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2015, ¿el fin de la prensa de papel? Un gurú tecnológico predijo hace cinco años la muerte de los diarios

El periódico suizo NZZ en su edición de papel y online

Muchas son las teorías que se han lanzado sobre el fin de la prensa escrita: a más de un experto en nuevas tecnologías y tendencias narrativas le seducía irresistiblemente la idea de poner fecha a los funerales de los medios impresos, aunque después el pronóstico no se cumpla. Fue el caso de Nicholas Negroponte, un arquitecto estadounidense fundador del MIT Media Lab, que, hace ahora cinco años, en noviembre de 2010, cuando fue investido doctor honoris causa por la Universidad Camilo José Cela, se aventuró a prefigurar la muerte de los diarios. “En poco tiempo, para 2015, la prensa escrita no existirá”, vaticinó entonces. Se equivocaba.

Sus dramáticos augurios también concernían a la pequeña pantalla: “Todos nos acostumbraremos a informarnos a través de la red e incluso dejaremos de lado la televisión”. Sobre cómo se amoldaría la civilización a todos esos cambios en tan sólo un lustro, este visionario explicaba que si los ciudadanos no se ajustaban a las demandas de la era digital, quedarían marginados: "A una minoría le costará adaptarse pero se darán cuenta de que si no lo hacen, se quedarán fuera de la sociedad. Estoy seguro de que una madre e incluso una abuela, si las enseñas, estarán encantadas de usar un iPad”.

Negroponte: "No creo que Twitter vaya a durar mucho tiempo, me parece una moda pasajera. Es un lugar donde se pierde mucho tiempo"

Negroponte se mostraba seguro de que el papel iba a “desaparecer como soporte para los medios por motivos de distribución, producción y coste”. A pesar de haber marcado en el calendario el entierro de la prensa, no parecía preocupado por el soporte que finalmente prevalecería, sino por la credibilidad de las noticias y la experiencia de los usuarios: él reconocía leer el Wall Street Journal a través de su iPad.

El pesimismo también invadía a Negroponte cuando se le preguntaba acerca del futuro de las redes sociales. “No creo que Twitter vaya a durar mucho tiempo, me parece una moda pasajera. Es un lugar donde se pierde mucho tiempo”, señalaba. Hoy en día, la red de microblogging cuenta con 255 millones de usuarios, aunque la participación de los usuarios ha caído con respecto a 2013, según publicó la compañía en abril de 2014.

Otros profesionales del sector no dudaron en responder a Negroponte diciendo que sus palabras estaban encaminadas a generar polémica, y más aún cuando apenas utiliza Twitter. A día de hoy, sólo tiene 11 mensajes publicados, el último del 26 de mayo de 2011.  

Otras teorías

Todas estas hipótesis catastróficas encajaban muy bien con la moda alarmista de las películas sobre el fin del mundo que tanto triunfaban a comienzos del siglo XXI. En esta línea, en 2007 nació el blog Newspaper Death Watch, un observatorio que iba registrando el cierre de diarios y revistas en Estados Unidos. Su autor, Paul Gillin, decía ser un amante de los periódicos, aunque su labor se pareciera más a la de un sepulturero. A fines de 2009 advertía de que el 95% de los diarios locales de EEUU no sobreviviría a la crisis y que en el futuro sólo los grandes medios de referencia, como The New York Times, The Washington Post y Wall Street Journal, se mantendrían a flote con mucha dificultad. 

En 2004, en su libro The Vanishing Newspaper, Philip Meyer, profesor de la Cátedra Knight de Periodismo en la Universidad de Carolina del Norte, intentó extrapolar los datos sobre el declive de la circulación de la prensa en Estados Unidos y proyectó que el último diario en su país dejaría de imprimirse a principios de 2043. ¿Se cumplirá su augurio?

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