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Mémesis

Picasso, Neruda, Lennon... cuando la genialidad disimula la misoginia

Picasso, Neruda, Lennon. Grandes genios y misóginos

"Yo solía ser cruel con mi mujer —físicamente— la golpeaba y la mantenía alejada de las cosas que le gustaban. Yo era 'golpeador'. No podía expresarme y recurría a los golpes. Peleé con hombres y golpeé mujeres. Por eso es que siempre estoy con lo de la paz. Es la gente más violenta la que lucha por la paz y el amor"

Así se expresaba John Lennon en una entrevista publicada en la revista Playboy tan dos días después de que Mark David Chapman le hiriera de muerte. Lennon se autoreconocía maltratador y violento, sobre todo antes de conocer a Yoko Ono.

Su primera mujer, Cynthia Powell, corroboró esta parte oscura del beatle en sus memorias:

"Lennon era violento y drogadicto. Me sacudió y fue algo inaceptable. Por eso le dejé en ese momento. Claro que volví a los tres meses... Le ocurría cuando bebía. Me daba cuenta del dolor que debía sentir en su interior para comportarse de esta manera. Un dolor que sin duda provenía de su traumática infancia. La única forma de defenderse que conocía era atacando"

Sin embargo el poso de su legado es infinitamente pacifista y ejemplarizante, aunque esta redención se fraguase en una continua batalla interior contra su violencia y los remordimientos provocados por su actitud más que vehemente contra todas las mujeres que se cruzaron en su vida. Ese diálogo interior es parte imprescindible para entender su obra aunque la sociedad —terriblemente indulgente con los mitos— se empeñe en dulcificarlo.

A los genios se les aparta del juicio moral por miedo a perderles.

Una usuaria de Twitter se ha acordado de la cara más machista de algunos grandes genios de la historia y el hilo se ha convertido en viral con otros aportes y datos de usuarios de la red social:

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Indultar al mito es un estándar en la genialidad misógina. El gran Pablo Neruda lo era también en sus delitos. El mejor poeta chileno de la historia reconoció en sus memorias —"Confieso que he vivido" (o violado, como dicen algunos)— que se 'trajinó' violentamente a una limpiadora de un bungalow de Wellawatha, un suburbio de Colombo, "Como si fuera una estatua". Era 1929. Él tenía 25 años y era cónsul de Ceilán.

"Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama[...] El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme..."

La violación confesa de Neruda se ha mantenido fuera del debate público chileno desde que se publicaron sus memorias. El Nobel es intocable. "Solo era ficción", dicen los palmeros. Como las japonesitas del Dragó más arrugado. Es el efecto Messi: "Ya puedes defraudar o evadir todo lo que quieras que si eres único en lo tuyo te aplaudirán hasta en los juzgados". Una laxitud alimentada por la bula que se ganan los sabios y los genios por el simple hecho de serlo. Desde Aristóteles a Lennon, pasando por Woody AllenPolanski o Maradona. A los genios se les aparta del juicio moral por miedo a perderles.

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El artísta neurótico, misógino o violento es una constante en la historia. Lo decía Freud y lo demostraba Nietzsche"Si vas con mujeres, no olvides el látigo”. El que destaca suele hacerlo por ser capaz de visitar los infiernos e inspirarse de ellos para proyectarlo en su obra y ahí las mujeres han sido usadas como 'lienzo y pintura' desde siempre. El artista es fruto de su tiempo y la historia de la mujer es la historia de una marginación constante que se ha proyectado —y mutilado— también en el arte. Por eso tampoco hay grandes cuadros pintados por mujeres en El Prado.

Los defectos no anulan las virtudes pero ayudan a explicarlas

Con Picasso tres cuartas de la misma dosis. El genio malagueño está salpicado por una vida más que azarosa con las 8 mujeres que le marcaron. Basta escucharlas a ellas para contextualizar su perfil. Su ego exacerbado las anulaba a todas. Era misógino, posesivo, tiránico y machista. También lo era su contexto, sí. En las acusaciones hay sombras y luces. Nietos que le defienden y otros que le crucifican pero basta conocer su obra y su ego para barruntar su misoginia: "Yo soy un eterno pintor de la mujer, y para mí la mujer es una máquina de sufrir", solía decir. No hay más preguntas, señoría.

El genio misógino se alimenta de la tradición y de la cultura machista que le ha tocado vivir. Pero leer bien el contexto no significa disculparlo

El genio misógino se alimenta de la tradición y de la cultura machista que le ha tocado vivir. Es evidente. Gandhi era machista y racista porque lo era toda su generación y con la condescendencia hacia su legado se ha contribuido a que la India siga siéndolo. Pero leer bien el contexto no significa disculparlo. Cuenta el periodista Michael Connellan en The Guardian que Gandhi creía que las mujeres eran responsables de los 'impulsos depredadores' masculinos en las violaciones. Él mismo castigaba a las mujeres violadas cortándoles el pelo para evitar nuevas 'provocaciones'. Detalles emborronados por el Gandhi más pacifista.

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Este privilegio mitómano no es cosa solo del pasado. Hoy también somos machistas y seguimos disculpando a la leyenda. Basta con remover la mierda de futbolistas y cantantes más millennials para verificar un trato distinto. "No era tu culpa, era una puta, lo hiciste bien",... le cantaban los seguidores del Betis a su estrella, Rubén Castro, tras ser acusado de malos tratos y agresión sexual.

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El machismo ha sido y es un pincel más en el arte y en la historia. Una inspiración consentida a muchos genios. Pero ser genio no significa siempre ser un héroe, solo saber proyectar a la sociedad tus virtudes y tus mierdas mejor que nadie. 

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