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Mas se queda sin apoyos: ‘El Periódico’ ridiculiza su “desconexión” de España

Artur Mas y Oriol Junqueras

La prensa catalana que de tan buen grado asumió las tesis separatistas y que de forma tan complaciente las propagó, al calor de sus jugosas subvenciones de la Generalidad, ha comenzado a desligarse del proceso independentista encabezado por Artur Mas. El martes fue La Vanguardia la que sorprendió a propios a extraños y publicó un duro editorial que cuestionaba la legitimidad de Junts pel Sí y de las CUP para iniciar la "desconexión" de España. Pero no ha sido la primera cabecera que ha dado este paso pues, desde hace unos meses, El Periódico de Catalunya ha demostrado su oposición a los soberanistas y ha retratado las incoherencias de su proyecto. En este giro editorial del diario del Grupo Zeta ha influido la entrada de la familia Lara en su accionariado y, sobre todo, las dudas sobre el desafío separatista por parte de sus acreedores.

De todas las portadas que publicaron los periódicos catalanes el 28 de septiembre, la que más llamó la atención fue la de El Periódico, pues era la única que se desmarcaba del triunfalismo transmitido por Junts pel Sí tras las elecciones del día anterior y calificaba los resultados de la formación como una "amarga victoria". Mientras el resto de las cabeceras ensalzaba la mayoría conseguida por la coalición secesionista, este diario incidía en que, en unos comicios que se habían planteado como un plebiscito, el que las fuerzas independentistas obtuvieran menos del 50% de los votos era un golpe para el secesionismo.

'El Periódico' ha cuestionado la legitimidad de un proceso independentista que no cuenta con el apoyo de la mayoría de los catalanes

Con la declaración aprobada por los diputados independentistas del Parlament el pasado lunes, este periódico se ha mantenido en la misma posición. Sirva como ejemplo el editorial que publicó al día siguiente, en el que afirmaba que los separatistas se han embarcado en un viaje hacia ninguna parte. "En su extravío, los independentistas conducen al país al precipicio y ni siquiera son capaces de elegir al conductor", destacaba el artículo, que, con datos de un reciente sondeo elaborado por GESOP, recordaba que la ruptura unilateral no sería aceptada por la mayor parte de la ciudadanía y que "hasta el 23% de los votantes de Junts pel Sí tampoco la comparten".

Un llamativo cambio de línea editorial

El rotativo que fundó Antonio Asensio hace casi cuatro décadas, a imagen y semejanza del USA Today, defendió con ahínco durante años los postulados del PSC. Pero cuando CiU y ERC comenzaron a propagar la fiebre independentista a lo largo y ancho de esta comunidad autónoma, comenzó a coquetear con quienes veían con buenos ojos la secesión de Cataluña, hasta que certificó su adhesión a la Generalidad -bien pagada con subvenciones- al publicar el famoso editorial conjunto en favor del Estatuto el 25 de noviembre de 2009 y, sobre todo, al salir a la calle el 11 de septiembre de 2012 con una 'estelada' monopolizando su portada y con el titular "Escucha, España".

Pero algo ha cambiado en esta cabecera en los últimos meses y su explicación no sólo se encuentra en la fragmentación de CiU, en la corrupción en las instituciones catalanas o en la distancia que ha tomado con la realidad el independentismo. También hay que buscarla en la severa crisis que ha afectado al Grupo Zeta, que le situó al borde del abismo a finales de 2014 y que le obligó a afrontar una renegociación del crédito sindicado (más de 100 millones de euros) que mantiene con la banca. Con la misma banca que nueve días antes de las elecciones catalanas se pronunció en contra de Mas y advirtió de los importantes riesgos que supondría la secesión.

De forma paralela a este proceso de refinanciación tuvieron lugar las conversaciones con los Lara para comprar un tanto por ciento de El Periódico. Esta familia, con voz y voto en el Consejo de Administración del Banco Sabadell y dueña de Planeta y Atresmedia, se ha opuesto firmemente a la independencia, hasta el punto que José Manuel Lara Bosch dejó claro que, en el caso de que se consumara, trasladaría sus negocios fuera de Cataluña. "Es un mal irreparable para unos y otros", afirmó en 2012, poco después de la Diada.

Desde 'Junts pel Sí' han acusado a 'El Periódico' de fomentar el miedo a la independencia "de forma intolerable"

El viraje ideológico emprendido por este rotativo ha sido duramente criticado desde las filas independentistas, que han acusado a sus responsables de ceder ante las presiones del Gobierno y de las empresas del Ibex 35. Un perfecto ejemplo de este hecho lo constituyen las declaraciones realizadas por el coordinador de campaña de Junts pel Sí, Oriol Soler, tras las elecciones del 27-S, en las que calificaba la línea editorial del periódico de los Asensio como “de vergüenza ajena”.

El responsable definía la hemeroteca de este rotativo como “un museo del antiperiodismo y la indignidad” y acusaba a sus editorialistas de fomentar “el miedo (a la independencia) de forma intolerable”. “Trabajaré por vivir en un país donde ningún diario pueda condicionar unas elecciones de una forma sucia y corrupta”, aseguró.

Artur Mas pierde adeptos en la prensa

Lo que es indudable es que los aliados que hasta hace no mucho apoyaban las tesis de Artur Mas sin miramientos -mientras eran agasajados con ayudas públicas y publicidad institucional- han comenzado a manifestar sus dudas sobre el procés. El Periódico escenificó hace unos meses su distanciamiento, mientras que el conde de Godó lo hizo el martes, motivado por la deriva de los separatistas y, desde luego, porque la defensa de sus postulados no le ha sido rentable.

El año pasado perdió 8 millones de euros con La Vanguardia y, desde luego, si Cataluña tomara un camino diferente al del resto de España, sus empresas no resultarían precisamente bien paradas. Y si hay algo que ha demostrado este editor y Grande de España durante su trayectoria es que, por encima de las ideas, están los negocios.

Eso sí, del lado del Gobierno autonómico se mantiene TV3, un fiel aliado cuya adhesión a sus filas le ha costado 1.800 millones de euros desde 2011. La televisión pública sigue del lado de Convergencia y así lo hará mientras se mantenga en el poder de esta comunidad autónoma. Todo ello, con la connivencia de un Consejo Audiovisual de Cataluña que la ha emprendido más veces contra los medios de comunicación españoles sobre los que no tiene competencias que contra una TV3 que, por su falta de pluralidad, ha recibido diversas denuncias ante este organismo.

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