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Tecnología

Mini drones para vuelos ‘legales’

El dron Jumping Sumo de la empresa Parrot

Lo de calificar de ‘prohibidos’ a los drones no es gratuito. No es que estén prohibidos pero casi: a día de hoy, si pretendes usar un drone para hacer fotografías, vídeos o con un fondo comercial o profesional en un espacio público -incluido el aéreo-, no puedes, está completamente prohibido; exclusivamente puedes utilizarlos, hacerlos que vuelen, en lugares especialmente habilitados para ello (que han de estar fuera de núcleos urbanos o de población) y siempre que sea con el único fin de disfrute personal.

Nuevos requisitos de seguridad

Te lo decimos desde Marabilias, pero si no te lo crees te lo puede recordar mediante sanciones la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea, organismo dependiente del Ministerio de Fomento). Precisamente, hace unos días este Ministerio que regenta la señora Pastor ha aprobado un nuevo marco legal para los drones: aparte de establecer categorías, requisitos de seguridad y otras premisas para su control civil, se mantiene lo antes comentado. Si bien se abre la mano a su uso y aprovechamiento de posibilidades, siempre bajo permisos puntuales previos. Ojo, nada ni nadie te impide que vueles drones en una habitación de tu casa, allá tú con el mobiliario.

Dejemos a un  lado el mundo legal y vayamos al del gadget. Si hay una empresa que ha apostado fuerte desde hace tiempo por el escenario drone es Parrot (sí, famosa también por sus equipos manos libres para coche, y que también fabrica interesantes altavoces y auriculares). Suyo es el A.R. Drone, con varias versiones, que fue el primer modelo directamente enfocado al consumo, aunque con las limitaciones de uso citadas. Esta marca acaba de lanzar dos mini drones: Rolling Spider y Jumping Sumo. No duda en venderlos como juguetes, por aquello de salvarse las espaldas.

Parrot Rolling Spider

Pesa solo 55 gramos y se puede posar sobre la palma de una mano, porque ocupa poco más que ella. Consta de cuatro hélices y las dos ruedas grandotas extraíbles que lo flanquean tienen dos cometidos principales: proteger su integridad fundamentalmente durante las primeras horas de vuelo y deslizarse sobre el suelo como un coche.

Dicho esto, su capacidad de estabilidad en el aire impresiona -puede estar prácticamente inmóvil- y su manejo, que se realiza desde cualquier móvil o tablet, es tan preciso como divertido. Puede dar volteretas hacia delante, hacia atrás y hacia los lados, girar 180 grados en un instante. Si lo acercas a una pared, trepa por ella y también se desliza sobre el techo riéndose de la ley de la gravedad. Todo un acróbata. Por cierto, siempre está preparado para volar: tómalo y lánzalo al aire, que sus hélices se pondrán en marcha de manera inmediata y se mantendrá estabilizado a la espera de tus órdenes. Con la batería a tope, tiene una autonomía aproximada de 8 minutos. 99 euros.

Parrot Jumping Sumo

No es un drone volador, pero casi. Se trata de un vehículo radiocontrolado terrestre, si bien es capaz de dar saltos de hasta 80 centímetros tanto de altura como de longitud. Su poderoso aspecto deja bien a las claras sus intenciones: superar obstáculos o incluso derribarlos. Es capaz de rodar, correr, zigzaguear, dibujar círculos, hacer giros de 90 y 180 grados y lograr una velocidad de hasta 2 metros por segundo.

Sus robustas ruedas son retractables para adaptarse a la misión que te plantees, de manera que si están más separadas del cuerpo, proporcionan mejor estabilidad; si las separas, lograrás mayor velocidad y agilidad. Dispone de una cámara para realizar fotos y vídeos de las aventuras, es capaz de golpear objetos y le puedes diseñar planes de ruta con un rumbo y acciones predefinidas.

El Jumping Sumo tiene alma: si sus ojitos desprenden una luz verde, quiere decir que está listo para recibir órdenes; si ese iris es rojo, es que está sin energía o averiado; también emite ruidos en función de si está ocupado atendiendo alguna misión, se alegra al realizar una caída perfecta y, si le acaricias, te recompensará con un dulce sonido. Su autonomía es de 20 minutos aproximadamente. 159 euros.

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