se despliega una serie de medidas para evitar posibles daños a la víctima. Son las medidas cautelares. Una ‘orden de protección’ que no vulnera el principio de presunción de inocencia porque un juez debe tomar parte para definirla.

Es falso que cuando una mujer denuncia el hombre pasa automáticamente una noche en el calabozo. Las medidas cautelares no se decretan automáticamente con la denuncia, es necesario que exista un peligro o riesgo que tiene que evaluar un juez.

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Evitar la presunción de culpabilidad

Para algunos medios la mujer no es siempre víctima, a veces es culpable de la misma violencia que le oprime.

A3Noticias

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En este titular de Antena 3 se presentan las conclusiones de un reciente estudio del Ministerio del Interior leído por José Luis González, el Guardia Civil responsable del mismo. En él se concluye —textualmente— que: "se producen más casos de violencia cuando hay una separación o una ruptura propiciada por ella y no aceptada por él y además la mujer trata de romper cuanto antes."

Obsérvese que se presenta la culpa de ellas primero, ellas como responsables últimas de la violencia que reciben. Se separan y encima lo hacen rápido ¡No hay derecho!

No hay protección sino acusación. Se culpabiliza a la mujer por ser incitadora sin analizar las causas que la llevaron a pedir la separación. La rapidez en pedirla parece un agravante, como si lo hiciera con la incosciencia de quien no se piensa bien las cosas. ¡Dadles una oportunidad más! —parecen decir—. No importa que protegerse y tratar de romper con la violencia/acoso cuanto antes sea el mecanismo de supervivencia más natural y objetivo además de la decisión más inteligente en estos casos.

La lectura de los 200 crímenes del estudio se hace desde una posición arbitraria. Que las separaciones previas en los casos de violencia machista sean pedidas por ellas es una obviedad que no parece interesante. Es el detonante natural para romper una relación de dominación y que hace que el hombre decida matarlas como venganza. Culpar a las mujeres porque sean demasiado rápidas es una lectura torticera y machista.  No hay objetividad porque no importan y no se analizan los motivos que llevan a cada una de esas separaciones.

Las noticias de agencias ofrecen testimonios, datos o declaraciones varias para que cada periodista interprete. El periodista es responsable de construir una realidad de los hechos lo más objetiva. Si solo pones en boca de otro las conclusiones erróneas de un estudio es que las asumes como tuyas.

Si el estudio es machista lo más periodístico es señalarlo:

Un estudio del Ministerio del Interior relaciona el hecho de que las mujeres pidan la separación con los crímenes machistas

Si sólo te interesan los datos aportados por el mismo, haz al menos una lectura coherente de ellos:

La mayoría de los casos de violencia machista en España se producen cuando los hombres no aceptan la separación

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Otro ejemplo. Un caso flagrante de ‘desviación del foco’. En una noticia de violencia doméstica con parricidio la mujer se convierte en protagonista absoluta del titular por el simple hecho de permanecer indiferente al asesinato. El titular acompaña a una foto de la mujer demacrada para enfatizar su culpa. Del asesino no sabemos nada. 

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En este último caso, examinando la fuente de la noticia, se comprueba que es una simple nota de agencia traducida que no pasa por ningún libro de estilo. Otro error clásico.

A veces el periodista se enroca en titulares llamativos para que la realidad no se lo estropee sin saber que, en realidad, está ofendiendo a mucha gente. 

Lasexta

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O el celebérrimo caso del asesinato de Victòria Bertran. La última derrota de Victoria fue ver que el suicidio de su asesino fue  más importante en los medios que su propia vida.

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Prohibido homologar el caso aislado

Hay cierta tendencia periodística por destacar subrayando el caso aislado, contrarrestar las cifras del asesinato machista con las de violencia doméstica para intentar salir de la peligrosa rutinización informativa de la violencia de género. Demasiados casos iguales no venden ni periódicos ni provocan demasiados clics. Hay que variar y compensar.

Esto tampoco es periodismo.

La violencia doméstica no es lo mismo que la violencia de género, por lo tanto no se pueden comparar ni jugar a compensar las cifras de unos delitos y otros. La violencia doméstica no se ejerce hacia un colectivo que tiene una subordinación o desigualdad de género, no hay un trasfondo social de sometimiento, se ejerce dentro de un núcleo de convivencia, un mismo techo; por ejemplo de padres a hijos o entre hermanos. Ya sean mujeres u hombres.

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Veamos esta noticia. Es de suponer que si Antena 3 ve relevante un caso de violencia doméstica a 6.000 km en Pensilvania es porque suele cubrir también la violencia machista del estado de la costa este norteamericana. Pero va a ser que no. Ni una referencia en los más de 144.000 tweets a casos de violencia de género en ese estado; y eso que, casi al mismo tiempo, un hombre mataba a su mujer embarazada atravesándolo con un sable la barriga. Esto no parece tan original y gracioso.

Como no es así es de suponer que la noticia es tan solo un chascarrillo que trivializa  la violencia en el hogar para vender la falsa ecuanimidad informativa. Un medio no se debe a la complacencia ideológica de su espectro lector para contentar a todos, sino simplemente entregarse a la veracidad de las noticias.

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Como agravante, en este caso, el infractor utiliza el verbo ‘matar’ ante un caso no juzgado, justo lo que no suele hacer cuando el mismo medio denuncia un crimen machista tan solo unas horas antes. Del ‘mujer muere’ al ‘hombre es asesinado’ hay solo un periodista machista de diferencia.

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Rectificaciones y actualizaciones

Cuando un medio lanza un urgente con una víctima de violencia no puede adentrarse en acusaciones si no dispone de hechos y evidencias suficientes. Es normal que los primeros titulares, tweets o cabeceras sean preventivos, no acerquen a la culpabilidad de ningún protagonista y hablen solo de muertes inespecíficas.

Pero cuando los datos van llegando y se confirma el crimen machista los medios olvidan rectificar titulares o borrar información obsoleta. Como consecuencia muchos lectores recurren a viejos tweets o pantallazos para fabricar un falso reproche a los medios que agrava aún más si cabe el problema del libro de estilo.

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Para evitar la concurrencia bastaría con borrar tweets antiguos y mantener actualizados los titulares siempre bajo una misma URL (y con el epígrafe o subtítulo ‘en proceso’ ante la falta de evidencias)  y con un historial accesible de los cambios en la noticia.

Ningún medio español lo hace.

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