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El PP no podrá frenar la vuelta de los 861 despedidos de Telemadrid en su nuevo Consejo de Administración

La candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes

El PP ha perdido el control sobre Telemadrid. Los populares no gozarán de mayoría absoluta en el nuevo Consejo de Administración y ni siquiera el apoyo de Ciudadanos les servirá para hacer valer su criterio, pues frente a ellos tendrán al PSOE y a Podemos, que dispondrán de un voto más en este órgano de Gobierno y que están de acuerdo en la mayoría de los aspectos sobre el futuro de esta televisión. El más importante es el que defiende la readmisión de los 861 trabajadores que fueron despedidos de la casa en 2013, dentro de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

Mucho se ha hablado durante las últimas semanas sobre futuro de este medio de comunicación público. La candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, afirmó durante la campaña electoral que no descarta su cierre si, después de estudiar su situación, sus cuentas no le dejan otra opción. Por su parte, PSOE, Podemos e Izquierda Unida firmaron un pacto que persigue la despolitización de Telemadrid, así como la contratación de todos los afectados por el ERE. Ciudadanos no rubricó este acuerdo al disentir sobre este último punto.

PSOE y Podemos tendrán mayoría absoluta en el nuevo Consejo de Administración de Telemadrid

La nueva estructura del Consejo de Administración de la cadena no permitirá al PP frenar una iniciativa para su readmisión dentro de este órgano. Los populares dispondrán de tres consejeros, mientras que el PSOE también tres, Podemos, dos y Ciudadanos, uno. Por tanto, los socialistas y la formación liderada por Pablo Iglesias dispondrán de una mayoría absoluta que les permitirá sacar adelante cualquier propuesta que consensúen.

Las incertidumbres sobre la nueva Telemadrid

Entre los puntos en los que convergen estas formaciones políticas se encuentra el de potenciar la producción de programas propios, en detrimento de los que se encargan a empresas audiovisuales. Sólo en 2014, Telemadrid se gastó 33 millones de euros en la externalización de los contenidos de su parrilla, lo que supone prácticamente la mitad del dinero que le aportó la Comunidad de Madrid (68 millones).

Sobre el papel, ambos partidos están de acuerdo en que una buena parte de esa actividad se haga desde el interior de la cadena, lo que, evidentemente, aminoraría este gasto, “aunque requeriría la contratación de personal y seguramente la reapertura de los estudios que se encuentran cerrados en la Ciudad de la Imagen”, precisan fuentes de la cadena.

Telemadrid gastó en 2014 un total de 33 millones de euros en producción externa

Otra de las decisiones que se espera que tomen los nuevos dominadores del Consejo de Administración es la de reducir el techo de gasto que un director general puede realizar en un programa sin consultar a este órgano. Esperanza Aguirre lo subió desde los 150.000 hasta los 600.000 euros, en una decisión que se interpretó como un claro intento de conceder contratos a empresarios afines -como Enrique Cerezo- sin dar excesivas explicaciones a los consejeros que no están adscritos al PP, recuerdan estos informantes.

¿Tiene Cifuentes la sartén por el mango?

Estos dos partidos de izquierda podrán cambiar el funcionamiento y la esencia de la radio y la televisión públicas madrileñas sin enfrentarse al rodillo que los hombres de Aguirre han aplicado hasta ahora en el Consejo de Administración. Pero no hay que olvidar que no dispondrán del control directo sobre el presupuesto que se asigne a la cadena. En ese caso, el Partido Popular tendrá la voz cantante, lo que podría hacer fracasar su proyecto de readmitir a los 861 despedidos.

No hay que olvidar que Ignacio González declaró en 2013 que si el Tribunal Superior de Justicia de Madrid obligaba a readmitir a los empleados incluidos en el ERE de la cadena, no tendría ninguna duda en cerrarla, ante la imposibilidad de solucionar su déficit en esa situación. La determinación que tomaría Cifuentes en esa situación -si finalmente es nombrada presidenta- es una incógnita, pero fuentes de su oposición temen que pueda ser la de clausurar este medio de comunicación, cuya audiencia e influencia han caído en picado durante los últimos años.

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