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David el gnomo, ese pequeño monárquico

David el gnomo y el Rey de Italia

Cuando uno deja sus recuerdos a un lado y observa atentamente los argumentos de David el gnomo, puede observar cómo el protagonista de la serie -David-, así como su esposa Lisa, están más metidos en las casas reales que Jaime Peñafiel y Pilar Urbano en sus años mozos. Y es que en las tramas, casi tan importante como los malvados troles (aunque en el serial usaban la palabra trolls, en inglés) lo son los reyes y los príncipes de todos los lugares posibles. Hagamos un repaso a los principales amigos palaciegos de David.

El rey de Italia

En el tercer capítulo de la serie, reclaman a David desde Italia para salvar a una niña que vive en la corte. Tras un primer chequeo, se llega a la conclusión de que la cría ha sido envenenada.  Este rey que ha reclamado al médico parece tener mucha relación con David, pues ni le da la bienvenida, y le ordena de manera impertinente que se dé prisa.

Pero el italiano será una rara avis en comparación con el resto de reyes, si bien, curiosamente su rostro aparecía en los créditos finales de cada capítulo en un mosaico con los principales personajes del folletín, y también figuraba en la parte trasera del disco de vinilo que salió a la venta con las canciones de la serie.

El Rey (a secas)

Sin conocer su nombre ni procedencia, en el episodio ocho conocemos al Rey, a secas, quien reclama a David para que le ayude a ver quién ha robado todo el oro que se acumulaba en palacio. Porque ya es sabido por todos, que David es médico, pero en sus ratos libres debe ser investigador privado, por lo visto.

Es gracioso que David intente recuperar el metal precioso, pese a que afirma que los gnomos “desprecian el oro” (¿para no quedar de materialistas?), y explican que si lo quieren rescatar es porque no se puede consentir que nadie se ría del Rey. Por cierto, este soberano y el de Italia deben ser hermanos gemelos, pues su apariencia es casi idéntica salvo por el tipo de gafas que usan.

El rey de Siberia

En el capítulo dieciséis, David el gnomo, ese pequeño que es siete veces más fuerte que tú y muy veloz, está pasando unos días en Siberia junto a su esposa Lisa. Mientras el matrimonio pasea por la fría estepa siberiana, un gnomo le pide que acuda corriendo a palacio, donde el rey le reclamara para que le ayude con un gnomo llamado Kostia que amenaza a cazadores humanos. Porque además de médico, David es trabajador social e intenta reconducir a los macarras por buen camino, por lo visto.

“Ya sabéis que estoy a vuestra disposición, majestad”, afirma David cuando se le encomienda la misión, sin preguntarle a Lisa si le parece bien o mal que trabaje en esos días libres que estaban pasando juntos. A este rey, que responde al nombre de Sergio, el público ya le había conocido brevemente unos capítulos atrás, cuando le encargó a David rescatar a un oso atrapado en un árbol. Para tal ocasión, la reina le dijo que Lisa debía quedarse en el palacio y David dijo que estupendo, que si va sin su señora puede desplazarse más rápido y tranquilo (literalmente).

El rey de Thaya

En el episodio diecinueve, David y su esposa Lisa son reclamados por la corte de un reino llamado Thaya el cual se esconde detrás de unas cataratas. Allí le pide al médico que recupere la piedra sin sombra, una especie de tablas similares a las de Moisés, donde los antepasados de los gnomos grabaron sus once leyes, la cual habían sido robada por un trol.

David vuelve a sacar una vez más su lado detectivesco para encontrar dicha piedra, para lo que se embarca en una compleja aventura a lo Indiana Jones; y es que además de médico, el protagonista de la serie es también un caza tesoros, por lo visto. Tras encontrar la piedra de marras, en agradecimiento, el rey se ofrece a regalarle a David lo que necesite, más el gnomo no quiere nada. Lisa entonces se rebela y dice que ella sí quiere algo: un par de botas irrompibles para su esposo.

El príncipe rex de Australia

Un día se planta en casa de David y Lisa el príncipe Rex de Australia, como una vecina que llama a la puerta a pedir sal. Susana, la bisnieta de David, está en el hogar ese día y se muestra coqueta ante el heredero al trono australiano, si bien este parece darle largas.

A modo de bisabuelo cebolleta, David recordará cómo ayudó al príncipe en un problema de crecimiento que tuvo en su infancia, pues lo hacía más lento que su hermano pequeño. El problema tuvo fácil solución: solo había que eliminar una larva que el príncipe tenía en el hígado y que se eliminó tomando limonada con una medicina que casualmente David tenía en lo alto.

A modo de extras, cabe destacar que David el gnomo tuvo varias películas que continuaban las andanzas de estos diminutos seres, a pesar de que en el episodio veintiséis morían al convertirse en árboles. En una de las películas, La gran aventura de los gnomos, la trama se centra en una historia que puede resultar familiar: el rey reclama a David para que recupere el oro que le han robado, y con el que los troles construirán armas para acabar con los gnomos y los animales del bosque. ¿Acaso los gnomos solo mueren si los matas con armas de oro, al igual que la plata acaba con los hombres lobo? Vaya usted a saber.

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