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Mémesis

La dieta de la risa

La dieta de la risa

Si preguntásemos en enero qué tres cosas te llevarías a una isla desierta seguramente habría quien nos diría que los dos primeros fascículos del coleccionable de ganchillo que acaba de adquirir o la esterilla para hacer ejercicios que se acaba de comprar o incluso la hoja que tienen colgada en la puerta de la nevera con la dieta que le pasó tu tía la endocrina —o su cuñado— y que acababa de empezar.

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¡La dieta! ¡Ay, la dieta! Ese término recurrente en todos los inicios de año y que parece que nos martiriza el cuerpo y el 'Almax' y que por más que nos empeñemos no es más que una válvula de escape a nuestros reproches ante los excesos cometidos durante las fiestas.

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Pero nuestra mente va por un lado, la voluntad por el otro...

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Atrás quedan esos días de vino y de comerse hasta las rosas en los que lo único que tu vista es capaz de captar se llama "bebida y comida", en el que tu madre te dice aquello de "Pero si estás muy bien, hijo" mientras te ofrece otro diabólico polvorón o tu abuela vuelve a susurrarte al oído lo de "Come, hijo. No vaya a ser que vuelva el hambre".

https://twitter.com/verdunfran/status/819284583413874689

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Podríamos decir que todas las fases de "hacer una dieta" son críticas pero en la inicial es en la que te lo juegas todo a una carta: ¿qué dieta debes hacer?.

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Las hay que son de sobra conocidas: "vegana", "bajas en...", "blandas", etc

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Y luego están las dietas "monoproducto", es decir, aquellas que se fundamentan en la ingesta —siempre de forma compulsiva— de un producto: limón, alcachofa, té verde, cucurucho, etc... aunque más bien diríamos que son aquellas en las que estás en todo momento con un 'mono' o síndrome de abstinencia feroz.

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Y es esa fase en la que todo te parece comestible y se convierte en una de las más críticas en todo ese proceso en el que te has embarcado de "recuperar tu volumen pre-navideño".

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Una fase en la que pierdes antes la razón que un puñado de gramos en la maldita báscula.

https://twitter.com/_GilaTwits_/status/820404887406215170

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A lo largo de este camino recorrido en tu propósito anual de adelgazar, no faltarán los amigos, familiares y vecinos interesados en tus progresos...

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...aunque con alguno de ellos se tenga que ser más tajante ante lo que más que un interés parece un irónico intento de boicotear tu cruzada contra las calorías.

https://twitter.com/EmilianoMRojas/status/819701513031454720

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Y los días, las horas, los minutos y los bollos rellenos de chocolate siguen pasando ante ti...

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...hasta que un día explotas mentalmente —físicamente lo hiciste con el roscón de Reyes—...

https://twitter.com/tanvueltera_/status/819973279414947840

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...y decides que eso no es vida, al menos, hasta que no llegue un nuevo año.

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