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Gourmet

Mi casa huele a cookies

Elaborarlas no es tan sencillo como comerlas, pero menos complicado de lo que parece. Son muchas las tiendas temáticas que actualmente ofrecen todo lo necesario para preparar cookies, cupcakes, y demás perversiones dulces. Moldes, embalajes, colorantes, coberturas... uno queda embobado con tantas formas y colores y acaba pasando por caja con la cesta a rebosar. Por suerte también ofrecen cursos donde aprender a utilizar todo lo adquirido y, ya de paso, a no ensuciar demasiado la cocina (sí, eso también se aprende).

Decake es el mejor ejemplo en la capital. Esta pequeña tienda situada en Retiro es bonita hasta empalagar y ofrece un montón de cursos donde hasta el más manazas aprenderá a decorar galletas en pocas horas. Precios asequibles y con tarifa súper reducida para desempleados y jubilados. Los cocinillas pueden dar el siguiente paso iniciándose en el mundo del fondant, pasta de azúcar con apariencia de plastilina muy de moda para cubrir y decorar pasteles. En la tienda-escuela Taller de Tartas, situada en pleno barrio de Chamberí, podrán dar rienda suelta a su creatividad modelando flores, figuras, animales etc.

Pero la pasión por aprender a cocinar cookies no se queda en Madrid y se extiende por casi todas las ciudades. Ilovecookies es una empresa de Barcelona especialista en galletas decoradas para regalar en todo tipo de eventos que cuenta además con talleres para enseñar a grandes y pequeños. En San Sebastián, los mejores cursos para decorar galletas los ofrece Masquecookies y en Valencia, podemos aprender técnicas complejas de modelado para tartas en Chic-cookies, donde además se puede comprar todo lo necesario para intentarlo después en casa. Los cursos se imparten en un mismo día, con grupos reducidos y con todos los materiales necesarios para decorar las galletas que después nos llevaremos a casa. Todo por unos 60 euros de media, sonrisa incluida.

Aprender a elaborar galletas es divertido, te hace quedar genial con los amigos y seguramente te ayude a conquistar al chico de tus sueños (créeme, todos los hombres llevan un Triqui en su interior). Lo malo es que echará por tierra tu “operación bikini”, pero tú disfruta, que para eso se inventó el bañador...

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