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El plan para salvar Zeta: buscar a otro socio y seducir a Montoro y a los bancos

Pocas semanas antes de morir, José Manuel Lara Bosch puso en marcha una operación a la que se atribuyó un interés más sentimental que empresarial. Pasaba por adquirir el 23 % de las acciones de El Periódico de Catalunya, un diario emblemático en su ciudad, Barcelona, y el principal rival de uno de esos empresarios con el que combatió en más de un cruce de caminos: el conde de Godó, dueño de La Vanguardia. Esta maniobra fue anunciada a bombo y platillo por el propietario de esta cabecera, el Grupo Zeta, que gracias a hacer público el interés del dueño de Planeta por comprar una parte de su negocio consiguió un aplazamiento del pago del crédito que mantiene con los bancos. Pero el fallecimiento de Lara Bosch ralentizó la operación, lo que sumió a la compañía de medios de comunicación de los Asensio en una crisis que aún no ha podido superar. Ahora bien, sus responsables han trazado un plan para conseguirlo que pasa por encontrar un nuevo socio y por refinanciar su crédito sindicado y su deuda con Hacienda.

Una de las claves del periodo de transición que vive el Grupo Zeta es que los Lara pretende entrar en esta empresa a título personal. Es decir, su intención es que Planeta quede al margen de este asunto y sean los fondos de su SICAV familiar los que se utilicen para financiar la compra de las acciones, algo que les ha llevado a actuar con más prudencia de lo habitual en este caso y ha demorado su desenlace, según explican a Vozpópuli fuentes cercanas a la negociación.

El Grupo Zeta debe a los bancos casi 120 millones de euros

Su posición con respecto a este negocio ha variado considerablemente durante los últimos meses, puesto que su estrategia inicial era la de adquirir el 23 % de Ediciones Primera Plana S.A. -editora de El Periódico de Catalunya-, pero a cambio de que los bancos aceptaran una quita de deuda equivalente al 50 % del capital que pretendían aportar. El problema es que estas entidades no transigieron en este punto, lo que provocó que la oferta de los potenciales compradores se redujera considerablemente. De hecho, actualmente su propuesta sólo es sobre el 6 % de los títulos de la nueva sociedad que se ha constituido para soportar este diario, denominada El Periódico de Catalunya S.L.

Eso ha obligado a los responsables de la empresa editora de El Periódico, Interviú, Sport y Tiempo a buscar un Plan B para sobreponerse a su crisis particular, que pasa por encontrar un nuevo socio que esté dispuesto a comprar una parte de El Periódico de Catalunya, lo que aportaría a este holding de medios de comunicación la liquidez que necesita para afrontar sus gastos corrientes y pagar sus deudas. En este sentido, cabe recordar que sus obligaciones con los bancos ascienden a casi 120 millones de euros.

Un periodo de carencia

Pero las pretensiones de la compañía presidida por Antonio Asensio Mosbah van más allá, pues también pasan por conseguir una nueva refinanciación de su deuda -la anterior data de 2013- que amplíe su fecha de vencimiento y reduzca su tipo de interés. También por conseguir un periodo de carencia de pago que alivie sus "problemas de tesorería" y le evite hacer frente a corto plazo a los 9 millones de euros (8 de capital y 1 de intereses) que debería haber abonado antes del 1 de enero de 2015 a las entidades con las que mantiene un crédito sindicado (entre ellas, Banco Popular, La Caixa y BBVA).

El otro frente del que pretende salir victoriosa esta empresa cuenta con la Hacienda pública como principal contendiente, a la que debe varios millones de euros desde que el fisco descubriera un error cometido por Antonio Asensio padre a la hora de calcular las aportaciones que debía realizar a la Seguridad Social por sus empleados.

Mientras la cuota a los bancos se paga una vez al año, la de la Hacienda pública se debe ingresar cada mes, lo que dificulta sobremanera a este grupo la obtención de caja. De ahí que sus administradores quieran negociar con el departamento dirigido por Cristóbal Montoro una ampliación del plazo estipulado para saldar esta deuda, que fuentes del grupo cifran en alrededor de 25 millones de euros.

Los trabajadores del Grupo Zeta -con cuyos representantes también ha contactado Vozpópuli- aseguran que las noticias sobre las operaciones que la empresa mantiene abiertas les llegan con cuentagotas. De hecho, ni siquiera han recibido información oficial sobre los resultados de 2014. Pero dan por supuesto que la viabilidad de la compañía depende de la refinanciación de su deuda y de la entrada de nuevos socios en su Consejo de Administración. Se apelliden Lara o no.

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