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Armisticio temporal en el Grupo Zeta: Asensio cede y negociará el sueldo de 700 empleados

En el último momento se enfrió la batalla, pero la guerra continúa en las trincheras. La dirección y la plantilla del Grupo Zeta firmaron el pasado viernes una suerte de armisticio. En una tensa reunión, la empresa frenó su pretensión de reducir un 33% el salario a 700 empleados. A cambio, los periodistas levantaron su huelga de firmas. La tregua durará hasta el 31 de enero. Esa es le fecha en la que terminarán definitivamente unas negociaciones que estarán vigiladas por un mediador externo, según acordaron ambas partes. Eso sí, el grupo editor de El Periódico, Sport, Interviú o Tiempo presidido por Antonio Asensio sigue en una situación complicadísima. Y ambos bandos van a luchar por imponer sus intenciones. 

Como adelantó Vozpópuli, las conversaciones entre la dirección de la empresa y los representantes de la plantilla estaban bloqueadas hasta el pasado jueves. El viernes era la última posibilidad de llegar a un acuerdo antes de este lunes, 13 de enero, cuando la empresa tenía previsto recurrir al artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores para cambiar las condiciones laborales de 700 asalariados. Si eso hubiera ocurrido, los empleados habrían llevado el asunto a los tribunales. Ese era el escenario más probable según reconocían los implicados en el proceso. Pero, casi in extremis, la compañía decidió dar marcha atrás y acordó con sus empleados prolongar las negociaciones hasta el último día de enero. Como contrapartida, los periodistas vuelven a firmar sus informaciones en las publicaciones del grupo. 

Zeta tiene que pagar 24 millones de euros a Hacienda porque no abonó correctamente sus impuestos entre 1991 y 1995

La situación económica del grupo editor es más que difícil. Entre otras cosas, Zeta tiene que pagar a Hacienda la friolera de 24 millones de euros. Una cantidad que la empresa debe a la Administración en concepto de cargas fiscales. Y es que el conglomerado de la familia Asensio no pagó correctamente sus impuestos entre 1991 y 1995. Tras una larga batalla en los tribunales, una sentencia del Tribunal Supremo obliga a Zeta a hacer frente a esta deuda. Ello, sumado a otras pagos pendientes a sus acreedores, está en la base de la complicada situación que atraviesa el grupo. Lo más llamativo es que el pasado verano los bancos concedieron una línea de crédito al conglomerado de medios. Y ahora, solo unos meses después, los problemas siguen creciendo. 

Fuentes consultadas por este diario aseguran que, a pesar de este armisticio, ambas partes siguen enrocadas. En el núcleo del problema no hay acuerdo posible. El presidente del grupo, Antonio Asensio Mosbah, hijo del fundador, y sus directivos pretenden arreglar el problema con un drástico recorte en el sueldo de sus empleados. Y éstos, que ya han padecido recortes, reclaman un esfuerzo compartido por todos los implicados en el holding: presidente, directivos, empleados y acreedores. 

En una carta abierta a los bancos, los asalariados denuncian que "la renegociación acometida el verano pasado no se hizo sobre bases realistas como demuestra el hecho de que la empresa diga solo unos meses después que tiene problemas para afrontar los pagos". Y, por ello, piden a las entidades bancarias que vuelvan a negociar las condiciones de la deuda con la finalidad de impedir que el Grupo Zeta acabe en concurso de acreedores. 

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