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La extrañísima mutación de Ana Pastor: Hyde frente a Aguirre y Jekyll con Zapatero

No sé si han leído ustedes el clásico de Stevenson. Pero sabrán que en esa deliciosa novelita el Dr. Jekyll es un científico afable, bonachón, arrugado por el tiempo, incapaz de romper un plato. Ocurre, sin embargo, que experimenta con su cuerpo y en las madrugadas muta en el terrible Hyde, más joven y vigoroso, despiadado, capaz de toda barbarie. Estas dos personalidades representan las dos caras, una buena y otra abominable, del alma humana. Cuando uno lee sus páginas se va sorprendiendo con las increíbles diferencias que encuentra entre las dos identidades.

El pasado domingo viendo la tele asistimos, quizás no tan sorprendidos, al extraño caso de una conocida periodista transmutada en Hyde. Fue, claro está, durante la entrevista de Ana Pastor a Esperanza Aguirre en El Objetivo. Qué fiereza en las preguntas. Qué forma de interrumpir constantemente al entrevistado. Qué atrevimiento en los asuntos tratados. Qué bravura sin complejos. Qué colmillo (periodístico, ojo) tan retorcido y afilado. Qué atosigamientos para provocar la contradicción de las respuestas. Qué delicia, en suma. 

Digo delicia porque además la contrincante no se arredró, sino que contraatacó con igual o más potencia. De Esperanza Aguirre se pueden criticar muchas actitudes, podrán gustar o no sus opiniones e ideas, pero no se puede negar que tiene, y perdonen el exabrupto machista, un par de cojones. Como le va la marcha, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid batalló con Pastor, que tampoco ahorró puyazos. Destacaremos aquí solo un par de ejemplos. 

En un momento de la entrevista, Aguirre, molesta por las interrupciones, espetó a Pastor: "¿Va usted a seguir con su alegato o puedo contestar?". "No se me enfade -contestó la periodista-, yo solo soy periodista". Y la ex presidenta insistió: "¿Usted me trae para que responda o para hacer sus alegatos?". Incluso luego repitió: "Usted hace alegatos, luego viene la pregunta". En otro momento, cuando hablaban de los escraches, el encontronazo vino a cuenta de si eran "violentos" o no. Aguirre le dijo a Pastor que escrache "es una palabra que utilizan los que piensan como usted, la izquierda radical". "Es muy cansino estar todo el día etiquetando al personal", respondió la informadora. 

De tanto que se interrumpían y se enzarzaban, llegaba a parecer que se odian o que, aunque en el fondo se quieran, teatralizaban el espectáculo. No importa. Lo bueno es que nos deleitaron. A esa batalla solo se le pueden dedicar aplausos, creo. De hecho, la audiencia respondió estupendamente. Pero, claro, uno se puso a recordar lo que pasó en el mismo plató unas semanas antes, cuando Pastor entrevistó a Zapatero. Ya contamos aquí nuestra tesis al respecto (la periodista se compadeció del cadáver político) y, bien mirado, entronca con la idea clásica de que por corajudo o timorato que sea el entrevistador, finalmente en el fragor de la discusión todo depende de que el entrevistado tenga algo interesante que aportar.

Resulta evidente el símil: Pastor fue Hyde frente a Aguirre pero fue Jekyll con Zapatero. No obstante, esta periodista acostumbra a vestirse más de Hyde en sus celebradas entrevistas. Enamora a sus fans precisamente por la agresividad con que devora a sus oponentes. No queremos decir con esto, ni mucho menos, que, al revés de lo que ocurría con el personaje de Stevenson, Pastor sea una periodista malvada que solo en ocasiones, tras ingerir algún brebaje o elixir fabricado por ella misma, se reblandece y muta en servil y comprensiva. Simplemente es algo inexplicable si se comparan el tono y la disposición en ambos momentos. Es un caso verdaderamente inquietante, extrañísimo, acaso irresoluble, ¿no creen?

En ese maravilloso thriller que es El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, nos enteramos de las claves a través del testamento del atormentado doctor. Aquí, donde por supuesto deseamos una larga vida a Pastor, no queremos esperar tanto. Así que este lunes fuimos al centro de Madrid para asistir a la presentación de un libro donde intervenía la periodista de La Sexta. No hubo turno de preguntas y Pastor aprovechó para hacer un par de bromas sobre la entrevista. Estuvo simpática y cercana, aguantando a la marea de jóvenes que querían fotografiarse junto a ella. Parecía tan bondadosa como Jekyll, esa es la verdad. Ni rastro de Hyde. No soy capaz de explicarlo. Ella estaba sentada junto a Ignacio Escolar y no había ningún político del PP en la sala. Quizás eso sea una pista fiable para resolver el enigma.  

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