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La nueva 'purga' de tertulianos de la SER reabre el debate sobre los despidos ideológicos de Cebrián

Manuel Rico, Javier Aroca y Fernando Berlín

En el listado en el que figuran los periodistas que ha fulminado Juan Luis Cebrián desde su llegada al poder del Grupo Prisa figuran desde hace unas horas los nombres de Fernando Berlín, Manuel Rico y Javier Aroca. Los tres son colaboradores de La Sexta y los tres defienden posiciones ubicadas dentro de la izquierda política. Como ha ocurrido en el caso de despidos precedentes, después de trascender la noticia de su salida de la Cadena SER han surgido voces que la han atribuido a razones ideológicas y editoriales. Sin embargo, en esta decisión ha tenido un peso clave -lo afirma el propio Berlín- la guerra fría que mantiene la compañía fundada por Jesús de Polanco con Atresmedia, que le llevó hace unos meses a prohibir a sus periodistas acudir a sus tertulias televisivas.

El hecho que aparentemente desencadenó este veto fue la publicación en La Sexta de los Papeles de Panamá, en los que figura Teresa Aranda, la exmujer de Juan Luis Cebrián, como vicepresidenta de una organización de izquierdas financiada por millonarios y que está presidida por Massoud Farshad Zandi, amigo de Felipe González y del propio Cebrián.

Prisa anunció su intención de denunciar a 'La Sexta' tras publicar su relación con los Papeles de Panamá

Horas después de que el canal de Atresmedia revelara este nexo, Prisa anunció su intención de interponer una demanda contra este grupo de comunicación "por las informaciones y comentarios difamatorios" que había difundido. El 4 de mayo, su presidente ejecutivo encuadró estas publicaciones sobre su persona y su entorno como una "persecución" que pretendía desestabilizar la compañía de los Polanco. "Nos han querido aguar la fiesta" con esta "revolucioncita" en internet y en las redes sociales", afirmó.

Pero para entender las razones de la rivalidad entre Prisa y Atresmedia, más allá de este episodio, hay que seguir el rastro del dinero. Y si en los medios de comunicación el volumen de ingresos depende en buena parte de su audiencia, se puede decir que estas dos compañías se encuentran en una batalla directa por atraer hacia la Cadena SER y La Sexta un público de un perfil ideológico de centro-izquierda.

Encima de la mesa de los directivos de Atresmedia estuvo hace un tiempo la idea de poner en marcha La Sexta Radio, según ha podido saber Vozpópuli a través de fuentes internas. Este proyecto -aparcado por la compleja infraestructura que requeriría su realización- le hubiera convertido en el principal competidor de la SER dentro de un sector en el que la cadena de Prisa ha sido líder durante muchos años gracias, en buena parte, a ser la única radio generalista con una línea de centro-izquierda.

La reacción de los despedidos

En una entrevista concedida este lunes a este periódico, Fernando Berlín aseguraba que su forma de pensar es muy diferente a la actual línea editorial de Prisa, y que eso ha pesado en su despido. Pese a ello, consideraba que el motivo principal de su salida de la Cadena SER es meramente empresarial. "Es evidente que la SER está viviendo un momento de tensión extrema con La Sexta (...). A mí, como parte de las causas de mi salida, se me enarbola mi alta exposición con los grupos con los que mantienen ellos esta ofensiva". Entre ellos, la televisión de Atresmedia y su propio programa en la emisora de internet Radiocable.

El director de Infolibre.com, Manuel Rico, rechazaba en un artículo publicado en su medio de comunicación considerarse como una víctima de un despido ideológico: "Sería fácil culpar al malvado Cebrián, declararme represaliado por mi ideología de izquierdas o presentarme como una víctima más de una libertad de expresión en retroceso en España. Pero, aunque alguna de esas descripciones fuese cierta, el cuadro no debe ser pintado con brocha gorda". A lo que añadía: "Efectivamente, la SER ha decidido prescindir de mi colaboración. Tiene todo el derecho del mundo y no me he convertido en ningún héroe de la libertad de prensa".

Los casos de Rico, Aroca y Berlín no son los únicos de esta índole que han sucedido en la historia más reciente de esta empresa. El pasado abril, Prisa comunicó a Ignacio Escolar su decisión de romper el contrato de colaboración por el que el periodista de eldiario.es intervenía periódicamente en Hoy por hoy como contertulio. Entonces, Escolar achacó esta acción a la publicación en su medio de comunicación de la relación de Cebrián con los Papeles de Panamá.

Son ya muchos los periodistas y colaboradores de Prisa que han levantado la voz contra los intereses que condicionan la línea editorial de la empresa

El despido de Miguel Ángel Aguilar

Unos meses antes, en noviembre, un emisario de Prisa contactó telefónicamente con Miguel Ángel Aguilar para comunicarle el fin de su relación contractual con Prisa. Lo hizo después de que el periodista se mostrara crítico con el rumbo editorial tomado por la empresa de los Polanco en los últimos años, en unas declaraciones que concedió a The New York Times: "Los periódicos están en manos de sus acreedores y también en las de un Gobierno que ha ayudado a convencer a los acreedores que la prensa debe mantenerse con vida en lugar de dejarle morir de asfixia a causa de sus deudas", destacó.

En 2011, Carlos Carnicero sugirió que había dejado de colaborar en Hora 25 debido a sus críticas a Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato del PSOE al que entonces respaldaba la Cadena SER. En verano de 2015, dos periodistas de El País, Rafael Méndez y Manuel Altozano, abandonaron el periódico después de sufrir la "censura" de un artículo que versaba sobre la relación con Telefónica del marido de Soraya Sáenz de Santamaría, amiga de Cebrián y a quien se atribuye un papel clave para que la banca acreedora aceptara la refinanciación de la deuda de Prisa, en 2013.

Son ya muchos los periodistas y colaboradores de Prisa que han levantado la voz contra los intereses que condicionan la línea editorial de la empresa, que estriban en sus nuevas dependencias políticas y económicas, según ha denunciado. También en la gestión realizada por Juan Luis Cebrián, a la que Enric González denominó como "capitalismo de casino" dentro de un artículo que, por cierto, fue censurado en El País.

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