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Mémesis

¿Por qué Putin es el ‘puto amo’ en las Redes Sociales?

Yeah!

El 20 de julio de 2013, durante sus vacaciones estivales, Vladímir Putin pasó unos días en Siberia practicando una de sus aficiones favoritas. La pesca del Lucio. Ataviado con uniforme militar de camuflaje y un cutre sombrero de vaquero americano el líder ruso sacó una pieza de 20 kilos con una sencilla red de pesca y le dio un beso en la boca sin torcer ni gesto ni brazo. Una cámara de la televisión pública estaba allí para inmortalizar el ósculo. En aquel momento nacía un mito de las redes sociales.

https://twitter.com/MrPINTXO/status/669185752492810241

¿Por qué el presidente de Rusia, antiguo vicepresidente, Secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, Director del Servicio Federal de Seguridad, Presidente del Consejo de Ministros de la Unión de Rusia y Bielorrusia, Líder de Rusia Unida, agente operativo y oficial (teniente de Justicia) del KGB, director del Servicio Federal de Seguridad, secretario del Consejo de Seguridad Nacional tiene una imagen tan poderosa y “respetada” (dobles comillas) en Internet?

Su currículo es solo el punto de partida. Hay varias claves que han contribuido a engordar esta falsa fama, el disfraz del meme público que regalan las redes sociales a los protagonistas de la actualidad y del que es imposible desquitarse. Putin tiene la suya y, a diferencia de otros personajes, él se ha trabajado su propaganda consciente del poder mediático del imaginario colectivo digital.

 

Cuando Putin llegó por primera vez al poder ya tenía amplia experiencia en servicios de inteligencia, espionaje y comunicaciones de Estado. Una de las primeras decisiones que tomó tras relevar a Yeltsin fue reforzar el poder de las agencias estatales de seguridad en Internet. Estamos hablando del año 2000.

La polémica ley aprobada por su gobierno obligaba a TODOS los proveedores de internet a facilitar acceso directo a sus bases de datos y conexiones a los servicios secretos del Estado en cualquier momento. No solo eso, obligaba a pagar la infraestructura de conexión directa con el FSB, lo que limitaba a las pequeños proveedores con dificultades y reducía el número de empresas a auditar. Todo ello para implantar en Internet el sistema ruso de escuchas electrónicas y telefónicas nacido en 1995. El “Sorm”. Control total.

Putin conocía perfectamente el poder de las Redes y no dudo en controlarlas lo antes posible. En un momento en el que estaban creciendo en Rusia de manera brutal. Para no quedarse con la imagen de censor y represor de los nuevos sistemas de comunicación decidió participar activamente en ellas y vincularse también a su utilidad pública mediante propaganda y acciones puntuales. Con una mano cortaba y con la otra daba.

El 7 de marzo de 2001 Vladímir Putin respondía en directo a las preguntas de los internautas para los principales diarios del país y retransmitido en directo por la BBC a todo el mundo. Era la primera vez que un presidente de una gran potencia participaba en un turno de preguntas abierto a todos y en directo. El impacto fue brutal y su popularidad creció inmediatamente. Un jugada magistral para aparentar apertura y visibilidad. El mito iba engordando.

En noviembre de ese mismo año Putin repitió el experimento esta vez para responder las preguntas que venían del otro lado del estrecho de Bering. Un presidente ruso dando una rueda de prensa abierta a ciudadanos estadounidenses. Lo nunca visto. El mito, consolidado.

 

Antes de su encuentro amoroso con el lucio siberiano de 2013 Putin pasó por un punto de inflexión durante esta carrera por construir su mito irreductible en la Red. Durante las elecciones legislativas de 2011 el partido del presidente, Rusia Unida, fue acusado de fraude electoral.

Decenas de manifestaciones recorrieron el país exigiendo nuevos comicios. Las Redes Sociales sirvieron de catalizador para organizar las protestas contra el poder y el mito del SuperPutin íntegro, moderno y omnipotente comenzó a mutar en el ‘maligno’.

 

El primer gran meme que empezó a destruir la fábula de su personaje artificial fue a cuenta de los resultados de la ciudad de Rostov de aquellas legislativas. En el telediario de la cadena estatal se detallaron las cifras de votos que cada partido había obtenido en esa circunscripción. El problema es que todos los porcentajes sumaban 140%. Un error, cuanto menos, sospechoso. Los memes pasaron del superhéroe al supervillano y Putin empezó a perder el control de su imagen. Es entonces cuando apareció el Sadimir Putin y cientos de memes sarcásticos sobre los verdaderos ‘poderes’ del líder ruso.

 

Desde entonces cualquier incidente militar como el de Turquía, cualquier gesto, cualquier acontecimiento o acto público del presidente de la Federación Rusa tiene su interpretación sarcástica en la Red. No importa la realidad, ni la noticia, solo alimentar el personaje ya creado. Como Chuck Norris o MacGyver, Putin es un ya un Icono Pop de la cultura digital.

Cuando el presidente ruso ha comprendido que su avatar virtual no será jamás el fabricado con la propaganda de su partido, sus cacerías y sus monterías sobre osos a tetilla descubierta ha vuelto a tirar de látigo. En abril de este mismo año el Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones (Roskomnadzor), encargado de velar por la buena praxis de los medios, sacó un nuevo reglamento para ayudar a retirar de los medios y de internet todos los montajes y chistes gráficos de cualquier personaje público injuriado ya que “violan las leyes que rigen los datos personales y dañan el honor, la dignidad y el negocio de las figuras públicas". Un aviso a navegantes con un claro propósito: evitar los memes del presidente mediante la coacción con acciones legales.

 

Pero ni el hombre más poderoso del planeta puede parar la fuerza de un meme que va mutando mientras se propaga y que se hace más fuerte cuando más lo intentas prohibir.

Bienvenido a Internet, señor Putin.

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