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¿Hasta cuándo tendremos ‘Amigas y conocidas’?

Un momento de la sección Amigas y Conocidas en La Mañana de TVE.

Este verano, Loles León aprovechaba sus minutos de pantalla en el plató de La mañana para arremeter contra Telecinco. “Me parece horroroso”, comentaba la actriz a raíz del programa Mujeres y Hombres y Viceversa. “Quiero decirlo. Los abuelos y los padres ven esos programas en casa, y los niños están ahí. Y a mis sobrinos se lo he dicho: ‘¡Eso no se ve aquí, estando en mi casa!’. ‘Es que lo veo a diario’, me dicen, y yo replico con un ‘no, pues fuera, no lo tenéis que ver’. Yo les meto la bronca a todo el mundo”. Rápidamente, sus compañeras de mesa se posicionaban a su favor, demostrando su compromiso con la cadena pública, para goce y regocijo de la presentadora del espacio. Eso, queridos lectores, es Amigas y conocidas.

La llegada de Inés Ballester a la franja matutina de La 1 no fue pacífica. En lugar de apostar por sus caras habituales, por los profesionales que han acompañado a Mariló Montero a lo largo de toda la temporada y que ya conocen el funcionamiento del programa -como bien hace Ana Rosa dejando al mando a Joaquín Prat durante los últimos veranos, y a Màxim Huerta en los anteriores-, la cadena optaba por fichar a una presentadora en horas bajas, reconvertida en cara visible de canales minoritarios, que, como no podía ser de otra forma, se mostraba perdida durante las primeras semanas del verano, incapaz de sortear la alargada sombra de la Montero. Pero aun así, decidió sacar pecho.

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Lo mejor de 'Amigas y conocidas'

De la manga apareció Amigas y conocidas, una sección donde cinco mujeres de distinta procedencia comentaban, a modo de corrillo, las noticias de actualidad, saltando sin red de la política al corazón, de los sucesos a la corrupción. Y funcionó. Pero, ¿por qué? ¿Por la brillantez de sus contertulias? ¿Por el acierto de sus opiniones? ¿O por el puro y duro espectáculo? Las redes sociales se llenaban -es un decir, entiéndannos- de frases y chascarrillos sobre el absurdo que se estaba viendo en televisión. Y no porque el público no tenga ganas de Loles León -jefa absoluta de las amigas conocidas-, sino por la vehemencia de sus declaraciones, muy alejadas de la corrección a la que nos quiere acercar el ente público -más ente y menos público que nunca-, cosa que de entrada podría parecer bueno, pero acaba, como todo, en decepción. Parece que en la mesa de Inés Ballester cabe de todo menos sensatez.

Junto a Loles, la eterna Paloma Gómez Borrero, Teresa Bueyes, Carmen Delgado y Alba Carrillo, una suerte de Hable con ellas cañí y en versión matutina, que trata de acercar a la televisión española los formatos que triunfan en Estados Unidos desde hace siglos. Cinco mujeres -más una- cuya única gracia radica en sus opiniones. Cinco mujeres que quieren hacer un Deluxe pero sin que se note. Cinco mujeres que han tratado de conectar con el espíritu Mediaset pero desde los cómodos estudios de Prado del Rey. Pero, ¿de verdad queremos saber qué piensa Alba Carrillo, modelo y socialité, del caso Pujol? ¿Necesitamos saber la disparidad de opiniones entre Loles León y Teresa Bueyes sobre la independencia catalana? ¿Y Carmen Delgado? ¿Qué pinta en todo esto? Señor, líbrame de las opinadoras, que de cambiar de canal ya me encargaré yo. Ay, Mariló, cuánto se te echa de menos cuando se te necesita... 

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