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La entrevista de Risto, las recetas de 'Sálvame' y la siesta en 'Supervivientes'

No conozco a un solo ser humano que disfrute con el estilo y la actitud de Risto Mejide. El publicitario se ha puesto ahora a hacer entrevistas. La cosa se llama Viajando con Chester y se emite en Cuatro los domingos por la noche. Por increíble que parezca, la audiencia de las primeras ediciones del programa ha sido razonable. Y Mejide amenaza con seguir en nuestras pantallas por más tiempo. Viendo qué espacios y tipejos andan en la tele, no es lo peor que puede pasar. Toca mentar a Risto en esta crónica irresponsable porque ha sido literalmente linchado por unos cuantos independentistas catalanes, que son, como ustedes saben, unos señores muy tolerantes y muy abiertos.

Al malvado de Risto se le ocurrió entrevistar a Oriol Junqueras, líder de ERC. Al publicitario le han cosido a navajazos dialécticos por haber perpetrado un ataque intolerable al líder del soberanismo catalán. Ha sido engorroso, la verdad, pero para escribir algo medianamente serio ha habido que consultar (esa palabra, uff) la entrevista. Y la verdad es que fue muy buena. El presentador utilizó ese tono arisco, borde, políticamente incorrecto y cortante que siempre utiliza. Al político no se le vio demasiado incómodo, esa es la verdad. Risto no se dejó ni uno de los temas de actualidad. Fue directo y utilizó preguntas inteligentes. Junqueras respondió con serenidad y vendió su moto separatista. Y las críticas negativas, que han sido desmesuradas, son propias de quienes están nublados por el amor incondicional a su ideología.

Seguramente el libro de 'Sálvame' batirá todos los registros de ventas y solo será superado por el de Belén Esteban

Vamos con cosas más serias. Resulta que Sálvame, ese engendro, ya produce hasta libros de cocina. Las recetas de Sálvame está basada en la sección ‘Las meriendas de Sálvame’ y, según quienes la producen, “el cocinero Pedro Palacios ofrece una selección de los 80 mejores platos y sencillas tapas elaboradas con productos de temporada para que los amantes de la cocina puedan prepararlas fácilmente en sus casas”. Olé. Y el libro “incluye ideas, consejos y trucos que han ido aportando los colaboradores del programa”. O sea, para chuparse los dedos sin parar justo después de haber vomitado. Me atrevo a pronosticar que la obra batirá todos los registros de ventas y solo quedará superada por la que escribió (presuntamente) Belén Esteban. Así estamos en esta España tan indignada como aborregada.

Y el presentador habitual de Sálvame es uno de los protagonistas del último asunto que nos ocupa y preocupa por su gran repercusión. Jorge Javier Vázquez también conduce Supervivientes, ese reality show que consigue enormes audiencias aunque casi nadie reconozca verlo. La cosa es que una tal Franciska (sí, lo ponen con k), madre de una tal Rebeca, se quedó profundamente dormida, ronquidos incluidos, en pleno programa. El presentador la despertó y se vivió una situación divertida, no puede negarse. Ocurre, sin embargo, que la siesta de esta señora tal vez sea también una metáfora de nuestros días sombríos. No es que el programa aburra y provoque sueño a sus propios participantes. No es que los ciudadanos estemos adormecidos y sea hora de que abramos los ojos. Es más complejo. El hecho de que la siesta de esta señora sea noticia evidencia que, como en aquella caverna antigua o en aquel Matrix moderno, solo podemos estar viviendo una realidad aparente que otros construyen para mantenernos encadenados. 

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