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La prensa italiana se agrupa para capear el temporal. ¿Para cuándo en España?

'El País' lucha por no bajar de la barrera de los 200.000 lectores diarios

La poderosa familia Agnelli ha comunicado a sus socios de RCS Mediagroup, matriz italiana de El Mundo, Marca y Expansión, que abandona el negocio. Que atrás quedan sus históricas rencillas, expresadas dentro y fuera de las reuniones del Consejo de Administración, y sus preocupaciones por la dura crisis financiera que vive este conglomerado de medios de comunicación. Los dueños de Fiat, motor de la industria automovilística transalpina y cuasi símbolo del país, se desharán del 16% de la compañía después de haber alcanzado un acuerdo para fusionar el grupo de prensa que controlan, Itedi -editor de La Stampa- con L'Espresso, responsable de La Repubblica. Este pacto conllevará la integración de dos empresas diferentes, en cuanto a edad y circunstancias, pero similares en cuanto a la ideología que defienden, como es la socialdemócrata

También refuerza a dos editores de prensa que están inmersos en la crisis global que asola al sector, consecuencia de que en la última década las tiradas de los periódicos se hayan reducido de forma alarmante. La transición de las grandes cabeceras hacia el mundo digital está siendo lenta y dolorosa y, en estas circunstancias, los dueños de La Stampa y La Repubblica han decidido aunar fuerzas para incrementar su vigor. O, como poco, para amortiguar el golpe. La gran pregunta es: ¿cuándo se reestructurará la prensa escrita en España?

"El hábito de la compra del periódico en el quiosco ha quedado reducido a una minoría", ha afirmado recientemente Antonio Caño

El director de El País, Antonio Caño, envió una carta este jueves a los trabajadores de este periódico en la que oficializó algo que ya había avanzado en anteriores reuniones, como es que el papel tiene fecha de caducidad. Que de momento lo mantendrán con vida y le procurarán los cuidados que sean necesarios, pero que, a medio plazo, desaparecerá. “El hábito de la compra del periódico en el quiosco ha quedado reducido a una minoría”, afirmaba en el documento. En estas circunstancias, sólo queda renovarse o morir.

Los datos del sector en España no dejan lugar a la esperanza en lo que respecta al futuro del papel. Hace una década, cuando la decadencia de la prensa ya era indisimulable mediante maquillaje financiero o eufemismos y los grandes popes del negocio hablaban de la necesidad de afrontar una revolución tecnológica para salvar los muebles, entre El País, El Mundo, ABC y La Razón difundían a diario 1.185.000 periódicos. Actualmente, apenas superan los 500.000. En 2006, el principal diario de Prisa lanzaba a la calle 432.000 periódicos diarios, de media, por los 330.600 del de Unidad Editorial. Hoy, publican 215.471 y 117.590, respectivamente.

En el último informe anual de cuentas del Grupo Prisa, dentro del apartado en el que la compañía expone los potenciales riesgos para su negocio, incide en que aún no se ha encontrado remedio –si es que lo hubiera- para frenar la caída del papel y reconoce que el auge de la prensa digital ha resultado dañino para su negocio. “Los ingresos de la prensa provenientes de la venta de ejemplares y suscripciones continúan viéndose afectados negativamente por el crecimiento de medios alternativos de distribución, incluyendo sitios gratuitos de internet para noticias y otros contenidos, sin que haya perspectivas por el momento de que se produzca un cambio en esta tendencia”, expone.

Un periódico histórico que ya no se publica en toda España

A principios de 2015, Vocento renunció a publicar ABC en Canarias y Baleares. A finales de febrero, cuando presentó sus resultados anuales, se congratuló de lo acertada que había resultado esta decisión, puesto que había conseguido eliminar los costes derivados de la impresión y distribución de los ejemplares y, además, había logrado reclutar para la plataforma de lectura digital de la prensa Kioskoymás a una tercera parte de los suscriptores de su versión en papel en los dos archipiélagos.

Vocento renunció a publicar ABC en Canarias y Baleares a principios de 2015

El año pasado, anunció, además, la instalación de un muro de pago en sus periódicos regionales que incluirá cada día una serie de contenidos 'premium' a los que sólo tendrán acceso sus abonados. Una idea arriesgada, puesto que en algunos grandes medios extranjeros ha funcionado y en otros ha fracasado. Pero, a fin de cuentas, una idea que pasa por prescindir del papel, hasta ahora la materia prima, pero en el futuro un coste que las empresas de medios de comunicación tienen cada vez más claro que hay que aminorar. O, directamente, desterrar.

La fusión que no ha llegado

Durante una legislatura en la que al Gobierno de Mariano Rajoy se le atribuye un papel más activo para salvar de la quiebra a Prisa que para ayudar a conformar un grupo de medios de comunicación de ideología conservadora, el principal movimiento que han realizado los editores de prensa es el intento de fusionar Vocento con Unidad Editorial. Dos grupos situados en la derecha política (más o menos escorados) que trataron de unir fuerzas para encarar con mayores garantías la transición hacia la 'Era Digital', pero que no consiguieron llegar a un acuerdo.

Las diferencias existentes entre las partes en lo relativo al reparto de poder en la compañía resultante, la dificultad de unir dos balances que incluyen volúmenes de deuda distintos (la de Unidad Editorial es mayor) o la complejidad de definir la estructura del nuevo grupo, toda vez que cabeceras como ABC y El Mundo compiten dentro del mismo sector, enfriaron una operación que, de haber cristalizado, hubiera supuesto la creación de un holding con presencia en la prensa generalista y regional; y con varias licencias de TDT.

El Comité de Redacción del 'Corriere della Sera' se ha pronunciado sobre la salida de los Agnelli de RCS MediaGroup: "no siempre se van los mejores"

De momento, Vocento y Unidad Editorial siguen su camino por separado. La primera ganó dinero en 2015, en buena parte, por acometer una drástica y necesaria reducción de los gastos de explotación (8,2%) que ha servido para compensar la disminución de los ingresos por venta de ejemplares (5,4%). La segunda empresa aplicará en las próximas semanas un duro recorte en personal -uno más- al que le obligan sus dueños italianos y con el que pretende ahorrar en sueldos unos 5 millones de euros anuales.

Este tijeretazo se contempla dentro del plan estratégico 2016-2018 que presentó en diciembre la nueva consejera delegada de la compañía, Laura Cioli. Su objetivo es aminorar la crisis financiera de una compañía que adeuda a los bancos 500 millones de euros, así como el de tratar de obtener beneficios de nuevas líneas de negocio.

Ahora bien, está por ver el efecto que tendrá  en RCS MediaGroup la salida de los Agnelli de su accionariado. De momento, lo que está claro es que su forma de abandonar la compañía ha escocido en su Consejo de Administración, como se deduce del artículo publicado este jueves en el Corriere della Sera –firmado por el Comité de Redacción- en el que culpa al anterior consejero delegado, Pietro Scott Jovane, de haberse deshecho del más valioso patrimonio inmobiliario del grupo y de haber aprobado desinversiones que han hipotecado su futuro, como la de RCS Libri.

El sentir del grupo sobre la marcha de los Agnelli se resume en la frase que encabeza el artículo. Un golpe directo a la mandíbula de los dueños de Fiat: “No siempre se van los mejores”.

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