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Tecnología

Crowdfunding: el ‘mundo’ financia tus gadgets

La idea es hasta cierto punto sencilla: expones en una web especializada en crowdfunding tu idea, proyecto o start-up y quienes estén interesados podrán donar dinero para financiarlo. Sí, es una forma de reunir recursos económicos mediante la colectividad de seres anónimos. En suma, una forma de micro-mecenazgo.

Y es que, precisamente, el término “micro” define perfectamente este fenómeno, porque los interesados no tienen que desembolsar grandes cantidades de dinero. Al contrario, puedes apostar por estos gadgets con incluso céntimos. Es condición sine qua non que el postulante informe del montante total de dinero que necesita para llevar a cabo el desarrollo y una primera producción en serie del gadget en cuestión.

Ventajas

Mediante el crowdfunding, el precursor del proyecto, si logra reunir el capital suficiente, cumple con su sueño existencial y económico de hacerlo realidad. Por su parte, los cientos o miles de inversores minoritarios que han apostado por la idea, tienen reservada una de las primeras unidades del gadget antes de que se ponga en circulación comercial para el resto de la humanidad. Es decir, compran un derecho preferencial de adquisición. Ojo, no es que si han donado 1 euro vayan a recibir el dispositivo por ese dinero, sino que podrán comprarlo antes que otros pero siempre por su precio final.

Lo descrito es una forma general de crowdfunding, aunque en muchos casos hay detalles diferenciadores, como el establecimiento de una cantidad mínima a aportar, otro tipo de derechos o ventajas de los inversores, etc. Lo que, también en general, es norma es que la exposición del proyecto suele tener un periodo determinado. Si al finalizar éste no logra la financiación solicitada, a pensar en otras vías.

Desventajas

Al contrario, una de las principales desventajas del crowdfunding, principalmente para el buscador de fondos, es que debe presentar un proyecto súper atractivo desde todos los puntos de vista, tanto en lo referido al propio dispositivo como a la documentación o grafismo para que realmente entre por los ojos y convenza a muchos. Además, el promotor debe tener atados todos los detalles de patentes y registros, no sea que una empresa o un listillo copie su proyecto y se adelante. Por tanto, es preciso contar con un respaldo económico.

El fenómeno del crowdfunding no es nuevo ni se refiere sólo a gadgets. En la actualidad asistimos a una verdadera explosión de popularidad debido a las numerosas y poderosas webs especializadas en ello y, también, a diversos casos famosos en los que, mediante esta vía, algunos dispositivos son superventas mundiales, para regocijo de las cuentas corrientes de sus promotores (ojo, que hay que reconocer su imaginación y tesón). Uno de los más famosos casos de éxito vía crowdfunding es el reloj inteligente Pebble, al que ya hemos dedicado un reportaje.

No sólo gadgets

Y, como decimos, el crowdfunding no se refiere sólo  a tecnología y gadgets. También puedes encontrar “llamamientos” para fundar una empresa u ofrecer servicios de todo tipo, realizar campañas  políticas, sufragar hipotecas para personas en apuros, financiar operaciones quirúrgicas, construir colegios, etcétera.

De hecho, la primera gira del grupo musical del grupo de rock Marillion, en 1997, fue financiada mediante donaciones de sus fans, que lograron reunir los 60.000 dólares necesarios para ello. Más cerca y mucho antes (1989), los españoles Extremoduro lograron editar su primer disco mediante micro-mecenazgo.

Pero, como decimos, su explosión definitiva ha sido mucho más reciente, gracias a la facilidad que ofrece Internet para llegar a todos los rincones y las numerosas webs especializadas, entre las que destacan indiegogo.com y kickstarter.com. Aunque basta con que pongas en Google el término y te saldrán a decenas, incluso españolas. Se estima que el crowdfunding mueve unos 5.000 millones de dólares en el mundo y unos 30 millones de euros en España. 

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